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El Revelamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el BCRA mantuvo las previsiones para el cierre de este año y para 2024, se espera que el índice de precios sea del 75%. Además, prevén que el tipo de cambio alcance $172,42 por dólar en diciembre 2022.

Las expectativas de los analistas privados sobre la economía argentina se mostraron levemente optimistas en el último mes y consideraron que el Gobierno cerrará el año 2022 con una inflación del 99%, publicó TN.

El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central (BCRA) muestra que la inflación para el cierre de este año se ubica un punto porcentual menos que la estimación previa.

Sin embargo, sí se elevaron los pronósticos de inflación para 2023, que alcanzaron el 99,7%, es decir, 3,7 puntos porcentuales más que en el sondeo previo. Hacia 2024, en tanto, quienes respondieron el REM esperan que los precios suban 75% (5,1 puntos menos que hace un mes).

Cuánto será la inflación de lo que resta de 2022 y la de 2023, según los privados

Además de incrementar sus proyecciones para los datos anuales, las consultoras privadas que responden al REM también aumentaron sus previsiones para la inflación de los próximos meses.

Los analistas proyectan que noviembre cerró con una inflación de 6,1%, lo que significó una baja de 0,1 puntos porcentuales en relación con el sondeo anterior.
En diciembre calculan que la inflación suba a 6,3% (0,1 puntos porcentuales por debajo del mes pasado).

Para enero esperan que se recorte a 6% (mismo cálculo que el anterior relevamiento).
En febrero, los analistas prevén que el Índice de Precios al Consumidor baje a 5,9% (no hay diferencias con relación al REM previo).

Según los pronósticos, la inflación volvería a subir en marzo, cuando sería del 6,2% (0,2 puntos porcentuales por encima del mes pasado).

El IPC volvería a subir en abril, cuando los precios suban un 6,1% (lo que significó una suba de 0,3 puntos porcentuales con respecto al último relevamiento).

Mientras que para mayo el Índice de Precios al Consumidor sería del 5,9%.
Cuánto valdrá el dólar a fin de diciembre de 2022

A pesar de la aceleración que está convalidando el BCRA en el dólar oficial, los pronósticos de los analistas no mostraron un salto pronunciado.

Las consultoras esperan que el tipo de cambio cierre este año en $172,42,es decir, $0,09 más que en el sondeo anterior. Así, la variación del tipo de cambio nominal prevista por los participantes del REM es de 69,2% interanual para diciembre de 2022, por lo tanto, continuaría retrasado con relación a la inflación.

Si esa proyección anual se cumpliera y, a la vez, se mantuviera la brecha actual entre el dólar mayorista y el “solidario” (alrededor de 70%), este último llegaría a diciembre en torno a los $293,08.

Para el resto de los meses, las estimaciones se incrementaron:

En diciembre el tipo de cambio alcanzaría los $172,42 ($0,09 centavos más que hace un mes).

Hacia enero llegaría a $182,66, es decir, sin diferencias con respecto al cálculo anterior.

La proyección de febrero ascendió $0,72 en comparación con el último informe, hasta los $193,60.

El pronóstico de marzo creció $1,21 respecto al informe pasado y quedó en $204,88.

La proyección de abril marca una suba de $1,34 con respecto al cálculo de octubre y quedó en $215,44.

El pronóstico de mayo espera un dólar a $227,38.

La causa emergencia climática investiga las presuntas irregularidades cometidas durante los trabajos de limpieza del barro que afectó a Comodoro Rivadavia durante la catástrofe climática de hace 5 años.

Según la fiscalía, hubo un perjuicio que en ese momento fue estimado en 900.000 dólares, al cotejar los trabajos facturados con lo efectivamente realizados. Por eso se acusa a empresarios y también a los funcionarios públicos que tenían responsabilidad en aquel momento, particularmente Abel Boyero, quien se desempeñaba como secretario de Infraestructura; y Rubén Palomeque, que era secretario de Servicios Públicos.Si el municipio acepta la reparación económica, entonces los empresarios quedarían liberados del juicio a partir del mecanismo de la suspensión de juicio a prueba. De lo contrario, deberían afrontar el juicio penal, al igual que quienes ocupaban cargos públicos durante el operativo de limpieza del barro de la ciudad.

