Lo anunció el fundador de la compañía Mark Zuckerberg en su perfil de la red social: «Cuando mucha gente nos avise de que una historia es mentira, vamos a hacer que la estudien organizaciones externas dedicadas a comprobar los hechos».
Este tipo de publicaciones también tendrá menos posibilidades de mostrarse en el News Feed (la página principal de noticias) de los usuarios.
«Nadie más podrá poner un anuncio en una historia que se está poniendo en entredicho ni podrá promoverla en nuestra plataforma».
Con esta medida, que forma parte del plan de siete puntos que anunció a finales de noviembre, Facebook se aleja de la función de árbitro y deja abierta la posibilidad de leer y compartir la historia. Pero con condiciones. «Queremos que a partir de ahora tengan más información sobre lo que estas organizaciones expertas en fact cheking (comprobación de hechos) piensan que es riguroso. Así nadie más podrá poner un anuncio en una historia a la que le falta veracidad ni podrá promoverla en nuestra plataforma», afirmó Zuckerberg.
«Estos son los primeros pasos para lograr que difundir información errónea no sea rentable y para que los spammers (personas que envían correos basura) no ganen dinero cuando la gente visita sus páginas web. Vamos a reprimir a estos spammers que se disfrazan como organizaciones de noticias famosas», afirmó.
Esta decisión llega después del papel que han jugado las redes sociales en las elecciones de Estados Unidos. Se ha tratado de una de las campañas electorales en la que han circulado más mentiras de la historia reciente, bulos que han encontrado un canal privilegiado en los buscadores y redes sociales.
«Veo a Facebook como una compañía tecnológica, pero reconozco que tenemos más responsabilidad que la de solo construir la tecnolo por donde fluye la información. Aunque nosotros no escribimos las noticias que ustedes leen y compartegían, reconocemos que somos más que un simple distribuidor de noticias», indicó el fundador de la red social.