El candidato a Gobernador por Cambiemos analizó la situación provincial. Ponderó el apoyo de Nación a la Provincia con fondos y obras de infraestructura. Trazó un panorama del año electoral que comienza.
– ¿Con qué sensación encara, a nivel político, el año que comienza?
– Con la esperanza de que las cosas puedan mejorar, que la provincia pueda encaminar un futuro mejor. Creo que han transcurrido muchos años de una forma de gobernar y los resultados no han sido buenos, están a la vista. Incluso aunque ha mejorado la relación fiscal entre Nación y provincias, por lo cual ya no quedan hoy prácticamente provincias con déficit fiscal, producto de habérseles devuelto el 15% de coparticipación que se les retenía durante el kirchnerismo. Creo que esa es una oportunidad, sumada al hecho de la fuerte inversión nacional en infraestructura. Son dos condiciones indispensables: un Estado provincial eficiente y con condiciones de infraestructura son dos elementos necesarios para encarar una diversificación productiva que le dé sustentabilidad a un desarrollo provincial a mediano y largo plazo.
– ¿Cuál debe ser el objetivo del radicalismo y de Cambiemos en las elecciones del año próximo?
– El radicalismo en particular, y concebido dentro de la alianza Cambiemos junto a los demás partidos que la integran, tiene que tener como objetivo seguir creciendo, consolidar ese crecimiento que se viene dando en forma ininterrumpida desde 2015, y que ha permitido recuperar un municipio de los grandes, como es el caso de Esquel; sostener una presencia en términos históricos que es Rada Tilly y, a su vez, ganar otros municipios y comunas rurales como Paso del Sapo y Telsen. Este crecimiento ha continuado de modo muy marcado en 2017, tanto en las Primarias como después en las Generales. Eso da un punto de partida para tener competitividad en este año electoral que es tan relevante en términos de construcción política porque es cuando se disputa el poder real tanto a nivel provincial como municipal. En este sentido creo que hay que consolidar ese camino que es de generación de propuestas, de trabajo en equipo, de mucho territorio, de tener una presencia tanto como la que tuvimos en la campaña de 2017 como la que pudimos sostener durante todo 2018, demostrando también que se le puede prestar atención a ese reclamo de la gente cuando se queja de que solo se recorren los pueblos en campaña. Nosotros en 2018 demostramos que este trabajo también se puede hacer en años que no son electorales. Creo que eso la gente lo reconoce, lo valora, y a nosotros nos permite observar un estado de cosas que podemos vivenciar en el mano a mano.
– ¿Cuáles son los principales problemas que advierte que tiene Chubut a partir de las recorridas que ha realizado?
– Siempre están presentes cuestiones fundamentales: la infraestructura, los servicios; las vías de comunicación, la energía eléctrica, el agua, el gas, según el lugar; la conectividad. Afortunadamente muchos de esos problemas se han podido encaminar, pero otros no. Los que tienen que ver con responsabilidad de inversión nacional creo que sí se han podido ir encarando. Por ejemplo, en 2017 uno de los reclamos más sentidos era el tema del gas, la conectividad de gas en toda la zona cordillerana. Bueno, hoy podemos decir con satisfacción que esa obra, que en su momento era un anuncio, ya está casi siendo una concreción para antes de que comience el próximo invierno. Lo mismo ha pasado en materia vial que, si bien falta mucho, al menos en rutas nacionales uno ve trabajo, ve obras, como en la autovía Madryn-Trelew, la Ruta 26, la Ruta 40, el tramo que se está haciendo de la Ruta 25, la reparación importante en un tramo de 200 kilómetros en la Ruta Nacional 3 que empezó hace pocos días. Todo eso habla de un Estado presente. Y esas demandas que uno escucha de manera reiterada, con los recursos disponibles y en medio de muchísimas dificultades que nadie puede negar, van siendo atendidas.
– ¿Cómo analiza el desempeño del Gobierno del Chubut?
