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Pobreza

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La pobreza afecta al 39,2% de la población, informó este jueves el INDEC sobre la base de datos relevados en el segundo semestre del año anterior, y representa un incremento respecto del 36,5% que se había detectado en el primer semestre de 2022.

En total hay 11,5 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 2,4 millones son indigentes, de acuerdo con la estadística oficial.

Las cifras del INDEC abarcan a una parte de la población, por lo que si se proyectan a todo el país la cantidad de pobres rondaría los 17,6 millones de personas.

Los datos se conocen en medio de un escenario marcado por la sequía, los salarios en baja y una inflación que no da tregua, por la que se presume que la tendencia seguirá en sentido ascendente. Los analistas habían anticipado en la previa que el número de la pobreza superaría el 40%, un salto que se explica por la escalada del índice de precios, que cerró el año pasado con un alza del 94,8%. La pobreza en la primera mitad del 2022 había alcanzado al 36,5% de la población. La indigencia había sido del 8,8%, apenas mayor. En lo que va de la gestión de Alberto Fernández, el registro más alto había sido el del segundo semestre del 2020, con 42%, cuando la pandemia hizo saltar el índice a los registros más altos desde el 2003.
Desde aquel dato del 42% en 2020, todas las mediciones fueron mostrando una caída en la pobreza. En la previa se supo que la Canasta Básica Total (CBT), que establece el umbral de la pobreza, aumentó 8,3 % en febrero de este año, por lo que una familia tipo, de cuatro integrantes (dos adultos y dos chicos) necesitó $177.063 para no ser considerada pobre.

En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que define la línea de indigencia, marcó también un incremento del 11,7 %, por lo que ese hogar requirió de $80.483 para cubrir sus necesidades básicas para subsistir.

Durante 2022, en especial en el último trimestre, con mayor actividad y empleo, hubo un salto de las personas indigentes que viven en la Ciudad de Buenos Aires: subió del 6 % al 7,7 %, o de 186.000 a 237.000 personas.

Ese aumento casi se duplica en relación a fines de 2015, cuando la indigencia era de apenas el 4,1 %. El dato se dio a conocer el pasado 21 de marzo.

Al mismo tiempo se produjo un achique de la clase media (del 49,9% al 47,2%) por el incremento de los sectores vulnerables y medio-frágiles. Ese achique es mayor en relación a fines de 2015, cuando la clase media representaba el 51,9 %.

Con excepción del año 2020, por la pandemia y cuarentena, el dato de indigencia es el más alto de la serie que arranca en 2015, superando la anterior marca del 6,6% de finales de 2018.

A fines de 2016, los indigentes sumaban 154.000 personas: representa un incremento de 83.000 indigentes en apenas 6 años. Y la clase media se redujo de 1.592.000 a 1.453.000 personas: una caída de 139.000 personas.

En tanto, en un año aumentó del 33% al 33,8% (233.500) los niños, niñas y adolescentes (0-17 años) que residen en hogares en condición de pobreza.

En un escenario marcado por la sequía, los salarios en baja y una inflación que no da tregua, este jueves el INDEC publicará las cifras de pobreza e indigencia correspondientes al segundo semestre de 2022. Antes de la difusión del dato oficial, los especialistas advierten que la cifra rondará el 40%.

La pobreza finalizó la primera mitad del 2022 en 36,5%, por lo que alcanzó a 17,4 millones de personas que viven en 4,4 millones de hogares. Para la segunda mitad del año, las estimaciones son aún menos alentadoras.

Consultado por TNLeopoldo Tornarolli, economista de la Universidad Nacional de La Plata, proyectó que “el indicador llegará al 39,5%”. Esa dinámica se explica por el mayor impacto que tuvieron los aumentos de precios para los segmentos de menores ingresos.

Martín Rozada, director de la maestría en Econometría de la Universidad Di Tella, realiza el Nowcast de pobreza, una medición basada en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC junto a proyecciones de la canasta básica total (CBT) y de los deciles de ingreso total familiar.

El INDEC dará a conocer el dato de pobreza correspondiente al segundo semestre del 2022.

“Tenemos una estimación de la tasa de pobreza de 38% en el tercer trimestre del año pasado. En el cuarto trimestre ya la canasta básica tenía un salto interanual del 97%, mientras los ingresos crecían menos del 90%. Por eso esperamos que la tasa del segundo semestre se acerque al 39,6% en la medición del INDEC”, señaló el economista.

