En el término de un mes recibirá a Mauricio Macri y a un juez cuestionado por el oficialismo.
El papa Francisco parece jugar un papel más determinante que el de los partidos de la oposición al gobierno de Cambiemos, como es el caso del peronismo, hoy dividido en múltiples sectores y sin una conducción nítida. El Sumo Pontífice no se expide en forma directa acerca del acontecer argentino pero con sus acciones ha marcado y marca el paso del presidente Mauricio Macri. Al parecer, el terreno donde mejor desempeña su estrategia es la justicia. En menos de un mes se reunirá en el Vaticano con el propio Macri, pero también con el juez al frente de la causa que investiga el encubrimiento del atentado a la mutual judía AMIA, Daniel Rafecas. Este último fue el protagonista de un cruce dialéctico en la última semana en el que políticos e intelectuales vinculados al oficialismo pidieron su destitución.
Será el segundo encuentro entre el primer mandatario argentino y Francisco. El primero de ellos fue en febrero y todos los medios, nacionales y extranjeros, lo destacaron por lo efímero: apenas 22 minutos para una cumbre muy esperada por todos en Argentina. El padre Pepe, uno de los denominados curas villeros y muy cercano a Francisco, dijo a EL PAÍS que aquella reunión duró poco porque el gobierno argentino no había realizado un pedido formal para entrevistarse con Bergoglio. Ahora sí lo hicieron y el Papa confirmó la fecha del 15 de octubre para recibir a quien fuera alcalde de Buenos Aires cuando el religioso oficiaba de Arzobispo de la Ciudad. Luego de ser ungido como máxima autoridad de la Iglesia Católica, Francisco recibió dos veces al por entonces jefe de gobierno porteño.
Aunque nadie lo diga abiertamente existe una profunda interna entre algunos dirigentes del gobierno de Cambiemos en relación a la figura de Francisco. Por un lado están algunos ministros y asesores cercanos al propio Macri que lanzaron una ofensiva dialéctica contra el Sumo Pontífice, molestos por la escueta audiencia que el presidente tuvo en el Vaticano y que consideraron un desplante. Por el otro, un par de dirigentes más diplomáticos que entienden que la Iglesia Católica puede colaborar allí donde más se la necesita, en los barrios más carenciados, y donde muchos ciudadanos que fueron afectados por las subas de tarifas y la destrucción del empleo ya no ven con buenos ojos a quienes en campaña les tocaban el timbre para orientar su voto. Por otra parte, la visita de Macri a Francisco será decisiva para determinar cuándo se realizará finalmente el postergado viaje del religioso a su país de origen. Muchos creen que será en octubre de 2017.
Este lunes el Vaticano confirmó que el encuentro será el 15 de octubre y no el 17, como había pedido Macri, “por problemas de agenda del Santo Padre”. Muchos en Argentina especularon acerca del ajuste en la agenda, dado que el 17 de octubre es el día en el que el peronismo celebra la lealtad con su líder, Juan Domingo Perón. Son los mismos que llaman a Francisco “el Papa peronista”. El viaje de Macri también servirá para presenciar la ceremonia de canonización del cura José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914), quien se convertirá en el primer santo que nació, vivió y murió en Argentina y será proclamado santo junto a otros 6 beatos de otras nacionalidades en una misa solemne en la Plaza de San Pedro.
Daniel Rafecas fue el nombre propio citado en dos solicitadas enfrentadas en torno a la figura del fiscal Alberto Nisman, fallecido en enero de 2015 por causas que aún se intentan determinar, un día antes de presentar en el Congreso Nacional los argumentos por los que, sostuvo, se debía procesar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su exmujer y querellante en la causa que investiga el deceso, la jueza Sandra Arroyo Salgado, pidió entre lágrimas la destitución de Rafecas en un estudio del canal de noticias TN. En simultáneo, una solicitada firmada por intelectuales y personalidades públicas pidió lo mismo en las páginas de los dos diarios argentinos de mayor circulación. Los firmantes entienden que el magistrado debe ser removido de la causa por negarse a investigar la denuncia que hiciera Nisman. Además, el juez tiene un pedido de juicio político en el Consejo de la Magistratura por el mismo tema, planteada por el diputado Waldo Wolff (del bloque PRO-Cambiemos y ex vicepresidente de la ONG judía DAIA).
Otra solicitada salió rápidamente en defensa de Rafecas y fue firmada por organizaciones de Derechos Humanos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, jueces, políticos y referentes sociales de izquierda. El texto denunció que hay en marcha “una persecución contra un juez independiente a través de esta inusitada práctica (la carta abierta) cuya intención, a no dudar, es disciplinar a todos los operadores judiciales, que de tolerarse afectará gravemente a Estado de Derecho”.
Una defensa más férrea parece ser la que ahora desplega Francisco, al invitarlo al mismo coloquio sobre crimen organizado por el que ya viajaron el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y los jueces María Romilda Servini de Cubría, Sebastián Casanello, Zunilda Niremperger y Carlos Vera Barrio, entre otros. La fecha del evento organizado por el arzobispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo, al frente de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, será el 23 y 24 de noviembre.