El programa de capacitación propuesto por la Secretaría de Producción y Medio Ambiente tuvo como objetivo fortalecer el cuerpo de inspectores, así como a los empleados municipales que sean aspirantes a ocupar esos puestos. Se desarrolló en el Centro Cultural «José Hernández» y constó de ocho encuentros y una evaluación final.
Participaron trabajadores de Medio Ambiente, de Comercio y Bromatología, de Veterinaria y Abasto, y del área de Hacienda y de Cultura, cuyos directores, Patricia Moyano, Julio Ibáñez, y Hugo Ibáñez respectivamente estuvieron a cargo de la capacitación.
El director de Veterinaria y Abasto Municipal, Hugo Ibáñez, explicó que «la idea básica era unificar criterios en cuento a procedimientos de inspección», tarea difícil teniendo en cuenta que «eran personas de distintas Direcciones con distintos enfoques con distintos criterios».
Entonces, «más de una instancia de capacitación, esto es un puntapié inicial para jornadas permanentes de capacitación y de puesta en valor del inspector». Además, «concurrieron inspectores y postulantes a inspectores, por esto también había que tratar de nivelar a gente que ya tenía idea y que trabajaba en terreno con otros que querían incorporarse a la actividad».
Y destacó que «es necesario unificar criterios porque somos compartimientos muy estancos, donde cada cual sigue una línea de trabajo independiente y quizás el desafío ahora sea armar un cuerpo de inspectores que pueda desempeñarse en cualquier área de inspección porque la formación básica es la misma; esta es la parte positiva que le encontramos».
Se debe interactuar más entre las distintas áreas, «porque hay problemas comunes, es muy frecuente que un problema de un comercio involucre a la parte ambiental, sea por sus efluentes, por sus residuos, por situaciones de riesgo y que inclusive nos involucre a nosotros también desde el área de Veterinaria y Abasto por ser quienes controlamos el ingreso de un producto perecedero a la ciudad».
Por esto, «el desafío es construir redes, es decir la transversalidad entre las distintas áreas cuyos puntos en muchos momentos se tocan».
«Entendemos que hay dos ejes de trabajo, donde un inspector, además, debe ser un buen administrativo porque después de que se haga una inspección y se entregue un acta a un administrativo, debería luego continuar el expediente». El objetivo, así, es «dejar de ser el inspector entre comillas policía, para pasar a ser un auditor que en un trabajo conjunto con el contribuyente evite situaciones de riesgo o las modifique».
En síntesis, «la capacitación es la única herramienta que puede llevar a un desarrollo exitoso de la gestión en las áreas de inspección. Ya no puede haber personal no formado o que vaya aprendiendo en el camino», concluyó Ibáñez.