Ofecen plata para evitar el juicio

Por otra parte, los empresarios involucrados ofrecieron una reparación económica, para acogerse al beneficio de la suspensión del juicio a prueba. El lunes próximo (5 de diciembre), según dispuso la justicia, el municipio deberá expresar si acepta o rechaza la propuesta de reparación, conocida como ‘suspensión de juicio a prueba’.

“Ellos ofrecen una reparación en base al sistema judicial, que toma en cuenta la tasa de descuentos del banco Chubut, que es menor a la inflación”, explicó el fiscal Héctor Iturrioz. “Si se aplica el dólar blue, la reparación debería ser de unos 300 millones de pesos, pero con el otro sistema deben ser entre 70 y 80 millones”.

También los funcionarios públicos habían ofrecido una reparación económica para la suspensión del juicio a prueba, pero en este caso el fiscal y la jueza interviniente rechazaron esa posibilidad, a partir de una norma que impide ese tipo de beneficios para funcionarios acusados por hechos de corrupción.

Días atrás, desde el Gobierno dejaron trascender que esperan para Noviembre una notoria desaceleración de la inflación a valores en torno al 5,5 por ciento. De oficializarse, en dos semanas, una cifra similar, el equipo económico lo festejará y lo adjudicará a las medidas que se han ido tomando desde la asunción de Sergio Massa como ministro.

La gran pregunta es -según publica Infobae– si esta mejor performance de Noviembre puede tomarse como punto de partida de una tendencia inflacionaria a la baja o es un logro temporario por una cuestión estacional.

Por lo pronto, las consultoras también anticipan un número más bajo que el de Octubre –que fue de 6,3%–, pero proyectan una cifra mayor para Diciembre debido a las Fiestas, que se mantendría durante Enero por las vacaciones. El 2022, según estiman los economistas, cerraría en 100%, tal como lo venían previendo desde los últimos meses.

Para la consultora C&T, el relevamiento de precios minoristas para GBA presentó una suba mensual de 6,2% en Noviembre, algo por debajo del 6,8% de Octubre, pero muy por encima del 2,6% de Noviembre de 2021. “De esta forma, la variación interanual trepó a 94,21%, la mayor desde Octubre de 1991″, precisa el informe. De todos modos, para diciembre esperan un alza del índice del 7 por ciento.

El mes pasado, según la economista de ese estudio María Castiglioni, el rubro de mayor incremento fue vivienda, que recogió los aumentos derivados de la quita parcial de subsidios en electricidad, gas y agua, pero también un nuevo aumento en los sueldos de los encargados de edificios. Le siguió esparcimiento, con fuerte incidencia de los rubros vinculados al turismo, que más que superaron las bajas por las ofertas en productos electrónicos. En bienes y servicios varios se destacó el alza de los cigarrillos, mientras que Indumentaria, transporte y comunicaciones, y educación crecieron en torno al 5%, en el primer caso, por las ofertas que tuvieron lugar en el arranque del mes, mientras que, en el segundo, por las subas de los combustibles y los seguros de los autos.

El rubro que impactó fuerte en la moderación de la inflación el mes pasado fue alimentos y bebidas, que crecieron 3,8% mensual, especialmente gracias a la carne, las verduras y las bebidas. En cuanto al Programa Precios Justos, arrancó hacia la segunda quincena del mes y sólo rige en las grandes cadenas, por lo que su impacto es acotado. Según el informe, esta moderación no se dio en los rubros no alcanzados por los acuerdos de precios, como las comidas listas para llevar o restaurantes. A su vez, en salud también hubo una menor suba debido a que este mes no hubo ajuste en las prepagas, a diferencia de lo que sucederá en Diciembre.

Por su parte, el economista Juan Luis Bour, de FIEL, coincidió en que en Noviembre su índice de CABA mostrará una baja, aunque suave. De 6,4% que dio en Octubre, para Noviembre se ubicaría en 6,1%. A nivel nacional, reconoció que la cifra puede ser incluso inferior al 6%. “El dato del mes pasado se debe a que no hubo tanto aumento de precios regulados, sumado a que estacionalmente es un mes bajo y que los alimentos como la carne y las verduras jugaron a favor, como así también las ofertas del CyberMonday”, aseguró Bour.

