Con las fiestas a la vuelta de la esquina, las carnicerías de Comodoro Rivadavia ya registran un movimiento inusual.
En un año donde la economía aprieta, el cordero se perfila como la opción más elegida por los comodorenses, seguido del lechón, mientras el costillar de vaca queda como la alternativa más cara. Según un carnicero local, las reservas comenzaron antes que en temporadas anteriores, con clientes buscando asegurar su festejo a pesar del contexto. Según ADNsur.
El factor determinante es el precio. Chiki Carrizo, un carnicero con años en la ciudad, explicó a medios locales la situación: «Para hacer la fiesta, la gente va a apuntar más al cordero porque es lo más accesible». La diferencia de costos entre las opciones es abismal y redefine las prioridades en la mesa festiva, combinando tradición con ajuste económico.
Los números: cordero, el claro favorito por su precio accesible
La elección este año está claramente guiada por el bolsillo. En el local de Carrizo, el cordero se vende a $14.900 el kilo. Esto lo posiciona no solo como la carne festiva más barata, sino incluso como una opción más económica que algunos cortes de carne vacuna de consumo diario.
La comparación por pieza es aún más elocuente:
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Un cordero de 10 kilos: entre $140.000 y $150.000.
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Un lechón de 10-12 kilos: alrededor de $200.000 (unos $16.000 el kilo).
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Un costillar de vaca de 10 kilos: entre $230.000 y $250.000.
«La gente ahora va a apuntar a lo que es el cordero. Van a poder comer cordero», afirmó el carnicero, destacando un cambio respecto a años donde la demanda solía ser más pareja entre el asado y el cordero.
La dinámica de compra: reservas anticipadas y el espíritu festivo
Frente a esta realidad, los vecinos de Comodoro no se quedan de brazos cruzados. Carrizo confirmó que desde mediados de diciembre ya están trabajando con pedidos anticipados. «A partir de ayer empezamos a subir en las redes que íbamos a trabajar con pedidos y la gente ya se está comunicando», contó, señalando una tendencia a planificar con mayor antelación para asegurar el producto deseado.
Pese a la presión económica, el carnicero observa que el espíritu para celebrar permanece intacto. «La gente si bien se está cuidando, pero también sabemos que para la fiesta la gente no se guarda nada», reflexionó. «La gente disfruta la fiesta como tiene que ser, porque cierran etapas, cada uno sabe lo que festeja y no se guarda nada».
Las mesas de Navidad y Año Nuevo en Comodoro Rivadavia tendrán este año un sabor marcado por la necesidad de ajustar, pero no de renunciar. El cordero patagónico, con su tradición y su precio accesible, se alza como el gran protagonista. El lechón mantiene su lugar para quienes buscan variar, mientras el costillar de vaca, aunque sigue siendo un clásico, se reserva para quienes puedan afrontar un gasto mayor. Es una foto que refleja la resiliencia de las tradiciones frente a la coyuntura económica.




