El presidente cuestionó las internas. Dijo que eran “una pérdida de tiempo” y un “gasto inútil”. Y se mostró a favor de “elegir todos los cargos cada cuatro años”.
Sin embargo, Macri y la gobernadora Vidal advirtieron que el del domingo 13 es un voto “clave”. Les preocupa que un alto ausentismo perjudique a Cambiemos.
Mauricio Macri lo dijo claramente ayer: “No me gustan las PASO”. El gobierno entró en las últimas semanas en una disyuntiva: molesto con los gastos que ocasiona, y el escenario de campaña permanente que impone, el Ejecutivo cuestionó durante las últimos meses la necesidad de una elección primaria, que ya tiene intención de derogar pasado octubre.
Pero, ahora enfrenta el riesgo de que haya altos niveles de ausencia en la votación del 13 de agosto, algo que no sería beneficioso para Cambiemos. Pese a la crítica, el presidente llamó igualmente a la ciudadanía a votar, y lo mismo hicieron la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el ministro de Justicia, Germán Garavano.
“No me gustan las PASO. No me gusta que se pierda el tiempo. Que se gaste plata inútilmente cuando hay tantas cosas por resolver, tantos problemas en la sociedad que necesitan una solución. El tiempo es escaso y estar de campaña tanto tiempo…”, dijo ayer Macri a Canal 9 de Salta, y agregó otro tema que molesta al oficialismo: “Ya tengo mis dudas sobre la elección intermedia. Creo que lo más sano sería elegir cada cuatro años todos los cargos, pero encima hacerlo doble vez ha sido una experiencia frustrante”.
Sin embargo, llamó a votar para ratificar “el cambio”. La lista de funcionarios de Cambiemos que han cuestionado las PASO es larga, y estuvo liderada por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la vicepresidente, Gabriela Michetti. Y los cuestionamientos comenzaron meses atrás.
Para el oficialismo, el riesgo de la ausencia es doble. Por un lado los funcionarios de Cambiemos reconocen que los más inclinados a no participar de las PASO son los propios votantes. Con el escenario de provincia de Buenos Aires tan reñido con Cristina Kirchner, el gobierno necesita todos los votos posibles. Al mismo tiempo, buena cantidad de consultores y miembros mismos del Ejecutivo, hablan del voto estratégico tras las primarias.
En ese sentido, las PASO podrían funcionar como primera vuelta de cara a un balotaje en octubre. Con Cambiemos abajo por escasa diferencia en las primarias, y un Frente Renovador con niveles respetables de votos, las cosas podrían darse vuelta en octubre por el voto estratégico del simpatizante massista al que apelará el oficialismo.
“El voto es clave en todo momento”, reconoció ayer Garavano consultado luego de que trascendiera, por una nota del diario Clarín, que en el oficialismo temen que una posible baja concurrencia sea nocivo para Cambiemos: “La expresión popular es valiosa”, afirmó.
El llamado a votar de parte de la gobernadora bonaerense Vidal fue más contundente: “Esta campaña se decide el 22 de octubre, pero el 13 de agosto es una buena oportunidad para expresar lo que piensan. Les pido a los argentinos que vayan a votar. Es un derecho, no solamente una obligación”, solicitó.
La gobernadora, al igual que el presidente, reconocieron que el gobierno buscará tratar en el Congreso una reforma electoral a partir del año que viene, tras las elecciones, en la que se intentará derogar el sistema de primarias, que poquísimos partidos utilizan hoy para dirimir candidaturas, y terminarán funcionando en dos semanas como la encuesta más certera.
Cuánto cuesta votar
$ 2.800 millones costará el despliegue del aparato electoral para las primarias del domingo 13 de agosto.
$ 5.000 millones será el costo aproximado de las elecciones de agosto y las de octubre sumadas.