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Carmen Acosta decidió atravesar el país para despedirse de su madre de 81 años, enferma de cáncer terminal, pero al llegar a Chaco le negaron el ingreso y tuvo que regresar a Santa Fe. Finalmente, en la tarde de hoy logró ingresar a Formosa.

Desde hace cinco días, Carmen Acosta, su sobrina y un bebé de dos años dormían en una estación de servicio de Santa Fe esperando una autorización para ingresar a la provincia de Formosa. “Mi mamá se está muriendo y cada minuto es una pérdida”, había expresado.

En el mes de marzo a su madre le diagnosticaron un cáncer terminal de médula. Desde ese momento pidió autorización al Gobierno de Formosa para ingresar a la provincia y darle el último adiós. Pero hasta el momento no había obtenido respuestas. Carmen Acosta es una docente formoseña que hace tres años trabaja en el colegio Don Bosco de Rawson, Chubut, informa Jornada.

Al no recibir respuesta a las solicitudes enviadas al Gobierno formoseño por más de siete meses, ella, su sobrina y una bebé de dos años salieron de su casa en Rawson hacia Formosa, con la esperanza de reencontrarse con su madre de 81 años, que hace 10 días fue internada con un cuadro de salud muy delicado.

“Manejé 3 mil kilómetros hasta Formosa para poder despedirla. Pero al llegar a Resistencia, Chaco, me dijeron que como no tengo la autorización, aun presentando una historia clínica y diciendo que mi mamá se está muriendo, no me permitieron ingresar”, contó Acosta en Cadena Tiempo.

Luego de que estar casi una semana varadas, a las 18 de hoy lograron finalmente ingresar a la provincia del norte argentino y en pocas horas estará reunida con su madre.

En el mes de marzo a su madre le diagnosticaron un cáncer terminal de medula. Desde ese momento pidió autorización al Gobierno de Formosa para ingresar a la provincia y darle el último adiós. Pero nunca obtuvo una respuesta.

Carmen Acosta es una docente formoseña que hace tres años trabaja en el colegio Don Bosco de Rawson, Chubut.

Al no recibir respuesta a las solicitudes enviadas al Gobierno formoseño por más de siete meses, ella, su sobrina y una bebé de dos años salieron de su casa en Rawson hacia Formosa, con la esperanza de reencontrarse con su madre de 81 años, que hace 10 días fue internada con un cuadro de salud muy delicado.

“Manejé 3 mil kilómetros hasta Formosa para poder despedirla. Pero al llegar a Resistencia, Chaco, me dijeron que como no tengo la autorización, aun presentando una historia clínica y diciendo que mi mamá se está muriendo, no me permitieron ingresar”, contó Acosta en Cadena Tiempo.

Esta parte de una familia desperada, hace cinco días se encuentra varada en una estación de servicio en Florencia, una pequeña localidad en el límite de Chaco y Santa Fe. “No soy la única. Hay formoseños que hace un mes y medios están frenados esperando ingresar a la provincia para ver a sus familiares”.

Acosta recibió llamados de funcionarios de Chubut que, según narró, quisieron hacer un nexo, con Formosa, pero no obtuvieron respuestas. “Mi mamá se está muriendo y cada minuto es una pérdida para mí”.

Los abogados de la madre de Facundo Astudillo Castro, quien fue hallado muerto el 15 de agosto en un cangrejal de la localidad bonaerense de General Daniel Cerri, denunciaron hostigamiento por parte de la policía bonaerense, luego de que uno de ellos recibiera una carta documento de un comisario retirado para que deje de vincular a la policía con el caso y a otro le estacionaran una patrulla a metros de su domicilio.

“No creo más en las casualidades. Vamos a pedir una medida de protección federal. Le asignamos a esto una gravedad inaudita y estamos preparando la presentación para tener protección”, dijo el querellante Luciano Peretto al referirse a la presencia de una patrulla policial a metros de su domicilio, en Pedro Luro.

