La campaña por el «No» al aborto en Irlanda admitió hoy su derrota en el referéndum celebrado ayer, al tiempo que el primer ministro, el democratacristiano Leo Varadkar, celebró el «contundente» apoyo de la ciudadanía a la consulta para reformar la ley.
«El aborto estaba mal ayer y sigue estando mal hoy», declaró en un comunicado Cora Sherlock, vocera de la plataforma en contra del aborto «Save the Eighth» («Salva la octava»), unos de los grupos más visibles durante la campaña de esta consulta.
Aunque todavía no hay resultados oficiales, dos encuestas efectuadas a boca de urna por la cadena pública RTE y el diario Irish Times indicaron que el «Sí» obtuvo el 69 y el 68% de apoyo, respectivamente, cifras considerablemente más altas de lo que anticipaban las encuestas.
La activista aseguró que sus integrantes se opondrán a la reforma de ley propuesta por el gobierno del partido democristiano Fine Gael, que podría abrir la puerta a la interrupción de embarazos sin restricciones durante las primeras 12 semanas y, en casos excepcionales, hasta las 24.
«Es un día muy triste para Irlanda porque la gente ha votado a favor del aborto», dijo Sherlock, mientras continúa hoy el recuento de sufragios del referéndum, informó la agencia EFE.
Por su parte, el primer ministro Leo Varadkar destacó hoy el «contundente» apoyo del electorado en el referéndum para reforma de la ley del aborto.
«Lo que hemos visto hoy es la culminación de una revolución tranquila que ha ocurrido en los últimos 10 o 20 años», declaró Varadkar, quien aseguró que las urnas le han otorgado un mandato firme para suavizar la legislación vigente, una de las más duras de Europa.
«La ciudadanía ha hablado y ha dicho que quiere una Constitución moderna para un país moderno, en el que respetemos a las mujeres y confiemos en ellas para que tomen sus propias decisiones sobre su salud», señaló el primer ministro, de 39 años, médico de profesión.
El líder democratacristiano, en el poder desde el año pasado, afirmó que, como indican los sondeos, el apoyo al «Sí» podría acercarse al 70%, lo que demuestra que ha sido general «en casi todos los grupos de edades y clases sociales», así como en la Irlanda rural, donde se concentra la población de más edad y la influencia de la Iglesia católica es todavía importante.
Gracias a la amplia victoria, Varadkar confió en que la propuesta de reforma de ley será tramitada rápidamente en el Parlamento nacional para que entre en vigor a final de este año, lo que permitiría el aborto en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas de embarazo y, en casos excepcionales, hasta las veinticuatro semanas.
También su ministro de Sanidad, Simon Harris, uno de los principales impulsores del cambio, indicó que «hoy en un día muy emotivo» para él y para todas las mujeres de este país que «han padecido», solas o con sus parejas, «crisis durante sus embarazos».
«En vez de decirles que tomen el barco, ahora les damos la mano y les decimos que cuidaremos de ellas», destacó Harris, en referencia a la miles de mujeres de este país que viajan cada año al extranjero para abortar, nueve a diario, debido a las restricciones de la legislación vigente, una de las más duras de Europa.
El gobierno del partido Fine Gael, en el poder desde 2011, había pedido a la ciudadanía que se pronunciara sobre la eliminación de la llamada «octava enmienda», incluida en 1983 en la Constitución, y que garantiza de igual manera el derecho a la vida del «no nacido» y de la madre.
De acuerdo con esta previsión, la ley promulgada en 2013 por el Ejecutivo del Fine Gael, solo permite la interrupción del embarazo en las circunstancias excepcionales citadas y prevé, además, penas de cárcel de hasta 14 años para las mujeres y los profesionales de la salud que lo realicen al margen de las normas.