La CGT evaluó como «contundente» el paro por 24 horas en todo el país, para lograr «la rectificación de la política económica y social». Dejó en claro que la central sindical no promueve «una fogata social, ni que termine el mandato de nadie», según dijo Schmid, quién advirtió que «si hay mafias, que la busquen en la especulación financiera».
«La primera evaluación desde el inicio del paro a las cero horas es que ha sido una medida contundente en todo el país», aseguró el secretario de Prensa de la central obrera, Jorge Sola, durante una conferencia en el histórico edificio de la calle Azopardo.
«Es una jornada de lucha y protesta contra una política económica que no contiene a los trabajadores y que está pegando fuertemente en el poder adquisitivo, en el ingreso de más trabajadores y a la ciudadanía en general que está bajo niveles de pobreza», señaló el titular del sindicato de los empleados del Seguro. «El objetivo es llamar la atención para que el Gobierno cambie la política económica», agregó.
Escoltado por el líder de los canillitas Omar Plaini, y el cacique camionero, Pablo Moyano, Sola informó el «apoyo internacional» de la Unión Sindical Obrera de España, de la Confederación Sindical de las Américas y la Confederación Sindical Internacional y destacó la adhesión de las CTA, los movimientos sociales y los pequeños comerciantes que realizaron un «percianazo», pero rechazó los piquetes. «El paro es contundente aún sin estas medidas, a las no adherimos ni convocamos y no responden a esta CGT. Pertenecen a sectores más políticos que gremiales. Los trabajadores han decidido plegarse en su totalidad», replicó Sola.
El vocero cegetista exhortó a las autoridades nacionales a reabrir la mesa de diálogo. «El Gobierno tiene dos años por delante. Estamos prestos al diálogo como siempre, como el año pasado donde nos acercarnos. Pero este paro también es para que tome nota la oposición política y para que el empresariado argentino deje de mirarse el ombligo y hacer mezquindades», sostuvo, y remarcó la falta de cumplimiento del acuerdo que frenaban los despidos.
«El Presidente y el ministro de Trabajo (Jorge Triaca) tienen que promover lo que prometieron que iban a hacer: unir al país y achicar la grieta», disparó el gremialista. «Hablar de mafias y no mirar para el lugar de dónde vienen implica abrir otra grieta. Este paro no es una extorsión, es un paro que tiene un fin político porque queremos que cambie la política económica», dijo y subrayó, que tampoco es una huelga con «fines electorales».
La respuesta también estuvo dirigida a la disposición que se publicó este jueves en el Boletín Oficial a través de la cual el Gobierno endureció los controles sobre los sindicatos.
A su turno, Moyano pidió que «mañana el Gobierno llame urgentemente a una mesa de diálogo serio y no lo que pasó durante este año y medio, que fue solo para la foto, porque los empresarios no cumplieron con el bono de $ 2.000 y siguen los despidos y suspensiones». El secretario gremial de la CGT exhortó a Triaca a convocar a la CGT para «una reunión en serio» y dejar de lado las críticas.
Fiel a su estilo, el camionero repudió los dichos sobre las mafias sindicales y advirtió que «si siguen las agresiones a los dirigentes y trabajadores las medidas van a continuar con movilizaciones, paro u otras medidas más contundentes». «Se le dio un año al Gobierno para cumplir con los reclamos legítimos y no cumplió», añadió.
«Tuvimos Panamá Papers, (Gustavo) Arribas que recibió plata de arriba, la vergüenza del Correo (Argentino) y que la señora Vicepresidente (Gabriela Michetti) le encontraron un dinero que no pudo justificar, habría que ver dónde está la mafia», lanzó.
Moyano también despreció los piquetes. «Lamentablemente la gente de izquierda tiene su modalidad de protestar y salir a la calle, que no compartimos, pero repudiamos la represión en la Panamericana y cualquier parte del país», indicó.
Mientras los popes sindicales brindaron el primer análisis de la huelga, Macri disertó en el Mini Davos porteño ante 1.200 empresarios nacionales y extranjeros. En ese marco, ámbito.com consultó a los líderes gremiales sobre los funcionarios nacionales que dijeron que estas medidas de fuerza «ahuyentan» las inversiones. «Lo que ahuyentan son las políticas del Gobierno contra los trabajadores: la baja de la productividad, del salario, los despidos, la apertura indiscriminada de las importaciones, que destruyen a las pequeñas y medianas empresas», respondió Moyano.
Sola coincidió. «Creer que el problema de las inversiones son los trabajadores es creer que los trabajadores son parte del problema y no de solución», consideró. «Este país se levantó con trabajadores y la cultura del trabajo es la que hay que volver a llevar adelante, pero eso tampoco implica trabajar los sábados y domingos como pide el Presidente, en contra de los convenios colectivos», recalcó.
«Creer que las inversiones no vienen es no saber escuchar y no ver la situación general. Si no vienen tiene que ver con la macroeconomía. A esta altura los famosos brotes verdes ni si quiera ha arrancado, y para que esos brotes sean ramas va a pasar mucho tiempo, cuando hay trabajadores que no tienen para llevar el pan a su casa», completó.
Sola recordó que el empleo no registrado subió 40% y la línea de pobreza está por arriba del 30%. «No mirar esto y echarle la culpa a los trabajadores por la falta de inversiones es creer que somos parte del problema y no de la solución», concluyó.
Fuente: Ámbito.com.