El Bundestag, parlamento alemán, autorizó aplicar la pena de muerte a políticos condenados por corrupción cuando malversen o reciban sobornos superiores a 463.000 dólares.
Si el acusado devuelve todo el dinero involucrado en la corrupción la pena capital se suspenderá por dos años, suspensión que de hecho equivale a cambiarla por cadena perpetua.
Los funcionarios de alto nivel quedan sujetos a ser procesados por complicidad si no denuncian a los corruptos, incluso si son miembros de su familia.