El geólogo Néstor Hirtz, profesor responsable de la cátedra de geología aplicada a ingeniería y al medio ambiente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Bosco, sostuvo que “la obra de aterrazamiento (construcción de una meseta sobre la ladera) respondió a pesar de no estar finalizada” y salvó a Comodoro de un deslizamiento de barro y agua sobre el centro.
Fue la cátedra de Hirtz la que desarrolló, a pedido de la Municipalidad, alternativas para estabilizar el cerro Chenque que se encuentra pegado a la ciudad y se convirtió, por su suelo inestable, en una amenaza permanente de desmoronamientos como el ocurrido en febrero de 2010 mientras caía un temporal de lluvia sobre la ciudad y el barro se esparció por el centro.
Antes, en febrero de 1995, hubo desprendimientos y la formación de una grieta que obligó al corte de la ruta 3 por varias semanas e incluso hay otros incidentes, más viejos en el tiempo, como el ocurrido en la urbanización de 1969, cuando también cortó el paso por la ruta Nacional 3.
“Entre las alternativas que sugerimos estaba el aterrazamiento, cuyo proyecto ejecutivo lo desarrolló una empresa privada y se comenzó a ejecutar hace alrededor de cinco años”, explicó. Admitió también que el impulso de la obra se vio demorado por problemas financieros y la redeterminación de precios, llevando el plazo de ejecución que originalmente era de un año, a más de un lustro.
El “aterrazamiento” del Chenque consistió en extraer 1.200.000 metros cúbicos de terreno en forma de 17 escalones, con una pendiente más estable, del orden de los 28 a 29 grados con un sistema de zanjas de drenaje para evitar la erosión y encauzar las corrientes de aguas que se generan con las lluvias y que terminan desplazándose en forma de lodo hacia el casco céntrico de la ciudad.
“Lo que ocurre es que la obra se hizo sobre una valoración de lo que era la pluviometría de los años más críticos como en abril de 1998 o el 2011, con precipitaciones que superaron los 100 milímetros y produjeron anegamientos y aluvionamiento de barros, pero esta vez se cuadruplicó esa cantidad y se superaron los 400 milímetros, algo de lo que no se tenía antecedentes, a pesar que la obra se diseñó tomando los últimos 50 años de precipitaciones” detalló Hirtz.
El geólogo, a quien se considera “el padre” del proyecto de aterrazamiento del cerro Chenque, aseguró en diálogo con Télam: “La obra respondió, aunque tuvo algunos deslizamientos en la parte donde todavía no está terminado, porque de lo contrario no sabemos qué hubiera pasado”.
La ladera que se “aterrazó” es el faldeo que da al mar, con una base de 500 metros y una altura de 212 metros, del que se extrajeron bancos intercalados de arenas consolidadas, conocidas como areniscas y arcillas propias de la meseta patagónica.
“Es un suelo que se altera con mucha facilidad y eso es lo que lo hace inestable, de mucho riesgo, sobre todo por la pendiente que da al mar, en medio del cual está la ciudad misma” explicó el especialista.
Según el gobernador del Chubut, Mario Das Neves, existe un compromiso del gobierno nacional de continuar financiando la obra del aterrazamiento, que deberá incluir la ladera norte, en el acceso a Comodoro Rivadavia por la ruta nacional 3, que en algún momento se desmoronó provocando el aislamiento terrestre de la ciudad, obligando a los técnicos de vialidad a diseñar una “S” en el trazado, para esquivar el atierre.
Los especialistas consultados por Télam coinciden en oque “el problema no son los tiempos geológicos del cerro sino lo tiempos humanos de la urbanización” y refieren a las oleadas migratorias que recibió esa ciudad con el boom del petróleo provocando que la gente se asiente donde pueda, sin ninguna planificación, incluso en los faldeos con un alto grado de inestabilidad que lo hace vulnerable a derrumbes como de hecho ocurrieron en incidentes aislados en los últimos 20 años.
Télam