Hacia adelante, Rozada proyecta que “para el período septiembre de 2022 a febrero del 2023 la pobreza rondará el 42%”.

La canasta básica aumentó 8,3% en febrero del 2023

Con la aceleración de la inflación en alimentos, que llegó 9,8% en el segundo mes de 2023, la canasta básica total (CBT), que establece el umbral de la pobreza, aumentó 8,3% en febrero, por lo que una familia tipo, de cuatro integrantes (dos adultos y dos chicos) necesitó $177.063 para no ser considerada pobre.

En tanto, la canasta básica alimentaria (CBA), que define la línea de la indigencia, marcó también un incremento del 11,7%, por lo que ese hogar requirió de $80.483 para cubrir sus necesidades básicas para subsistir.

Según el último informe del organismo estadístico, durante febrero de 2023, la variación de las canastas -tanto en su medición mensual como interanual-, se ubicaron por encima del índice de inflación, que subió 6,6% y 102,5% respetivamente.

En rigor, en los doce meses que transcurrieron en 2022 la inflación fue del 94,8%. Se trata del mayor porcentaje en 32 años superando así el umbral del 84% fijado en 1991, tras el lanzamiento de la convertibilidad que buscaba dejar atrás dos hiperinflaciones.

Los aumentos de alimentos, bienes y servicios de primera necesidad golpean con más fuerza a los sectores de menores ingresos. Los especialistas afirman que la pobreza pegó un salto hacia finales de 2022 y alcanzó casi al 40% de la población.

Por la aceleración de la inflación en los primeros meses de 2023, el Gobierno llegará a las elecciones de octubre con una cifra peor en el indicador que refleja la cantidad de personas que no cubren sus necesidades básicas.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó el martes que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero aceleró al 6,6% mensual, acumuló 13,1% en el bimestre y tocó el 102,5% interanual, superando los tres dígitos por primera vez desde 1991 en lo que fue la salida de la hiperinflación. En el mercado y los despachos oficiales descuentan que marzo no traerá un alivio -según publica TN-.

En ese marco, el organismo informó este jueves las variaciones a febrero de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca el nivel de ingresos que se necesita para cubrir la alimentación básica y no ser indigente, y la Canasta Básica Total (CBT), que incluye ciertos bienes y servicios necesarios para no ser pobre.

Los aumentos de ambas canastas estuvieron por encima de la inflación promedio, lo que marca el impacto regresivo de la suba de precios. En definitiva, un mayor efecto sobre los sectores más vulnerables. La CBA para una familia de cuatro personas fue de $80.483: saltó 11,7% mensual, acumuló 19,8% en el bimestre y 115,1% en el último año. Para cubrir una CBT ese mismo hogar requirió $177.063: 8,3% más que en enero, 16,1% más que en diciembre y 111,3% más que un año atrás.

Marzo resultó un mes de malas noticias para el Gobierno: por la sequía se recortan cada vez más las proyecciones de cosecha con el golpe que eso implica para la economía, los salarios iniciaron el 2023 en baja, la inflación no da tregua y el próximo 30 de marzo el INDEC publicará los números de pobreza e indigencia del segundo semestre del año pasado.

Por lo pronto, los especialistas anticipan que no será un buen dato. La pobreza finalizó la primera mitad del 2022 en 36,5%, por lo que alcanzó a 17,4 millones de personas que viven en 4,4 millones de hogares. El economista del CEDLAS de la Universidad Nacional de La Plata, Leopoldo Tornarolli, proyectó que el indicador llegará al 39,5%. Esa dinámica se explica por el mayor impacto que tuvieron los aumentos de precios para los segmentos de menores ingresos.

La aceleración de la inflación en el primer trimestre apunta a cerrar muy cerca del 20% en las proyecciones más optimistas y ese proceso influirá negativamente en los indicadores sociales del primer semestre de este año. Tornarolli recordó que los números de pobreza e indigencia de dicho período se conocerán el 27 de septiembre próximo, unos 25 días antes de las elecciones presidenciales generales.

En ese sentido, el nowcast de pobreza que realiza el departamento de economía de la Universidad Torcuato Di Tella, que dirige Martín González Rozada, tiene una estimación actualizada del indicador. “Con el IPC de febrero para estimar la CBT del mes, se proyecta una tasa de pobreza de 42.2% para el semestre septiembre 2022-febrero 2023″, señaló Rozada.