Según el relevamiento de FIEL en la Ciudad de Buenos Aires, en Noviembre los alimentos y bebidas subieron 4,5% promedio, con rubros como la carne –con una alta incidencia– que trepó apenas 3%, pollo y pescado, 1,5%, y verduras, que cayeron en torno al 10%. Las frutas subieron fuerte (13%), pero los otros ítems compensaron.

También registró esta misma tendencia la consultora LCG, que lidera Guido Lorenzo. Al cierre de la cuarta semana de Noviembre, la inflación mensual en alimentos mostraba un avance del 4,1% y, de esa manera, registraba la sexta semana consecutiva de desaceleración. En cuanto a los rubros, en esas mismas cuatro semanas las verduras apenas subieron 0,1%, en tanto que las carnes, 1,4 por ciento. Coincidió con sus colegas en que las frutas, con un aumento del 12,5%, lideraron la inflación en alimentos en Noviembre.

“Este mes hay más shock, se dan vuelta algunos rubros. Hay aumentos de peajes, de educación privada, servicios regulados y también impacta la suba de la brecha y la política fiscal, por la plata que están entregando a varios sectores. Si a eso se le suma el hecho de que al Tesoro le está costando renovar los vencimientos y que le cuesta absorber monetariamente. Para Diciembre, tenemos una proyección de 6,7% como el escenario más probable”, remarcó Bour.

Castiglioni le sumó incrementos en servicio doméstico, prepagas, luz y gas, transporte (colectivos), encargados de edificios, combustibles y alquileres, entre otros. “Sigue en alza todo, y además está el impacto de la emisión del dólar soja II, la depreciación del TC oficial a un ritmo alto y las subas de salarios, que si bien no generan de por sí más inflación, son mecanismos de transmisión”, dijo la economista.

Llegan las fiestas y el árbol es uno de los símbolos familiares más emblemáticos. Se estima, que comprar todos los elementos puede costar un 70% más de lo que costaba el año pasado.

En medio del clima mundialista y acercándose el último mes del año, las fiestas ya empiezan a sentirse. En las góndolas de los supermercados y en las casas de decoración de Comodoro los artículos navideños comienzan a exhibirse para que, el próximo 8 de diciembre, se arme el clásico árbol de Navidad.

Hay que tener en cuenta que fin de año es época de celebración pero también de hacer cuentas para afrontar los costos de organización de las reuniones familiares, la decoración y las compras de regalos a gente cercana. Uno de los elementos a tener en cuenta a la hora de los cálculos es cuánto cuesta armar el árbol.

Este año tendrá un precio de casi $ 55.000, un 70% más de lo que costaba el año pasado.

Para aquellos que deben arrancar de cero, comprar un árbol navideño pequeño de 61 cm tiene un precio base de $ 3.500, uno mediano de 1,20 metros $8500 y uno grande de 2,10 metros llega a superar los $ 25.000. Se trata de un 80% más de lo que costaban hace un año.

Las esferas de colores no pueden faltar en la decoración del arbolito. Un pack de 6 esferas lisas cuestan alrededor de $900 mientras que las más decoradas con brillos o dibujos pueden llegar a costar hasta $2500. Además, el puntal puede salir desde $850 a $2000.

Las guirnaldas, dependiendo de su grosor y material, se venden a un valor de $ 700 la unidad y las luces hay de todo y para todos los gustos. Las blancas led de 100 bombitas son las más económicas y cuestan $ 3000. Las mangueras led de 5 metros están alrededor de $4000.

Si además la familia quiere decorar la casa hay distintas opciones. Por ejemplo, la corona que se coloca en la puerta de entrada tiene un valor base de $2600, centros de mesa a $4000, bota navideña $2000.

El programa estará vigente hasta el 31 de diciembre y contempla una actualización en la cotización del dólar en base a la evolución de la inflación.

Este lunes comienza a regir la reapertura del Programa de Incremento Exportador (PIE) que establece un tipo de cambio diferencial destinado al complejo sojero de $230 por unidad.

El programa estará vigente hasta el 31 de diciembre y contempla una actualización en la cotización del dólar en base a la evolución de la inflación, tomando como referencia los $200 que rigió en la primera versión implementada en septiembre pasado.

El viernes, al anunciar la medida durante un encuentro con directivos del sector agroindustrial, el ministro de Economía, Sergio Massa, dijo que responde a “la convicción de que tenemos que lograr, al 30 de diciembre, batir el récord de exportaciones argentinas en lo que es el complejo agroindustrial, entendiendo que Argentina es parte de la agenda de la seguridad alimentaria, al igual que el debate y la pelea por las proteínas a nivel global es una de las grandes peleas”.