Ese episodio fue denunciado públicamente en las últimas horas por la mamá de Facundo, Cristina Castro, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Muy harta de tanto acoso, les gusta perseguirnos, pararse en nuestras entradas, no saben que no tenemos miedo, hoy le tocó a Luciano, mi abogado, la bonaerense esperando que salga de su casa. Seguiremos denunciando, lástima antes por lo menos les tenía respeto, hoy ni eso”.

Por su parte, el otro querellante, Leandro Aparicio, informó que en las últimas horas recibió una carta documento del comisario inspector retirado de la policía bonaerense Miguel Ángel Reynoso para que se “abstenga de realizar actos o expresiones que resulten ofensivas y agraviantes hacia los integrantes de las Policías de la Provincia de Buenos Aires” en relación al caso Facundo Astudillo Castro.

El remitente de la carta, quien integra la Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires (Apropoba), le advierte además que “de continuar con su inadmisible proceder” acudirá a la Justicia.

El letrado agregó que en las próximas horas presentarán un hábeas corpus, no solo por los últimos episodios en los que, según dijo, fueron víctimas, sino también a raíz de reiteradas amenazas que sufrieron “al menos cuatro testigos que declararon en el marco del expediente”.

“Hay al menos cuatro testigos amenazados, pero también existe una intensa persecución por parte de la policía que están padeciendo los chicos que integran el Semillero Cultural de Luro, al cual pertenecía Facundo”, explicó Aparicio.

Facundo (22) fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando en plena cuarentena por la Covid-19 dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia y su cadáver fue hallado el 15 de agosto pasado en un cangrejal de la localidad de General Daniel Cerri.

Los querellantes, al igual que la madre de Facundo, sostienen desde el inicio que la policía bonaerense fue la responsable de la muerte del joven y de montar un operativo posterior de encubrimiento.

A instancias de estas sospechas, la causa por la desaparición del joven pasó a ser investigada por la Justicia Federal como desaparición forzada y si bien por el momento no hay efectivos de la fuerza bonaerense detenidos, sí se llevan a cabo diligencias sobre los movimientos y hallazgos en patrullas de la fuerza, comunicaciones telefónicas entre policías y análisis de documentación y testimonios recolectados en la causa.

Fuente: Télam

Ocurrió en Argentina, en el Hospital San Roque de Gonnet. Los protagonistas fueron Norma, una madre que se debatía entre la vida y la muerte, infectada por el coronavirus, sus cinco hijos y su joven médico, Valentín Vidal, un residente de 29 años, al que le ha tocado lidiar con la pandemia.

Valentín se encargaba a diario de Norma, una paciente que, entre otras complicaciones, había contraído la Covid-19. Estaba en una sala de aislamiento y no respondía al tratamiento, empeorando día a día. Por ello, una noche que estaba de guardia tuvo que llamar a su familia para comunicarle que la mujer empeoraba por momentos y su estado no presagiaba nada bueno.

Sus hijos le pidieron verla para poder despedirse de ella. Pero el médico les dijo que no podía ser. Entonces se le ocurrió utilizar los dispositivos móviles y realizar una videollamada grupal al día siguiente: el 10 de septiembre.

El doctor tenía que salir temprano porque acababa su guardia, pero no hizo. Fue a la habitación de Norma, cada vez más debilitada, la auscultó, revisó sus constantes vitales y le comunicó que le esperaba una gran sorpresa. Cuando la mujer vio a sus cinco hijos se le iluminó el semblante. Fue un chute de energía y de cariño. Parecía que, incluso, recobraba las fuerzas. La emoción inundó la habitación y los ojos de todos se humedecieron.

«Fue una situación muy emotiva, tenía un nudo en la garganta y se me caían las lágrimas, pero no se notaron por todo el equipo de protección personal que llevaba puesto», confesó Valentín.