Lo dijo el secretario gremial y señaló que realizarán un congreso extraordinario en la ciudad de Rawson para definir un plan de lucha con el objetivo de «torcer esto que hasta el momento viene imponiendo el Gobierno Provincial”.

Frente a las políticas del Gobierno Provincial en materia de educación y del salario docente, ATECH informó que llevarán adelante un congreso extraordinario en la ciudad de Rawson el 30 de marzo para definir un plan de lucha.

El secretario gremial de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (ATECH), Carlos Magno, explicó que el objetivo es “enfrentar esta política del Gobierno de Arcioni de pauperizar el sueldo docente y de empeorar cada año las condiciones de trabajo”.

Señaló que del congreso extraordinario participarán los 70 congresales que representan a todas regiones de Chubut. Además, estarán los delegados porque se busca «ampliar la forma en la que se llevan adelante estos congresos”.

De esta manera, “tener un debate acerca de la situación que estamos enfrentando, llegar a consensos concretos, superando inclusive diferencias que existen en el conjunto docente y llevar adelante un plan de lucha para torcer esto que hasta el momento viene imponiendo el Gobierno de Arcioni”.

Más adelante, afirmó que el acuerdo paritario “no cuenta con ningún acuerdo de ningún docente de la provincia”.

Remarcó que “ATECH no convalidó ni va a convalidar ningún ofrecimiento que esté por debajo de la canasta familiar”.

Por este motivo, explicó que “con el Congreso se busca llegar a un plan de lucha y se reabra la discusión paritaria salarial que ya se le ha planteado al Gobierno y hasta ahora la niega”.

Luego, manifestó que el gobernador Arcioni «sacó el certificado de pobreza para la provincia de Chubut», ya que “por primera vez no llega a pagar ni siquiera el mínimo de 130 mil pesos que esta por debajo del costo de vida, debido a que la canasta familiar está a 180 mil pesos”.

Y agregó que no se tiene en cuenta los alquileres. “Muchos docentes no tienen vivienda propia”.

“El Estado es el que debe garantizar el presupuesto necesario para que las escuelas tengan las condiciones edilicias necesarias y para que los docentes tengan un salario que llegue a cubrir el costo de vida con un solo cargo, no con dos como desde el gobierno pretenden”.

Por su parte, el secretario general de la Regional Oeste de ATECH, Martin Pena, señaló que “sigue habiendo una carencia en lo que es infraestructura escolar en toda la región y la provincia”.

Afirmó que realizan relevamientos propios además de los que efectúan desde el Ministerio de Infraestructura.

Además, indicó que están trabajando en secundaria en “el pedido de regularización de la junta de clasificación docente secundaria que está intervenida, es decir, que están un grupo de personas puestas por el Gobierno”.

Por lo tanto, se pretende que vuelva a ser «una junta autárquica y que se maneje por sí sola».

Por último, manifestó que están tratando de «llegar a los compañeros y compañeras para darles herramientas y para debatir todo lo que tiene que ver con la disposición de nuestra lucha y transformación».

El papa Francisco criticó los altos índices de pobreza e inflación que afectan a la Argentina y los adjudicó a la “mala administración y malas políticas”.

En una entrevista con la agencia de noticias Associated Press también consideró que el aumento de precios en el país es “impresionante”.

“Argentina en este momento, y no hago política, leo los datos, tiene un nivel de inflación impresionante”, enfatizó Francisco en una entrevista en la que también sentenció que la homosexualidad “no es un delito”, según recoge el sitio Infobae.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el índice de inflación acumulado durante los últimos doce meses de 2022 fue de 94,8%, a partir del índice de Precios al Consumidor (IPC).

Mientras que durante los tres años de gestión del presidente Alberto Fernández, suma casi 300% de inflación desde que llegó a la Casa Rosada, superando a los 295,7 puntos que acumuló Macri, los 177 puntos del segundo mandato de Cristina Kirchner.

Las declaraciones del Papa respecto a la preocupante inflación en la Argentina, van a contramano de los dichos del jefe de Estado, quien en un reportaje a un medio de Brasil aseguró que era “autoconstruida” y apuntó a los “diablos” que suben los precios.

Francisco también expresó otra de sus preocupaciones por los sectores vulnerables, a quienes más afecta la suba de precios.

