La ceremonia abrió con un mensaje grabado en video del presidente argentino Mauricio Macri hablando sobre la importancia de la educación y el próximo encuentro del G20 en nuestro país, en donde la educación será uno de los principales temas. Luego llegó la entrega del premio al “mejor maestro del mundo” y quien lo trajo fue el mismísimo piloto de Fórmula 1 británico Lewis Hamilton, que llegó conduciendo un auto de lujo por las calles de Dubai. Era un anticipo: el premio fue para la candidata británica: Andria Zafirakou.
Zafirakou es una profesora de arte y textiles de escuela secundaria en Brent, un barrio pobre de Londres en donde viven una gran cantidad de comunidades étnicamente muy diversas. En ese barrio se hablan unas 130 lenguas distintas. Los alumnos provienen de algunas de las familias con más carencias de Gran Bretaña,. Muchos de ellos comparten una casa con otras cinco familias, y están muy expuestas a la violencia urbana. En ese contexto, la deserción de la escuela es moneda corriente.
El gran logro de Andria Zafirakou fue aprender los conceptos básicos de 35 lenguas para abrirle caminos a sus estudiantes. Su estrategia pedagógica permitió que los jóvenes se integren, no abandonen y, finalmente, que presenten proyectos que han sido reconocidos en todo el país. Hoy, su escuela está entre 1% y el 5% de colegios con mejores calificaciones y acreditaciones.
Para lograr este éxito educativo, Zafirakou tuvo que rediseñar el plan de estudio desde cero. Para eso trabajó cuidadosamente junto con otros profesores para llegar mejor a sus alumnos. En su carácter de profesora de arte, y junto al de música, lanzaron un coro en una escuela somalí.
Además, impulsó horarios alternativos para permitir deportes solo para niñas que no ofendieran a las comunidades conservadoras. El equipo de cricket femenino terminó consagrándose en una copa nacional.
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