La llamada reconfortó a la madre que, sin embargo, al día siguiente empeoró y falleció por la tarde. Fue otro médico el que comunicó el fatal desenlace a sus hijos puesto que Valentín estaba librando.

A pesar de las circunstancias, la familia de Norma quedó muy agradecida por haberse podido despedir de ella. «Se sintieron reconfortados y apoyados», explicó el médico. «A mí me enseñaron que la medicina va de la mano con un montón de sentimientos y sensaciones y e sos valores los que aplico a la hora de trabajar», concluyó Valentín.

La noticia se hizo viral por las redes sociales, al igual que la trayectoria y la imagen del doctor.

Fuente: TN

Para el abogado de la madre de Facundo Astudillo, cuyos restos fueron encontrados el 15 de agosto último en un cangrejal de la localidad bonaerense de General Daniel Cerri, dijo que les resulta “muy extraño” el hallazgo de una mochila con dos celulares adentro a unos cuatro kilómetros del cuerpo porque se trata de un lugar que ya había sido rastrillado.

En tanto, esta mañana, los pesquisas encontraron tres partes del cierre de una mochila en cercanías al sitio en el que aparecieron los otros objetos mencionados.

“Es a unos cuatro kilómetros de donde fue hallado el cuerpo”, explicó esta tarde a Télam el letrado Luciano Peretto, quien indicó que su colega Leandro Aparicio se hasta allí trasladó esta mañana junto al personal de la Policía Federal Argentina (PFA).

“Se concurrió hoy al lugar, donde se tomaron las coordenadas y se levantaron las hebillas de la mochila, por lo que se procedió a llevar a cabo un acta”, detalló el letrado.

Mientras que Aparicio indicó: “Fuimos a levantar tres partecitas de botones de los broches de un cierre, que estaban caídos ahí”.

“Está a más o menos a unos quinientos metros de las vías, previo al ingreso al cangrejal. Y a nosotros nos parece un resultado muy extraño porque ése lugar ha sido rastrillado muchísimas veces por la Policía Federal”, señaló Peretto.

Y en ese sentido remarcó: “Es un lugar híper rastrillado en el marco de la inexplicable hipótesis del accidente, por lo que estos hallazgos no son casuales”.

El letrado recordó que el hallazgo se produjo ayer a la tarde y que estuvo a cargo de “un pescador”.

“Concordaría con las características de la mochila de Facundo. Tiene dos celulares dentro: un Blackbaerry y un Nokia, que son los dos teléfonos que Facundo transportaba con él”, explicó el letrado.

En ese sentido, Aparicio abundó que dentro de la misma mochila había “un cargador” y “el carnet (de conducir) de Facundo.

“Nos resulta muy extraño que aparezcan los dos celulares adentro de esta mochila. Su madre nos dice que su hijo llevaba los celulares en los bolsillos siempre”, consideró Peretto, quien precisó que todos los objetos encontrados fueron “precintados” y enviados a analizar inmediatamente para que no se contaminen más.

Los letrados señalaron que los dos celulares fueron remitidos directamente a la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Datip) de la Procuración ya que es “muy importante” el material que podrían contener sobre “las últimas horas de vida” de Facundo.

Respecto del pescador que encontró la mochila, Peretto dijo que “la levanta porque el lugar se estaba empezando a inundar ya que había subido la marea”, tras lo cual, “se la lleva al domicilio y cuando ve los objetos que había en su interior llama a la Policía Federal”.

Por último, el abogado añadió que “está sin confirmar si había (en la mochila) unos papeles que decían `médanos´, como los que usan los mochileros para indicar el lugar por dónde van cuando hace dedo en la ruta”.

Ayer, fuentes judiciales aseguraron a Télam que la mochila encontrada es del mismo color que la que llevaba Facundo al momento en que fue visto por última vez.

“En principio es una mochila del mismo color que la que llevaba Facundo, pero no es marca Wilson como siempre se dijo”, explicó a Télam un investigador con acceso al expediente judicial.

