Las distintas ramas de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y el gremio de camioneros, liderado por Hugo Moyano, se suman hoy al cuarto paro general del gobierno de Mauricio Macri, convocado por la central obrera Confederación General del Trabajo (CGT), que agrupa a los principales gremios del país. Los sindicatos de transporte público automotor y ferroviario adhieren a la huelga y se estima que la paralización de actividades podría ser amplia.
«El paro le va a mostrar al mundo que el pueblo le dice ‘No al FMI, no al presupuesto del FMI, no a los despidos, sí a la justicia social», proclamó Hugo Yasky, secretario general de una de las ramas de la CTA, en la Plaza de Mayo. El dirigente sindical denunció «la emergencia social y educativa» que vive la Argentina y pidió que se apruebe una ley «antidespidos».
Pablo Micheli, líder de la otra rama de la central obrera, llamó al Gobierno a evitar el ajuste y abrir una nueva ronda de negociaciones salariales paritarias para equilibrar los sueldos con el ritmo creciente de inflación, y brindar «un aumento de emergencia a los jubilados y pensionados». «O se cae este modelo económico o estos tipos dejan el Gobierno», advirtió.
El paro incluye a sectores del transporte público, incluidos los vuelos nacionales e internacionales, educación, bancos, la administración pública, salud, recolección de residuos, entre otros servicios.
Los sindicatos que forman parte de la CGT no participaron en las manifestaciones, en una señal de la crisis interna dentro del sector gremial. Ambos líderes de la CTA llamaron a la unidad sindical. «Hay que estar cada día más juntos», instó Micheli.
Macri no se encuentra en el país porque el sábado partió a Estados Unidos para mantener reuniones con inversores y mandatarios y hablar mañana ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en momentos en que se define un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). «El presidente debe tener las piernas entumecidas por estar mucho tiempo de rodillas (…). Este no es el patio trasero de Estados Unidos», alertó Yasky.
Numerosos gremios decidieron unirse a la huelga nacional, entre ellos los de transporte público y camiones, aeronavegación, educación, salud, entidades bancarias, justicia, puertos y comercios.
En pleno paro nacional, Macri pronuncia hoy su tercer discurso ante la ONU
La respuesta del Gobierno
El Gobierno, en tanto, considera que «no es el momento» de realizar una huelga. «Respetamos el derecho constitucional que tienen los gremios de hacer huelga. Seguimos pensando que no es el momento adecuado, estamos haciendo un esfuerzo colectivo con empresarios y trabajadores para superar esta crisis», declaró el ministro de Producción, Dante Sica. «La actividad está cayendo y tenemos que empezar a recuperarla», afirmó.
Sica confirmó que el gobierno trabajará para «permitir la libre circulación» de vehículos particulares. «Todos estamos haciendo un esfuerzo colectivo, empresarios, trabajadores, gobierno nacional y gobiernos provinciales, para superar esta crisis», resaltó el ministro, que reconoció que el cese de actividades «es un derecho constitucional que tienen las organizaciones sindicales y los trabajadores para usarlo».
«Esto impacta en aquellos trabajadores que tienen que ir a su trabajo y estamos en un momento en que todavía la actividad está cayendo y tenemos que empezar a recuperarla», señaló. Además, el ministro remarcó que el Gobierno mantiene «los canales de diálogo abiertos» con los sindicatos «como desde el primer día» y que viene «motorizando desde hace dos años las mesas sectoriales que son un buen ámbito para discutir temas que son más globales pero que permiten avanzar».
Poco antes, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había adelantado que su cartera va a «garantizar la circulación» de los automóviles durante el paro general de este martes, por lo que aseguró que «toda la gente que quiera ir a trabajar va a poder hacerlo». «Las fuerzas federales van a estar en los accesos (a la Capital): la Panamericana, en Acceso Oeste, el acceso Ezeiza, en el Puente Pueyrredón», precisó, ante el anuncio de cortes al tránsito por parte de militantes organizaciones de izquierda.
«Paremos el hambre»
Desde las organizaciones sociales advirtieron que la situación es crítica. «Si recorrés el conurbano (suburbios) bonaerense ves la pobreza, los comedores populares cada vez son más. Con el FMI planteando su política de ajuste nosotros para nada vemos una política social de parte del Gobierno, nos vemos inmersos en una crisis económica de la que nos será muy difícil salir», declaró Federico Fagioli, delegado de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
Sindicalistas advierten: «O se cae este modelo o estos tipos dejan el Gobierno»
Este lunes, en un escenario con un gran cartel que decía «Paremos el Hambre» distintos dirigentes hablaron en el acto en el cual anunciaron que hubo «500 mil personas en las calles». «Hasta aquí llegó el ajuste, la derecha en la Argentina, porque hay un pueblo que decidió decir basta en las calles» y el partes habrá «un paro histórico», titular de La Bancaria, Sergio Palazzo, quien llamó a «intensificar la lucha por la vía democrática» porque «no somos golpistas».
El titular de la CTEP, Esteban Castro, dijo en tanto que tras la aprobación de la ley jubilatoria, en diciembre pasado, el gobierno «convirtió el ajuste en saqueo» y su colega de Barrios de pie, Daniel Menéndez, destacó que tiene «la responsabilidad de garantizar la paz social», así como de «evitar que haya hambre» en sectores de la población.
Perfil