«Incorrecto y demorado proceder». Así calificó el abogado defensor de la anestesista, Eduardo Gerome, al juez que la procesó en la causa que investiga la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin. Son las primeras palabras de la apelación que el apoderado presentó este lunes para revocar la decisión judicial contra su defendida, Nélida Inés Puente.
El juez de instrucción Carlos Bruniard había procesado la semana pasada al endoscopista Diego Bialolenkier y a Puente, acusados del cometer el delito de homicidio culposo. Cada uno recibió un embargo de $ 1.700.000 sobre sus bienes, pero seguirán en libertad ya que los procesamientos fueron dictados sin prisión preventiva.
En relación a la responsabilidad de Puente, el juez sostuvo que la mujer «advirtió tardíamente el cuadro que presentaba Pérez Volpin, y en el que había entrado en razón del proceder previo del endoscopista Bialolenkier». «Dicha demora y su posterior desempeño contribuyó al desenlace final luctuoso, verificándose en ese resultado tal infracción al deber de cuidado antes aludido», agregó.
Según Bruniard, Puente «confiada en que se trataba de un estudio de rutina en el cual estadísticamente no se registran complicaciones, desatendió los signos vitales de su paciente, recostándose en el equipo que la monitoreaba».
Sin embargo, en la apelación, Gerome enumera una serie de argumentos con el fin de exponer lo que, para él, fue una resolución (la del juez) basada en «consideraciones personales erróneas, que pierden validez al ser dogmáticas y no estar fundadas en pruebas» integradas a la causa.
«Sus conclusiones no se apoyan en los informes médicos obrantes en la causa sino en las afirmaciones vertidas por la querella en esta causa y en los medios», consideró el abogado de Puente y agregó que el magistrado valoró las declaraciones testimoniales de la causa «en una forma caprichosa, al interpretar de tendenciosamente alguna de ellas».
Para Bruniard, Puente obvió controlar el estado de la paciente y recién advirtió la desaturación de oxígeno que ella sufría una vez que el equipo que monitoreaba hizo sonar su alarma, llamado pulsioxímetro. Sin embargo, Gerome considera esa observación como «errónea» y explica, basado en información de la Organización Mundial de la Salud, que ese aparato alerta de manera precoz sobre anomalías en el oxígeno del paciente.
«No puedo entender cómo el juez interpreta que la Dra. Puente falló en su obrar al confiar en los monitores que utilizaba, cuando, como estamos analizando, la alerta que provee el oxímetro de pulso es más precoz que cualquier observación clínica», detalló el abogado su apelación, a la que tuvo acceso Infobae.
Gerome aclaró que, en un principio, se creyó que el cuadro que padecía Pérez Volpin ante la complicación era una reacción alérgica y luego tildó de «caprichosa interpretación» la del juez respecto de las declaraciones como testigos de los médicos del Sanatorio de la Trinidad, que llegaron cuando el cuadro de Pérez Volpin se complicó, aquel 6 de febrero pasado, cerca de las 17.30.
«Estamos en presencia de una caprichosa interpretación del informe de los médicos ya que no pueden vincularse las conclusiones señaladas con las consideraciones desarrolladas en el resolutorio, a las que hicimos referencia, existiendo una confusión manifiesta al momento de interpretar los hechos», escribió el abogado de Puente.
Esto es porque el magistrado pone en tela de juicio el momento en que, luego haber usado una máscara facial con bolsa, Puente optó por la colocación de la máscara laríngea. El juez aseguró que, con ella, si bien permitió el ingreso del aire al cuerpo, éste no fue a los pulmones sino a agravar el cuadro de barotrauma que ya había iniciado el endoscopista al perforar el esófago.
Pero Gerome alega que «tanto la secuencia como los implementos utilizados por la Dra. Puente, están avalados y reconocidos en el informe del Cuerpo Médico Forense como correctos» y, sobre todo, remarca que la anestesióloga cumplió con el objetivo de la maniobra: «restaurar la ventilación de la paciente, oxigenarla y darle las mayores chances de superar el evento, siempre según el Cuerpo Médico Forense».
«La Dra Puente no fue la que generó la perforación y enfisema masivo, sino que actuó después de producida la complicación», subrayó Gerome, para justificar su apelación en contra del procesamiento y agregó: «Hacer creer que fueron las maniobras de reanimación las que ingresaron el aire en la paciente no resiste el menor análisis desde el punto de vista médico».
En su declaración indagatoria, Bialolenkier aseguró que él no hizo la perforación. Remarcó que el equipo endoscópico, dada su flexibilidad, no es capaz de generarla. Y explicó que no tuvo evidencias de perforación endoscópica. Y que, haber ocurrido, hubiese apreciado a través de la punta de la caña del equipo, por tener ésta visión frontal del conducto u órgano.
El endoscopista le echó la culpa a Puente. Y la anestesista respondió en su declaración indagatoria. Bialolenkier dijo que lo que ocurrió fue «como consecuencia de la actividad de los demás profesionales». Puente respondió que «ningún otro elemento pudo haber llegado hasta la zona de la lesión más que el equipo endoscópico».
En ese contexto, Gerome remarca en su apelación que «el aire ya se hallaba diseminado en todas las cavidades al momento mismo de suspenderse el procedimiento por indicación de la Dra. Puente. Pensar que el aire ingresó merced a los intentos frustrados de ventilación con máscara es inverosímil e imposible desde el punto de vista mecánico y fisiopatológico. Y el magistrado debió haber pedido opinión de los expertos antes de formular sus consideraciones».
A principios de junio, Puente declaró y negó ante el Tribunal que investiga el hecho cualquier responsabilidad en la muerte de la periodista. Infobae tuvo acceso a la declaración de la anestesista, quien sostuvo que, durante la intervención quirúrgica, la legisladora estaba «girada hacia el endoscopista y de espaldas a ella y de su lateral derecho».
También dijo que la desaturación, la cual pasó de 99% a 90%, «es normal, sucede en un instante. En este caso pasó porque la paciente dejó de respirar». Puente pensó que se le había salido el dedal, y para ello tocó la panza de la paciente y buscó tomar su mano; allí notó que la panza estaba dura y al destaparla la vio «inflada».
Según la autopsia, la muerte sobrevino por «una perforación instrumental en su esófago», durante la endoscopía. Cuando le preguntaron a Puente si le encuentra explicación a lo que sucedió, la mujer respondió que «hubo una perforación en el esófago por donde ingresó aire, no hay otro lugar por donde entre aire y pueda pasar al mediastino sino por la lesión y por el aire insuflado del aparato endoscópico».
«El endoscopio estaba conectado pero no sé dónde, como tampoco por qué se produjo la lesión en el esófago», remarcó la anestesista.
Infobae