El hallazgo se produjo cuatro días después de que Cristina Castro declaró por primera vez y durante cuatro horas como testigo en la causa que investiga la muerte del joven.

Cristina declaró ante los dos fiscales que se sumaron semanas atrás a la investigación del caso Andrés Heim, de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin); y Horacio Azzolin, jefe de la Unidad Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci).

La mujer hizo un relato pormenorizado desde el momento en que denunció la desaparición hasta que se encontró el cadáver y, en su extensa declaración, en la que tuvo momentos emotivos en los que se quebró, reiteró sus críticas públicas contra el accionar del personal de la Policía de la provincia de Buenos Aires y el fiscal federal de Bahía Blanca Santiago Ulpiano Martínez.

En tanto, también esta semana un trabajador portuario aseguró, al declarar ante los fiscales Heim y Azzolin, haber visto luces de tres o cuatro vehículos sospechosos la noche del pasado 11 de agosto en la zona donde cuatro días después se encontraron los restos del joven.

Facundo (22) fue visto con vida por última vez el 30 de abril último, cuando en plena cuarentena por la Covid-19 dejó su casa de Pedro Luro para ir a Bahía Blanca a ver a su exnovia.

En el trayecto fue detenido en, al menos, un control policial por violar el aislamiento, aunque se lo dejó continuar y, según cree su madre, tras ello fue desaparecido por policías bonaerenses que finalmente habrían arrojado sus restos en el cangrejal de General Cerri, en el partido de Villarino, donde fueron hallados 107 días después de su desaparición.

El presidente Alberto Fernández expresó su solidaridad a Cristina Castro, la madre de Facundo Astudillo Castro, cuyos restos fueron encontrados la semana pasada en un cangrejal en la zona de Villarino Viejo, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, y que esta mañana los científicos confirmaron que son los del joven desaparecido desde el 30 de abril.

“Cuando salía para acá me llamó la mamá de Facundo y me dio la mala noticia de que los restos encontrados son los de Facundo”, relató el Presidente al iniciar sus palabras en el acto por el Día de la Industria, en el partido bonaerense de Ezeiza.

“Quiero decirle a Cristina que cuenta conmigo y con Axel y que los dos estamos comprometidos en saber lo que pasó. Todo nuestro cariño y nuestra solidaridad, estamos con vos Cristina, Axel y yo.”, enfatizó el mandatario.

“No dudes que estamos a tu lado, los dos queremos saber qué fue lo que pasó. Fue un amanecer ingrato para mí pero bueno, tenemos que salir adelante”, agregó.

El caso de la investigación sobre el paradero de Marcela Basteri, la madre de Luis Miguel, ahora tiene una importante novedad.

Flavia, Ada e Ivana, las sobrinas de Basteri que viven en la Argentina, tomaron la decisión de denunciar al popular cantante mexicano por «encubrimiento», tal como aseguró el abogado que las representa, Martín Francolino.

Ellas aseguran que la mujer que se encuentra internada en el Hospital Neuropsiquiátrico Braulio Aurelio Moyano bajo el nombre de Horina Montes García, es la mamá de Luis Miguel.

«Por las señas particulares, el color de sus ojos, algunos lunares en su cara, una cicatriz que tiene en la palma de su mano, un problema en el dedo de una de sus manos, y algunas cosas que habló y le contó a las tres mujeres que fueron a verla; estamos casi seguros de que esa mujer es Marcela Basteri», explicó Francolino.

«Ellas quieren saber dónde está su tía. Tienen derecho a llevarle una flor a una tumba o irla a visitar al supuesto hospital donde estaría internada”, aseguró el abogado.

Flavia, Ada e Ivana también pidieron un examen de ADN para esta mujer, pero fue denegado «porque dicen que hay un informe psicológico del Hospital Moyano que afirma que la mujer tiene esquizofrenia y además las huellas dactilares coinciden con las de Horina Montes».