“En el año 55, cuando terminé mi escuela secundaria, el nivel de pobreza era del 5%, hoy la pobreza está en el 52%. ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”.

Los datos surgen del informe semestral que elabora el Observatorio de la Deuda Social de la casa de estudios. Hay 17 millones de personas que no llegan a fin de mes y más de 3 millones de indigentes.

En 2022 en la Argentina hay 17 millones de personas pobres. 3,3 millones viven en condiciones de indigencia. Los datos son de un informe de la Universidad Católica Argentina, indican que en el último año, la pobreza aumentó de 42,4% a 43,1%, mientras la indigencia bajó levemente, de 9% a 8,1%, publicó TN.

Agustín Salvia, director de Investigaciones del Observatorio de la Deuda Social Argentina, subrayó que de no haber mediado la intervención del Estado a través de diferentes medidas de asistencia social, la indigencia se habría elevado al 19,6% y la pobreza por ingresos a la mitad de la población.

Sin embargo, el eje central durante la presentación del informe giró en torno a las posibilidades reales de cambio estructural que suscitan los programas sociales, sobre todo, ante el constante ascenso de la inflación y las dificultades para atraer inversiones y generar empleo formal.

De los datos de los últimos años se desprende que:

En 2019, las tasas de pobreza e indigencia fueron del 39,8% y el 8,4%, respectivamente;
En 2020 -con la pandemia-, subieron 44,7% y 9,8%.
En 2021 la pobreza fue de 42,4% mientras que la indigencia se redujo al 9%.
En 2022, las cifras fueron de 43,1% y 8,1%, respectivamente.
Los planes sociales y la crisis por el alza del gasto

“En 2022, el 40% de los hogares recibió alguna asistencia social (el 50% de la población urbana ha sido asistida por alguno de los programas o complementos implementados). Sin estas asistencias,la tasa de indigencia habría alcanzado el 20% de la población y la tasa de pobreza al 50%”, señaló Salvia. Sin embargo, durante la presentación, el especialista remarcó que los programas sociales no constituyen una solución al problema estructural de la pobreza.

Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía durante el gobierno de Cristina Kirchner, participó de la presentación del informe y analizó: “Después de ver los números de pobreza entiendo que hay una razón por la que no explota todo y es el acuerdo tácito que existe en la Argentina por el cual, si sube la pobreza, hay que subir el gasto”.

En este sentido, el economista enfatizó que ahora ese consenso está entrando en crisis por el costado tributario. Hay salir de los lugares comunes y encontrar una diagonal fiscal -tributaria y de gasto- que debe ponerse a prueba durante 5, 10 o 15 años.

“Tenemos un consenso unánime en el modelo de decrecimiento: tratar de obturar todo lo que hace el otro, la eficiencia para obstaculizar al oficialismo siendo oposición es una característica que salta la grieta, pero lo que necesitamos es un modelo de crecimiento.

A su vez, Álvarez Agis aludió a la problemática de la inflación: “Es un desafío político. El mundo se está cuestionando si alcanza con laspolíticas tradicionales para bajar una inflación del 7% o del 8%, y la respuesta es ‘no’. Imagínate si alcanza para bajar una inflación de 100%”, concluyó.

Médicos del Hospital Regional vienen hace días efectuando una protesta para visibilizar la situación de sus salarios y, ante la falta de respuesta del Gobierno Provincial, están convocando a autoridades municipales y diputados.

En diálogo con el programa NSLM de LaCienPuntoUno, el médico Hernán Abat contó que “llevamos casi tres semanas y hasta el momento no ha habido ninguna reunión por parte de las autoridades, habían prometido una para la semana pasada, no se dio, hoy habían prometido otra, estamos esperando si se cumple. Entonces estamos empezando a convocar al resto de las autoridades, municipales, diputados y a la Comisión de Salud”.

Y agregó que “hemos tratado de visibilizar esto sin cortar la atención, porque sabemos que los perjudicados son la gente que no tienen nada que ver, pero la situación es crítica porque esto no es algo de ahora, es un desgaste que lleva años, donde cada vez somos menos y donde es imposible que se incorpore nuevo personal, porque estamos hablando de traer a un especialista al Hospital y le estarías ofreciendo 160mil pesos, estamos casi por debajo de la línea de pobreza de Comodoro”.

