El portugués deslumbró en el debut, Leo falló un penal y el brasileño no fue determinante.
Dentro de este mismo Mundial que atrapa al universo, el que juegan 32 selecciones con sus posibilidades y con sus fantasías, hay un segundo Mundial que también cautiva. Es una competencia protagonizada por un triángulo de galácticos obsesionados por convertirse en rey de este juego maravilloso. Y en esa lucha, en la que recién escribieron el capítulo uno en esta aventura rusa, aunque ninguno pudo dibujar la sonrisa de la victoria con sus equipos, aunque los tres empataron, enfocando solamente en ellos, Cristiano Ronaldo empezó ganándoles a Lionel Messi y Neymar. Y en ese sentido el 10 celeste y blanco parece cargar con un peso mayor que CR7 y el brasileño.
Sochi se rindió a los pies del portugués. Es que contra España asombró. En un equipo que no lo contiene, ante un rival poderoso, tocó 52 veces la pelota, pateó cuatro veces al arco y gritó tres goles, con los matices más diversos: con un tiro libre para que repasen aquellos que pretenden aprender a pegarle a la pelota, a un ángulo, inatajable; con un penal que a él mismo le cometieron; y con un remate que llegó a la red por la complicidad de De Gea, quien no puso bien las manos.
Messi tocó contra Islandia mucho más que Ronaldo en su estreno. Entró 70 veces en contacto con la redonda en esta capital moscovita, en el estadio del Spartak. Pateó al arco también más que el portugués: 11. De los tiros de Leo, siete fueron desde afuera del área y cuatro desde adentro, pero ninguno con el final más deseado. El 10 de la Selección se quedó vacío de gol. El contraste con CR7 fue absoluto: el genio argentino no pudo ni de penal. Se lo atajaron.
Como Messi, tampoco Neymar dio el primer paso como lo soñaba. En Rostov del Don le costó hacerse diferente y desequilibrante contra Suiza. Padeció también igual que Leo un trato rudo de los defensores. Estuvo cerca del gol con un cabezazo que viajó justo adonde se hallaba parado el arquero. Y en otra ocasión lo trabaron justo cuando estaba por definir.
La agenda mundialista le marca a Cristiano Ronaldo la próxima para el miércoles, contra Irán que ya le ganó a Marruecos. Ahí, más allá de los goles que convierta, no puede darse el lujo de no ganar para evitar llegar al último capítulo tan apretado.
Un día después, Messi deberá ponerse a prueba en Nizhni Nóvgorod contra Croacia. Necesita volver a ser Messi y que Argentina gane, después del empate contra el rival en principio más accesible del grupo. Un empate lo ubicaría en una situación extrema para cerrar el grupo con D con Nigeria.
La secuencia de los tres galácticos la semana próxima continuará el viernes. Cerrará Neymar contra Costa Rica. Y el telón del Grupo E, su crack y Brasil lo bajarán contra Serbia, que viene de vencer a los costarricenses.
De los tres el más entero, además, parece Ronaldo. Llegaba con el ego por las nubes al Mundial y lo elevó. Messi arrastra los fantasmas con Argentina. Además, al revés de su enemigo futbolero del Real Madrid, salió del debut con Islandia tan golpeado que se hizo cargo de la derrota en forma exagerada.Dicen desde la intimidad de la Selección que ya salió del bajón anímico, que empezó a reaccionar. La desventaja de Neymar con respecto al portugués es que arribó con lo justo al Mundial tras la lesión.
Sin embargo, ampliando la mirada a los contextos que a los tres rodean, al verificar la ayuda que encuentran en sus selecciones, proyectando y sabiendo que esta competición en general muy pocas veces termina siendo lo que parecía en la primera fecha, Neymar se encuentra mucho mejor contenido por Brasil que Messi por Argentina y que Ronaldo por Portugal.
Hay un equipo en Brasil que respalda a su estrella. En cambio, Argentina y Portugal son sostenidos por sus fantásticos. Por eso si en la largada Ronaldo les sacó ventaja a Messi y a Neymar, el pronóstico apuntando a las series mano a mano es más favorable para el brasileño nada más ni nada menos porque juega en una formación confiable, estable. Pero… Este Mundial es raro. Al cabo, Brasil tampoco le ganó a Suiza. ¿Por qué, entonces, no puede guardarse otras sorpresas que, por ejemplo, impulsen a Messi y a la Selección?
Fuente: clarin.com