«Nosotros creemos que en el momento en el que ingresó al país, eso se pudo fraguar», sostuvo Francolino, que esta semana se presentará en los Tribunales porteños para denunciar a Luis Miguel.

«Voy a denunciar a Luis Miguel por encubrimiento y le voy a pedir a Interpol que active un alerta amarilla para saber qué pasó con Marcela Basteri. Como él sabe dónde se encuentra su mamá, tiene que venir a la Argentina a declarar», sentenció el letrado.

En agosto de 1986, la mamá de Luis Miguel, que se crió en la Argentina, tomó un avión rumbo a Madrid desde Pisa, Italia, y un mes después desapareció sin rastros. Estaba acompañada por Sergio, su hijo de 4 años, el hermano más pequeño del cantante. Se trata de un misterio que tiene a la figura de Luisito Rey, esposo de Basteri, en el centro de las sospechas y que volvió a tener notoriedad mundial tras el estreno de la ficción Luis Miguel, la serie (Netflix).

Junto a familiares y amigos se movilizaron a Plaza de Mayo. “No esperaba un abrazo tan grande”, dijo la madre de Facundo Astudillo Castro.

Mientras se esperan los resultados de la autopsia a los restos encontrados en Villarino, que determinarán si se trata o no del cuerpo de Facundo Astudillo Castro, familiares de víctimas de la violencia institucional y organizaciones políticas y sociales realizaron la “Sexta Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil” en distintos puntos del país.

Bajo el lema “Por Facundo y contra el gatillo fácil”, la convocatoria empezó a las 15.30 en distintos puntos del país, con sede en Plaza de Mayo. También se impulsaron acciones en las redes sociales en contra de los abusos de las fuerzas de seguridad en Río Negro, Neuquén y Tucumán.

“Estoy en el punto de pararme y seguir peleando. No esperaba un abrazo tan grande y de tanta gente, nos llena el alma ver que somos muchos los que estamos reclamando”, manifestó Cristina Castro. Aclaró que “no le interesa la política” y afirmó que lo único que quiere es que se haga justicia por su hijo. “El Estado también es responsable”, sostuvo la madre.

Sobre el encuentro que mantuvo este jueves con el gobernador bonaerense Axel Kicillof dijo: “Le di mi opinión y me reservo la de él. No la compartimos, pero yo le di la mía. Lo principal era darle a conocer el tipo de persona que tiene al lado. Quiero que Sergio Berni deje de mentir”.

“Ese señor no solo es bocón, me parece irrespetuoso”, expresó la mujer. “Yo no vine a buscar hacer amistades, quiero respuestas. Las entrevistas con el Gobernador y el Presidente fueron para eso. A mí la política no me gusta”, afirmó.

El documento de las partidos de izquierda que marcharon explica: “En este camino de lucha, entendimos que no se trata de excesos individuales, ni de manzanas podridas dentro de las fuerzas, porque existe una práctica constante y sistematizada que rodea todos los casos de gatillo fácil, donde se modifica la escena del crimen, se ocultan y destruyen pruebas, amenazan a testigos y familiares, los peritajes están a cargo de sus propios pares”.

Otras de las consignas apuntó contra el ministro de seguridad bonaerense. “Fuera Berni”, señalaron y lo responsabilizaron por el desempeño de la policía bonaerense -apartada de la causa- en la investigación.

Cristina Castro dijo que el cuerpo encontrado pertenece a su hijo

La madre de Facundo se mostró convencida de que el cuerpo hallado es el de su hijo. Dijo en TN que no tiene dudas de que se trata del joven desaparecido y que se lo va a “llevar a casa”.

Señaló que la víctima “murió por asfixia, tuvo una muerte traumática” y que todavía no se determinó si fue “por sumersión o por estrangulamiento”. Además, contó que cuando los peritos le hablaron de esas hipótesis se quebró.

La mujer dijo que son muchos los involucrados en la desaparición de su hijo y advirtió: “Se van a caer todos”. “Quiero que cada uno de los culpables estén presos, especialmente uno”, reclamó.