Asimismo, Massa afirmó que la medida permitirá “fortalecer las reservas y generar mayor nivel de actividad en el sector agropecuario y agroindustrial”.

En esa línea, el secretario de Agricultura y Ganadería, Juan José Bahillo, destacó entonces que “el acuerdo del Gobierno con las cerealeras tiene un piso garantizado y firmado d e US$ 3.000 millones de liquidación hasta el 31 de diciembre próximo”, y aseguró que con lo obtenido por el cobro de derechos de exportación, “se trabajará en el financiamiento de promoción para economías regionales; subsidios a las cadenas de valor avícola, bovina, lechera y porcina para aumentar producción; y un fondo para mantener el valor de las asignaciones familiares”.

En base a datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, hasta el 16 de noviembre pasado se habían comercializado 31,9 millones de toneladas de soja de la campaña 2021/2022, y si se tiene en cuenta que la cartera agropecuaria calcula la producción de la campaña en 44 millones de toneladas, la mercadería remanente ronda 12,1 millones de toneladas.

En tanto, la edición anterior del PIE, que tuvo lugar durante septiembre, dejó un saldo de casi 14 millones de toneladas de soja que se comercializaron, y una liquidación que totalizó US$ 8.125 millones.

Las trabajadoras de casas particulares verán reflejados con los salarios a pagarse en el mes de diciembre el último tramo del aumento acordado en paritarias. Se trata de un 9 por ciento que completará el 36 por ciento acordado en abril y que se abonó en cuatro tramos.

La remuneración de los trabajadores de este sector que se abona en diciembre – pero correspondiente a noviembre-, quedó estructurada de la siguiente manera, según informó la Unión del Personal Auxiliar de Casas Particulares.

Primera categoría – Supervisor: $74.273 (con retiro) y $82.732 (sin retiro)

Segunda categoría – Personal para tareas específicas: $69.004 (con retiro) y $76.813 (sin retiro)

Tercera categoría – Caseros: $67.324,50

Cuarta categoría – Asistencia y cuidado de personas: $67.324,50 (con retiro) y $75.026 (sin retiro)

Quinta categoría- Personal para tareas generales: $60.544 (con retiro) y $67.324,50 (sin retiro)

Ya finalizado el pago del último tramo del acuerdo salarial, desde la organización que nuclea a las empleadas domésticas estiman que prontamente volverán a sentarse a negociar los salarios para lo que será el comienzo del 2023.

El salario mínimo no alcanzó para evitar que una familia de cuatro integrantes -dos adultos y dos chicos- caiga en la indigencia. Además, se requirieron más de dos ingresos iniciales para que no sea considerada pobre.

TN. – La canasta básica alimentaria (CBA) para que una familia de cuatro integrantes -compuesta por dos adultos y dos chicos- no caiga bajo el umbral de la indigencia, alcanzó los $62.106 en octubre, más del doble de los $30.925 que había necesitado en el mismo mes de 2021. El salario mínimo no alcanzó a cubrirla y los planes sociales ni siquiera llegaron a la mitad.

De acuerdo con los datos que dio a conocer este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), para que ese mismo hogar no sea considerado pobre se necesitaron $139.739 en octubre. Así, la Canasta Básica Total (CBT) resultó un 93,1% más alta que hace un año.

Las cifran dejan al descubierto que la aceleración de la inflación sigue golpeando con mayor fuerza a los sectores más vulnerables, que son los que destinan la totalidad de sus ingresos para cubrir necesidades alimentarias.

Trabajadores pobres
Otro de las realidades que reflejan los datos del INDEC tiene que ver con la cada vez mayor cantidad de personas que aún con un trabajo estable no llegan a cubrir las necesidades básicas de sus familias.

En octubre, el salario mínimo, vital y móvil fue de $54.550. Además de ser el piso a partir del cual se debe abonar el trabajo de los empleados bajo relación de dependencia, funciona también como referencia para el sector no registrado, de ahí su impacto.

Si en una familia de cuatro personas solamente trabaja uno de los adultos que cobra el salario mínimo, ese ingreso no alcanzó para evitar que los cuatro caigan bajo la línea de la indigencia, debido a que tendría que haber superado los $62.106.

