Desde la Secretaría de Ciencia de forma conjunta con el CONICET se brinda asesoramiento al investigador chubutense, Gonzalo Romano, quien trabaja sobre el desarrollo de una planta piloto de hongos comestibles a partir de basura recuperada por la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) del municipio de Esquel.
Días pasados la secretaria de Ciencia, Noelia Corvalán Carro, visitó al becario postdoctoral cofinanciado con el CONICET con el fin de interiorizarse sobre los avances en su proyecto.
Romano es micólogo especializado en diversidad, ecología y biogeografía de hongos agaricoides (hongos con laminillas). Además es profesor en micología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y director regional patagónico de la Fundación Bosques Nativos Argentinos para la Biodiversidad.
En el marco de una beca postdoctoral cofinanciada por el CONICET y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Chubut, Romano se encuentra trabajando en el aprovechamiento de residuos vegetales compostados para cultivar hongos comestibles.
Este proyecto se lleva a cabo dentro del programa nacional de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU).
Proyecto
El compost que se produce en la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos, comienza con la separación de residuos que realizan los vecinos en sus domicilios. Luego son recolectados, procesados y la fracción orgánica vegetal es posteriormente compostada.
El compostaje, que lleva unos 180 días, es llevado a cabo por personal de la planta y el producto final es un compost rico en nutrientes y libre de contaminantes.
A partir de un convenio de asistencia, colaboración y desarrollo productivo entre la Planta (representada por la Municipalidad de Esquel), la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y Gonzalo Romano, y con el fin de desarrollar las tareas de investigación en un marco interinstitucional propicio, se generó el espacio necesario para el Centro de Producción de Hongos (CEPROH), con una edificación de 50 m2.
Durante los nueve meses transcurridos desde el comienzo de la beca postdoctoral se ha realizado la construcción del CEPROH, utilizando para ello materiales reciclados y la aislación exterior se está realizando con neumáticos recuperados de la Planta que son rellenados con tierra, otorgando una buena aislación térmica que será indispensable para el invierno. Se cuenta con una antesala en la que se llevarán a cabo las tareas de preparación del sustrato y control de contaminaciones, entre otras.
A su vez, la sala de producción está equipada con iluminación programable con luz fluorescente, regulación de temperatura y humedad controlada por una placa Arduino.
Romano se encuentra ensayando el cultivo de champiñones sobre mezclas de compost suplementado con otros materiales, y el de gírgolas silvestres sobre residuos de poda del arbolado urbano de la ciudad.
Actualmente se está desarrollando producción continua de “semilla de hongo” o “blanco de hongo” de ambas especies, esto consiste en filamentos del hongo creciendo sobre semillas de avena. Este blanco de hongo es el utilizado para sembrar los hongos comestibles en el sustrato de interés. Se busca simular los ambientes naturales donde ambas especies crecen, por lo que se usan camas para los champiñones (emulando praderas) y bolsas para las gírgolas (emulando troncos).
Cuando se finalice la construcción y puesta a punto del circuito productivo, el CEPROH comenzará a realizar talleres de formación para todos los interesados en aprender a cultivar hongos comestibles, al mismo tiempo que se brindará asesoramiento a productores activos y se dictarán cursos de introducción al reconocimiento de especies silvestres.
El CEPROH es un eslabón fácilmente acoplable al modelo de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos con generación de mano de obra calificada y productos alimenticios de gran valor agregado que puede ser replicado en municipios de todo el país.