El recorte del gasto público todavía mantiene al equipo económico estudiando cómo ajustará los subsidios, el lado de la caja menos difícil de tocar y uno de los que más aportaría al achique.
Según trascendió ayer, una de las jugadas que analiza el Gobierno para ahorrar $ 50.000 millones de los $ 300.000 millones que se requieren en 2019 es acelerar el ritmo de incremento de las tarifas de gas en la Patagonia, la Puna y Malargüe (Mendoza), tres regiones con temperaturas por muy debajo del resto del país, que tienen precios diferenciados del fluido por su (necesario) mayor consumo.
Según lo publicado por Perfil, la movida puede llegar a redituar electoralmente: mientras el Gobierno ajusta más fuerte que lo planeado en regiones poco pobladas, atenuará aumentos en los lugares de mayor concentración poblacional.
De acuerdo con los cálculos del Gobierno, los consumidores residenciales y comerciales de gas en esas zonas del país pagan desde abril un promedio ponderado de u$s 1,93 por millón de BTU en un sendero que terminaría en octubre de 2022 a u$s 6,38 / MMBtu. Con un costo de provisión estimado en u$s 5,5 / MMBtu, el Estado subsidia aún el 65%, mientras que en el resto del país el gas se paga a un promedio de u$s 4,68 / MMBtu y la parte cubierta por el Tesoro es del 15%
Sin embargo, ya que las previsiones estaban hechas con un tipo de cambio promedio para el semestre de $ 20,55, por obra de la devaluación en la Patagonia, la Puna y Malargüe se paga hoy alrededor de u$s 1,40 / MMBtu, y en el resto del país se abona u$s 3,40 / MMBtu.
El Cronista