No se conocen las circunstancias de cómo fueron los disparos.
Si bien, un testigo le contó a Jornada que el agresor, en el marco de la pelea, extrajo un arma calibre 22 y le disparó en la cabeza, en el lugar se pudo corroborar la presencia de 2 vainas servidas de ese calibre y a unos 45 centímetros, otra de 9 milímetros, lo que permite deducir que hubo un tiroteo.
Según los testimonios recogidos por este diario, la noche anterior, un joven apedreó a Pablo Lucero, quien ahora lucha por su vida.
Poco después mantuvieron una charla que no pasó a mayores.
Pero comenzada la tarde de ayer, el herido fue requerido por sus vecinos, ya que el mayor de los hermanos atacantes quería dialogar con él.
Una vez producido el encuentro, presumen que el herido disparó con una pistola 9 milímetros a la altura de la pierna derecha de su interlocutor, quien en ese instante, sacó su arma y lo baleó a la altura del cuello.
En la Guardia del Hospital, mientras asistían al herido, secuestraron un automóvil perteneciente a un vecino que llegó junto con la ambulancia.
Otro vecino de la cuadra que llegó junto a la comitiva de familiares quedó demorado en averiguación de delitos.
El comisario mayor Felipe González reveló que el herido se llama Pablo Lucero.
Anoche un vecino hizo entrega de un arma calibre 9 milímetros que un adolescente, impávido por la escena, levantó y se llevó a su casa.
Sería familiar de uno de los implicados.
En el lugar del enfrentamiento se pudo notar un enorme charco de sangre sobre la calle.
Trabajaban hasta anoche efectivos de Criminalística por instrucción de la funcionaria fiscal Claudia Ibáñez quien habría instruido, por celular, las medidas.