– Para evaluar el desempeño del Gobierno del Chubut hay que hacerlo computando desde que comenzó esta serie de gobiernos de un mismo signo político en 2003. Si uno lo toma aisladamente, puede ser hasta injusto caerle al actual gobernador con problemas que se vienen generando producto de la mala administración y mal Gobierno de toda esta época. Sin embargo, es la misma estructura de poder por la cual fue candidato. Pero sin personalizar, lo que vemos es el desenlace de 15 años de mala administración y mal Gobierno. Mala administración porque a pesar de que los recursos que tuvo el Estado que fueron muchísimos, y quintuplicaron por ejemplo en materia de regalías hidrocarburíferas los recursos que tuvieron los gobiernos anteriores, hasta 2003, el Estado se volvió más deficiente, los servicios que presta están comprometidos, hay problemas para pagar salarios. Y en lugar de aumentar en eficiencia, lo único que se incrementó fue la deuda pública, que hoy es la segunda más alta del país en términos de relación entre stock de deuda e ingresos corrientes. Y tampoco fueron buenos gobiernos porque no lograron transformar la matriz productiva de la provincia que sigue siendo dependiente de una sola actividad. Esto hace que cuando el precio del petróleo baja, se resienta muchísimo la productividad y afecte a los ingresos públicos. Entonces no es posible analizar un año de gobierno, sino que hay que hacer un análisis conjunto de esos 15 años en los cuales vienen gobernando los mismos.
– ¿Cómo puede influir en el clima electoral local el desempeño del Gobierno de Macri?
– La gente pondera una serie de factores. Más allá de todo lo que se diga, creo que hay una comprensión de que ha habido una atención importante para las provincias, más allá de la retórica o de repetir frases hechas. Si uno lo mira desde lo fiscal, los ingresos por coparticipación crecieron como nunca, básicamente porque se volvió a distribuir lo que hay que distribuir, y no a retener ese 15% con el que se quedaba la Nación. Si lo vemos desde el punto de vista de la institucionalidad, ha habido un respeto más allá de la diversidad política. Prueba de ello son los adelantos que hubo y los fondos fiduciarios que posibilitaron que la crisis de Chubut no fuera más grave. Y si lo vemos desde el punto de vista de la inversión en obra pública, en Chubut no hay registros de un Gobierno nacional que haya hecho obras en tres puertos, los dos de Madryn y el de Comodoro; en dos aeropuertos (Trelew y Comodoro) y próximamente en un tercero, el de Esquel; la repontenciación de los gasoductos cordillerano y patagónico; las inversiones en rutas, como la autovía Madryn-Trelew, la Ruta 26, la 40 al sur de Esquel, la 40 al norte, la 25, la Ruta 3, la licitación de la autovía Rada Tilly-Caleta prevista para el mes de febrero, la inversión en energía eólica en 13 parques, muchos de ellos ya terminados, como el de Manantiales Behr, así como el de Garayalde, y el de Madryn lo que suma una inversión de más de 1.000 millones de dólares. Como también la inversión dentro de las ciudades y de los pueblos, todas las obras de infraestructura urbana en Madryn, en Comodoro, los pluviales de Esquel que hace pocos días se firmó la adjudicación y el arranque de la obra, o hace pocos días que se hizo la licitación de los pluviales en Rada Tilly. Es decir, todo es una inversión muy relevante por lo que implica y además por los montos. Como contrapartida tenemos una provincia con toda su obra pública paralizada.
– Argentina y Chubut en particular se han caracterizado por ciclos políticos, ¿piensa que en la provincia se está agotando un ciclo vinculado al PJ?
– Da esa impresión. Por supuesto que a esas cuestiones hay que confirmarlas después en las instancias electorales. Sí podemos decir que la constatación de los hechos es que se agotó un ciclo de hegemonía y volvimos a recuperar un ciclo más plural, donde se puede ganar o perder una elección, pero hay un equilibrio en las fuerzas políticas. Y no un escenario como pasaba hasta 2017, cuando todo el poder tanto a nivel provincial como en prácticamente todos los municipios se daba al interior de facciones de un mismo partido político. Ese escenario de hegemonía terminó en 2017. Lo demás formará parte de lo que decida el elector.