Graciela Huenchumán tenía otras dos hijas. Los médicos salvaron al bebé que estaba en su vientre. Tras su muerte, le diagnosticaron coronavirus. «Cuidame a las nenas porque siento que ya no vuelvo», le dijo Graciela a su marido Gabriel, mientras la ingresaban a una ambulancia para trasladarla de urgencia desde Los Menucos hasta Jacobacci, dos localidades de la Línea Sur de Río Negro.

Huenchumán, de 31 años, estaba feliz e ilusionada con su embarazo. Ya sabía que su bebé era un varón, el primero después de dos hijas de 12 y 6 años que componían su familia. Pese a la angustia por la pandemia del coronavirus y la situación económica cada vez más crítica (su marido, el único sostén familiar, había perdido el trabajo), la llegada del niño era algo que la ilusionaba y la mantenía expectante ante la posibilidad de que las cosas pudieran cambiar para bien. Pero no fue así.

El domingo a la noche comenzó a sentirse mal e inmediatamente se lo dijo a Gabriel. Y con el correr de las horas, su estado empeoró. Su marido la llevó al hospital. El diagnóstico fue un cuadro de presión arterial. La medicaron, le dijeron que no era tan grave y Graciela volvió a su casa.

Pero la presión no bajó en toda la madrugada y a las 7 de la mañana Gabriel la llevó nuevamente al centro de salud porque su esposa se había descompensado. Los médicos constataron que realmente se trataba de un cuadro grave y decidieron trasladarla en ambulancia hasta Ingeniero Jacobacci, ubicada a 150 kilómetros.

Al despedirse de su marido con un hilo de voz, Graciela le dijo aquella frase para que se haga cargo de las nenas. Su estado de salud le indicaba que algo malo ocurriría. Una premonición que se cumpliría poco después cuando los médicos que la recibieron reconocieron que no podían hacer nada con aquella mujer moribunda, más que tratar de salvarle la vida al hijo que llevaba en su vientre.

Después de sufrir un paro cardíaco, le hicieron una cesárea de urgencia y el nene nació vivo y con buen estado de salud, pese a que le faltaban un par de semanas de gestación. Pero Graciela murió sin conocer a su hijo. Enterado de la terrible noticia, Gabriel viajó a Jacobacci para conocer al niño y hacer los trámites de rigor para traer el cuerpo de su esposa fallecida.

Las preguntas sobre las causas de la muerte de Graciela eran inevitables. Se trataba de una mujer joven que no tenía problemas de salud y que nunca había sufrido un cuadro de presión como el que tuvo esa noche. Pero la sorpresa de sus familiares fue aún mayor cuando los médicos le contaron que después de hacerle un hisopado, constatado que la mujer tenía coronavirus.

«Cómo puede ser si no tenemos casos en Los Menucos», se preguntó Juan Domingo, el hermano de Graciela, en diálogo con La Mañana de Neuquén. De hecho, en la localidad se habían registrado algunos contagios a mediados de junio y principios de julio, pero no parecían ser una amenaza para la población. Además, Graciela no tenía ningún síntoma y cursaba su embarazo sin mayores inconvenientes. ¿Por qué ese desenlace?

El hombre sospecha que algo más ocurrió en torno a la muerte de su hermana. Dice que pudo haber sido una mala praxis cuando la trataron en un principio y le dieron esos medicamentos, aunque no tiene fundamentos en sus explicaciones, más que el profundo dolor por la pérdida de Graciela. Por eso quiere que el caso se investigue, que se sepa qué fue lo que realmente ocurrió.

El martes de la noche se realizó una ceremonia discreta en el cementerio de Los Menucos. Concurrió la madre de Graciela, el hermano y Gabriel, el esposo. Nadie más, debido el protocolo que hay para despedir a los seres queridos en tiempos de pandemia.

El bebé sigue internado en el hospital de Jacobacci y ahora aguardan el resultado del examen para ver si también tiene Covid-19.