Y para no ser considerado pobre, el ingreso debería haber sido de $139.738 para cubrir la CBT -que comprende alimentos y otros bienes y servicios básicos, como la vivienda-. Es decir, que ni aun trabajando los dos adultos se hubiera alcanzado ese monto, ya que se requirieron dos salarios mínimos y medio.

El martes 22, el Ministerio de Trabajo convocó a gremios y empresarios al Consejo del Salario para que acuerden una nueva actualización del salario mínimo, en un contexto de alta aceleración inflacionaria.

El Polo Obrero tiene previsto movilizarse para acompañar el reclamo de los trabajadores, bajo la consigna “salarios por encima de la inflación”

Sectores vulnerables, los más golpeados
Para los sectores desocupados la situación tampoco resultó mejor la situación. En la Argentina, cerca de 1,3 millones de personas están inscriptas al Potenciar Trabajo, por el que reciben $25.000 mensuales. Ese ingreso no alcanzó a cubrir media canasta de alimentos.

Luego de conocer los datos publicados de la canasta básica alimentaria por el INDEC, el segundo semestre del año preocupa por el incremento de la gente de bajos recursos siendo que está por encima del 40% entre julio y diciembre de este año.

Las cifras oficiales apuntan a que, con la suba en octubre de ambas canastas de 9% y 9,5% respectivamente – muy por arriba del 6,3% de inflación general-, en el año acumularon una suba que, otra vez, supera por lejos el 76,5% acumulado de inflación. La canasta que mide la línea de pobreza aumentó 7 puntos más que el promedio de precios mientras que la que mide la indigencia sacó una alarmante diferencia de 11 puntos, señala Infobae.

El corolario de esa estadística en inevitable: si durante el primer semestre, la medición de pobreza había mejorado y caído a 36,5% de la población, esa mejora resultó insostenible. Pero el dato más fuerte es que en el contexto de la baja de la línea de pobreza en los primeros meses del año fue la indigencia de todos modos aumentó a 8,8% de la población. Con los datos de ayer, sólo cabe esperar que ese incremento sea aún mayor.

Existe una segunda conclusión obvia a la luz de las cifras publicadas por el INDEC: ya no es suficiente que los ingresos aumenten a la par de la inflación sino que, para mejorar los indicadores sociales, deberían correr muy por encima del avance de los precios. La realidad, huelga destacar, no podría estar más lejos de ese objetivo.

El índice de salarios que también publica el organismo que conduce el economista Marco Lavagna arrojó, hasta septiembre, una variación acumulada de 61,2% que contrasta con una inflación en los primeros nueve meses de 66,1%, es decir, 5 puntos por debajo. Pero el dato realmente relevante a la hora de estimar la pobreza e indigencia es el avance de los salarios de los sectores no registrados, claramente el sector de trabajadores más vulnerable. Esa estadística marca que los ingresos informales mejoraron apenas 49,9% cuando los precios de la canasta básica total, que mide pobreza, lo hizo en 68% y 72,1% la alimentaria, que mide la indigencia. Con la actualización de las cifras de octubre, esa diferencia entre la mejora de los ingresos y la suba de los precios de ambas canastas se amplía.

“La indigencia y la pobreza suben aún si los ingresos subieran a la par de la inflación. Complicadísimo”, posteó Leopoldo Tornarolli, el especialista en desigualdad y pobreza del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas). Previsiblemente, la foto es particularmente compleja en el Conurbano bonaerense.

Si bien la información oficial de pobreza se publica con un rezago de tres meses respecto a la evolución del semestre anterior y no existen mediciones trimestrales, distintas instituciones del sector privado proyectan esa estadística en base a los propios datos mensuales del INDEC. En este sentido, una de las estimaciones más difundidas es la que elabora el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad di Tella, a cargo del economista Martín González Rozada. De acuerdo a sus últimos datos publicados, la pobreza alcanzó al 39.4% en el tercer trimestre y crecería al 43.4% en el cuarto trimestre de 2022.

De confirmarse estas proyecciones, el dato oficial para todo el segundo semestre podría indicar que el nivel de pobreza volvió al récord de 42% registrado en plena pandemia, cuando las severas restricciones durante la cuarentena derrumbaron la actividad económica. La actividad ahora no está restringida pero el impacto de la inflación parece tener un impacto igual de demoledor: en octubre, según el nowcast de la Di Tella, casi 29 millones de personas estaban bajo la línea de pobreza.

