La Justicia procesó con prisión preventiva al músico Cristian «Pity» Álvarez por el crimen de Cristian Díaz, un hombre al que asesinó de cuatro disparos tras una discusión en la vía pública en el barrio Samoré, Villa Lugano. El cantante de las Viejas Locas, que confesó públicamente el crimen, fue procesado por «homicidio calificado por el uso de arma de fuego».
Testigos y distintos elementos secuestrados apuntan que el pasado 12 de julio a la madrugada el cantante, tras matar a la víctima, descartó el arma, una pistola Lorcin 7.35, en una alcantarilla, para luego escapar en su auto, junto a su novia. El procesamiento fue dispuesto por el juez Martín Yadarola, quien además ordenó que el músico acceda a tratamientos para aplacar la situación de “consumo problemático de sustancias psicoactivas en el que se encuentra inmerso”.
Cristian «Pity» Álvarez se entregó el viernes a la mañana, después de estar varias horas prófugo, y reconoció el crimen aunque manifestó que actuó en defensa propia. «Lo maté porque era él o yo», había dicho el líder de Viejas Locas poco antes de ingresar a la comisaría. Ese mismo viernes, el cantante tuvo que ser atendido por el SAME producto de una descompensación por su grave adicción a las drogas y la abstinencia que atravesaba.
El juez Yardola pudo confirmar tras las declaraciones de varios testigos la secuencia de los hechos: la aparición del Pity en la zona de las torres 11 y 12 del barrio Samoré, la discusión con Díaz y la resolución violenta. El músico, acompañado por su novia, huyó de la escena en un auto Volkswagen Polo verde, con patente DQP 320, que fue encontrado en la noche de ayer en Ramos Mejía, a la vuelta del boliche Pinar de Rocha, adonde el músico se dirigió tras el crimen.
En la escena del asesinato, la Policía de la Ciudad encontró la pistola calibre 7.35, que Álvarez utilizó e intentó descartar en una alcantarilla cercana.
La testigo clave para confirmar la sucedido en la madrugada del jueves fue la novia del Pity, una chica de 25 años, que se presentó en la tarde de ayer al juzgado de Yardola para confesar el crimen y que ella había acompañado al músico hasta el boliche Pinar de Rocha, donde decidió separarse.
La autopsia sobre el cuerpo de Díaz, quien vivía en el Gran Buenos Aires, pero tenía parientes en Villa Lugano, confirmó que recibió el impacto de 4 balas, tres en la cara y uno en el tórax, y que algunos de esos tiros fueron cuando su cuerpo ya estaba tendido en el piso.
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