Dice Juan Domingo que el chiquito, primer varón de la familia, está bien. Y que ahora, con el contraste de la alegría en medio del drama, le están buscando un nombre.

Beatriz, la madre de Solange, dijo: «Estoy desconsolada, ella quería el último abrazo de su padre, es lo único que quería, estar con su padre. Quería estar con su tía, quería estar con su familia para morir. Ella esperaba ese momento, esperaba a su padre con ansiedad y se lo negaron. Mi hija se fue sin su abrazo, sin su amor».

La historia de Solange Musse seguramente se constituirá como una de las más dolorosas de la pandemia en la Argentina. Es que esta joven de 35 años, quien sufría un cáncer terminal y por ello realizaba un tratamiento en Córdoba, falleció sin despedirse de su padre, Pablo Musse. El hombre quiso llegar hasta esa provincia desde Neuquén, junto a su cuñada con discapacidad motriz, pero en Huinca Renancó tuvo que emprender el regreso ya que el resultado de su test rápido de Covid-19 dio resultado «dudoso».

«No tengo palabras de tanto dolor que sufrió mi hija desde ese día que se enteró que lo maltrataron a su padre y a su tía. Ella que dejó todo, ella estaba bien, estaba contenta para estar con su familia, con su padre», dijo la madre de Solange.

La madre de Solange, visiblemente afectada por el difícil momento familiar que atraviesan, sostuvo que «le arrebataron los derechos de hija» a Solange y «le arrebataron los derechos de padre» a su marido. «No hay nadie que te pueda arrebatar esos derechos y ahora tengo que estar llorando la muerte de mi hija. No puede ser. No tuvo derecho a ver a su padre antes de morir, Dios mío», dijo Beatriz.

A su vez, relató que en Huinca Renancó «lo echaron como perro» y «lo trataron como perro» a su marido. «A mi hermana, que es discapacitada, la dejaron haciendo sus necesidades sobre la ruta. Son un asco, son un despojo humano. No les deseo nada, simplemente decirles que no les pase lo mismo que a mí, que a mi marido, que a mi familia. Quiero que ahora, al volver ellos, porque les dio negativo el hisopado, no los jodan más. Que tenga el derecho de ver a su hija aunque esté muerta», pidió Beatriz, en el medio cordobés, ya que su esposo estará allí por la noche.

Explicó que tras el resultado «dudoso», sus familiares requirieron que los hisoparan en Huinca Renancó, sin lograrlo. «Nadie se comunicó con nadie, ni el COE (por el Centro de Operaciones de Emergencias), ni el gobierno de la provincia, nadie. Parecía un delincuente cómo lo sacaron de Córdoba. Hicieron una barbaridad con el y con mi hermana, que es discapacitada. Nadie habló con nosotros, ni nos dijo qué pasaba, por qué todo esto».

Beatriz sostuvo que su marido y su hermana avisaron que ingresarían a Córdoba para ver a Solange. «Están todos los papeles a la vista de todo el que quiera saber. Se comunicó Pablo con todos», remarcó. Esta semana, el mismo Musse explicó que «nunca» le tomaron la fiebre y dijo: «No me quisieron hacer el hisopado. Nunca pude hablar con ninguna autoridad, solo con las dos chicas del puesto sanitario y la policía».

Por último, la madre desconsolada arengó a la sociedad a reclamar por sus derechos. «Que no sean avasallados como fueron los de mi hija, los de mi marido. Que no se callen más, que lo publiquen, que lo digan. Los derechos de cada uno están, existen. Se lo digo al COE, se lo digo al Gobierno, al Nacional, a quien sea. Los derechos de las personas existen y ante una enfermedad tan grave y ante la muerte, existen. No se callen, por favor. No dejen que sus familiares se mueran sin ver a sus hijos. Hagan valer sus derechos como todo ser humano de la Argentina lo tiene que hacer», exclamó.