El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, pidió perdón a los homosexuales por los crímenes del nazismo, al lamentarse de que durante décadas se siguiera persiguiendo judicialmente a ese colectivo.
«Llegamos tarde», reconoció Steinmeier ante el monumento a las víctimas homosexuales del Tercer Reich, y recordó que recién el año pasado el Gobierno de Angela Merkel aprobó una ley especial para anular las condenas impuestas a partir del artículo 175 del Código Penal, que desde 1871 hasta 1994 prohibió las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Aunque la homosexualidad se despenalizó en 1969, el artículo 175 se mantuvo vigente por 25 años más y las condenas judiciales, 48 años más.
Steinmeier eligió como escenario de sus disculpas públicas el monumento que se levantó hace 10 años en memoria de los crímenes cometidos por el régimen de Adolf Hitler contra los homosexuales, indicó la agencia EFE.
El memorial consiste en un pilar de hormigón de cuatro metros de altura, diseñado por los artistas escandinavos Michael Elmgreen e Ingar Dragset, en cuyo interior se ve un vídeo con dos hombres besándose.
Situado en el céntrico parque berlinés del Tiergarten, el monumento rinde homenaje a los 7.000 gays y lesbianas que se estima murieron en campos de concentración durante el nazismo y a los más de 54.000 que fueron procesados por su orientación sexual entre 1933 y 1945.
«Como presidente federal es importante para mi decírselo: su país les hizo esperar demasiado tiempo», afirmó Steinmeier. «Les pido perdón por ello. Por el dolor y por la injusticia pasados y por el largo silencio que le sucedió», agregó.
Pero la persecución alemana contra los homosexuales no terminó con el nazismo. Se estima que entre 1949 y 1994 se procesó a alrededor de 64.000 personas por el artículo 175 del Código Penal, en su mayoría hasta finales de la década de los 60.
Mientras que la República Democrática Alemana (RDA), la parte comunista del país durante la Guerra Fría, abolió completamente la ley que penalizaba la homosexualidad en 1968, la llamada Alemania oriental la suavizó para evitar nuevas condenas de cárcel.
La persecución judicial terminó oficialmente en 1994, pero recién el año pasado un gobierno alemán reconoció, con indemnizaciones, los daños que cometió en la comunidad homosexual.
En 2017, Merkel suspendió todas las condenas y aprobó una indemnización de unos 3.000 euros para cada condenado, además de 1.500 euros por cada año que vivió privado de su libertad.
Esta medida no fue simbólica. Aún viven en Alemania alrededor de 5.000 personas que fueron condenadas por homosexualidad.
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