Leopoldo Tornarolli, investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata, habló este lunes en CNN Radio sobre el flagelo de la inflación en Argentina y su relación con los niveles de pobreza y desempleo.

“Hay cosas que se han ido acumulando en los últimos gobiernos y problemas que no se supieron resolver. Este gobierno puede decir lo de la deuda del gobierno Macri, y el expresidente puede decir de la presión cambiaria del anterior”, explicó, sobre algunos de los motivos que se fueron arrastrando con el tiempo y que dificultaron una solución concreta al alto índice de precios en el país.

En Los Primeros de la Tarde, con Pepe Gil Vidal, el experto precisó que “los niveles de empleo están por encima de los que hubo en los últimos 6 o 7 años en Argentina, pero el gobierno sigue siendo incapaz de crear empleo formal y los que ya estaban con trabajo registrado han ido perdiendo poder adquisitivo”.

“La explicación principal del crecimiento de la pobreza tiene que ver con la pérdida de poder adquisitivo de los salarios”, agregó Tornarolli, y afirmó que “los buenos acuerdos de algunos sindicatos no cubren a la gran porción de argentinos que trabajan, muchos de ellos en la informalidad”.

Además, comentó que “incluso para los registrados que tienen aumentos, con esta inflación creciente, el valor adquisitivo de esas mejoras se va perdiendo cada vez más rápido”.

“Las paritarias tienen que ser con más frecuencia: antes se negociaba por un año y ahora cada seis meses con revisión a los tres”, finalizó.

«Una familia tipo, sin alquiler, necesitó 224.250 pesos para ser considerada de clase media en Comodoro. A diferencia de Buenos Aires, hay un 15% y en otras oportunidades cercano al 10%», le dijo esta mañana a EL COMODORENSE el experto en la materia con algunas cifras puntuales sobre la actualidad económica.

La información debido al alto índice inflacionario fue presentada por el economista local, César Herrera, dando un panorama de la situación económica y hablando de lo que resta para los próximos dos meses del 2022.

En estos términos, también agregó que una familia para no ser pobre necesitó 143.380 pesos. «Sería un 11% más a comparación de la canasta bonaerense», subrayó Herrera.

Si uno tiene en cuenta los precios de Capital Federal y los de Comodoro, no existe una gran diferencia en cuanto a los alimentos y bebidas. Pero el motivo puntual de esto apunta a otros rubros como la telefonía celular, el transporte e internet, que claramente no son las mismas cifras.

En otros términos, el economista local hizo mención de la situación inflacionaria a nivel nacional y dio su punto de vista sobre las medidas que el gobierno busca tomar para que los argentinos no padezcan tanto este fenómeno. «Estamos muy cerca de superar las tres cifras de inflación, debido a eso, el gobierno está haciendo esfuerzos denodados con los Precios Justos para aminorar, negociando con las cadenas más importantes del país para bajar esa expectativa inflacionaria», señaló.

«Creo que los Precios Justos pueden llegar a funcionar, lo están encarando de una manera diferente. Hay un discurso político del control de precios, pero no hay una voluntad efectiva», remarcó Herrera.

En conclusión, se adelantó a lo que podría llegar a ser una hiperinflación en caso de que sean tres las cifras finales de 2022. «En los próximos meses continuará siendo alta a pesar de que bajó un poco, seguramente continúe entre 5 y 6%, para luego estar en diciembre con sus costos estacionales específicos que son las fiestas, donde se puede esperar un 95% de inflación o ya un 100% que complicaría mucho a las personas», cerró.

La canasta básica total aumentó el mes pasado un 7,1%, un incremento que queda casi un punto por encima de la inflación que fue del 6,2% en ese mismo período, según informó el INDEC. En los últimos 12 meses esta canasta subió más del 81%.

Según el relevamiento que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos publicó este miércoles, una familia de cuatro integrantes necesitó en septiembre un ingreso mensual de $128.214 para no caer bajo la línea de la pobreza, tras un aumento de 7,1% ese mes de la Canasta Básica Total (CBT).

En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) -que establece la línea de indigencia- también tuvo un incremento de 7,1% y estabeció que un hogar tuvo que sumar ingresos de al menos $56.732 para que sus integrantes no sean considerados indigentes.

En los últimos doce meses, la CBT experimentó un incremento anual de 81,8% y la alimentaria, un 89 por ciento.

Ambos datos son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.

De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.