Lula Da Silva no será esposado cuando sea detenido y estará alojado en una celda especial, sin contacto con otros detenidos por seguridad. Así lo dispuso en su resolución el juez Sergio Moro, al ordenar la prisión del ex presidente brasileño.
Moro le dio a Lula un plazo de 24 horas para presentarse voluntariamente «en razón de la dignidad del cargo que ocupó», según explica en el texto. La orden también establece la prohibición del uso de esposas «en cualquier hipótesis».
El magistrado también dispuso que Lula sea alojado en una celda especialmente acondicionada y separada del resto de los reclusos. «Fue previamente preparada una sala reservada, una especie de Sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la cual el ex presidente estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad moral o física», indica la resolución.
La decisión evita que Lula, actual líder en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de octubre, sea conducido a una cárcel común de Curitiba, como otras figuras encarceladas por el escándalo de la Operación Lava Jato.
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