La medición es en unidades; supermercados provinciales sufren bajas de hasta 4 por ciento. El aguinaldo no fue un factor que empujara el consumo masivo, frente a las paritarias bajas. El dato positivo es que los comercios de frontera recuperaron ventas por la reciente devaluación.
Por Francisco Martirena (@martirena74)
La caída del consumo masivo en los supermercados no encuentra un piso. Por efecto directo de la devaluación, la suba de precios y el fuerte deterioro en el poder de compra, las ventas en los hipermercados durante el mes de julio cayó 2% en unidades contra julio de 2017, y 4% en las cadenas provinciales, sosteniendo un nivel negativo que se registra desde enero.
Así lo adelantaron fuentes de las grandes superficies comerciales, quienes explicaron que las compras en estos comercios registraron una merma explicada por varios factores, principalmente por el traslado a los precios de la devaluación del peso frente al dólar y el factor especulativo de los industriales proveedores. El nivel de ventas frente a junio se mantuvo estable en un contexto recesivo.
En tanto, las cadenas provinciales, nucleadas en la Federación Argentina de Supermercados (FASA) y la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), sufrieron un descenso de hasta el 4% en las ventas en julio, en la comparación interanual, según fuentes consultadas. “Al dólar como elemento central, se suma el retraso en las paritarias que, o bien no cerraron o acordaron por el 15 por ciento. A pesar del cobro del aguinaldo en un pequeño universo de consumidores, las decisiones de las familias a la hora de distribuir el gasto mensual sigue de la misma forma”,explicaron desde ese segmento.
El único dato positivo, dentro del análisis que realizan en los supermercados del interior del país, es que los comercios situados en localidades de frontera comenzaron a recuperar su rentabilidad, debido a la depreciación del peso frente al dólar. “Antes las compras se hacían en supermercados de Paraguay o Brasil y ahora es a la inversa”, manifestaron.
Luego del último trimestre del 2017 que tuvo un alza frente al año anterior por el cobro de incrementos en las paritarias, vino este período de siete meses de caídas en este año. “En los supermercados, la situación es terminal porque los proveedores nos matan con los aumentos. Además, las reformas previsional y tributaria no nos han beneficiado, en el consumo en el primer caso (impacto en jubilaciones y la asignación universal por hijo) y a nosotros mismos en el segundo, por el aumento en Ingresos Brutos en las provincias”, expresaron.
Sobre el comportamiento del consumidor, se repite la variante de los meses previos ya que “la gente compra en cantidades reducidas, aunque venga varias veces en el mes. Además, compró marcas más baratas”, señalaron desde las cadenas. A las primeras marcas de consumo masivo no les alcanzó con mantener su posicionamiento histórico de precios para sostener el nivel de ventas y tuvieron que hacerse más competitivas. Aun así, está demostrado en todos los análisis de las consultoras privadas que las segundas y terceras marcas son las que están dominando las compras cada vez más deterioradas de la mayor parte de los consumidores.
Incluso, los supermercados, especialmente en el interior, se aferran a que el Gobierno deje de lado la inacción y comience a impulsar el plan de Precios Cuidados, que aún se mantiene pero no tiene peso en el mercado. Las promesas oficiales son que habrá mayores controles a los abusos o casos de desabastecimiento.
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- FUENTE: FRANCISCO MARTIRENA