“La proyección sugiere que alrededor del 40% de las personas viven en hogares urbanos pobres. La población urbana capturada por la Encuesta Permanente de Hogares en el semestre mayo-octubre de 2022 se estimó en alrededor de 28.9 millones de personas lo que implica que alrededor de 11.5 millones viven en hogares urbanos pobres”.

El Indec anunciará hoy el IPC del mes pasado, que todos los consultores esperan por encima del 6,2% de septiembre. Prepagas, naftas y expensas también impulsan la cifra

El índice de inflación del mes pasado se dará a conocer hoy, y según el consenso de estimaciones privadas, marcará un incremento respecto del mes anterior donde no estará impulsado por un rubro en particular, sino que la mayoría de ellos contribuye.

En este sentido, todos colaboran para la suba de la inflación de octubre, desde los alimentos hasta los precios regulados como la nafta y la electricidad, según publica Infobae.

Incluyendo las prepagas y las expensas, en las que ya se refleja el incremento salarial por la paritaria de los encargados.

Sin destacados, entonces, el dato que se anticipa se ubica entre 6,5% y 7% según los distintos relevamientos, lo que implica un suba tanto respecto del 6,2% de septiembre como del 3,7% de octubre del año pasado. En términos interanuales, la inflación se ubicaría apenas por debajo de 85% para el mes pasado.

Asimismo, las últimas mediciones indican que ya no se trata de que por su alta ponderación en el índice, la categoría alimentos y bebidas “empujó” el índice hacia arriba o que, en su defecto, el impacto del ajusto de tarifas fue decisivo en la aceleración de los precios. O que, como ocurrió en su momento durante la reapertura de actividades económicas, los nuevos precios aquellos sectores que debían recomponer ingresos como los asociados a la recreación, gastronomía y turismo tuvieron una incidencia decisiva.

La suba de precios es para muchos consultores que hacen sus propios relevamientos, generalizada y pareja.

La consultora LCG dirigida por el economista Guido Lorenzo, indicó que en octubre, los precios en el supermercado subieron 6,9% en promedio. Se trata de unos 8.000 productos de la categoría alimentos que se venden en esas superficies de venta.

“Esperamos 6,7%, en forma generalizada, ningún rubro creciendo muy por encima del promedio”, sostuvo Lorenzo, quien calculó que el aumento de tarifas tuvo un impacto de casi medio punto, 0,4%, en el indicador.

Otras mediciones indican resultados similares: de acuerdo al seguimiento de precios que producen en Camilo Tiscornia & Asociados, la inflación general se ubicó en 6,8%, con alimentos y bebidas en 6,4% y por encima de ese valor, la categoría “vivienda y mantenimiento del hogar”.

Según el propio Tiscornia, vivienda fue el rubro de mayor incremento mensual por la combinación de ajustes en electricidad, gas y agua con un nuevo incremento en los salarios de encargados de edificios pero, según explicó, “no es sólo tarifas. Todo sube y a buen ritmo, también las prepagas y el combustible”.

Tal vez el anticipo más fiel del IPC que difundirá hoy el ente estadístico nacional es el registro en la Ciudad de Buenos Aires, donde la inflación general fue de 7%, con un alto impacto de los costos en educación y salud, pero con un aumento idéntico al dato general para alimentos y bebidas.

Ese dato se complementa con un relevamiento más acotado pero que suele ser también un adelanto: el índice barrial de precios (IPB) que produce el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) arrojó que en el conurbano bonaerense, el precio de los alimentos de la canasta básica avanzó en promedio 7,74% en octubre.

“Una familia de dos personas adultas y dos hijos/as pequeños/as que en septiembre necesitaba $55.172,38 para adquirir sus alimentos indispensables, un mes más tarde requería $59.443,67, o sea que necesitó agregar $4.271 más a su presupuesto para adquirir los mismos productos y evitar caer por debajo de la línea de indigencia”, detalló el informe.

Además, se destacó que el precio de esa esa canasta de básica medida en 900 comercios de diferentes distritos del conurbano se duplicó en el último año: “En octubre del año anterior la misma CBA valía $29.515,34, pero doce meses después subió más del doble: 101,40%, llegando a los $59.443,63″.