La madre de Agustín Muñoz, el adolescente de 18 años que se suicidó en Bariloche días después de haber sido denunciado por una amiga de un falso caso de abuso, Silvia Castañeda, anunció hoy lunes que se despedía de las redes sociales para hacer su duelo. También reconoció que su hijo era un «chico distinto, sensible, que tenía problemas emocionales muy fuertes», en una entrevista con TN.
La mujer dejó un mensaje en su cuenta de Facebook en el que reclama que los adultos «cuiden a los chicos».
«Después de dar por realizado mi descargo de la manera más pacificadora acerca de lo que sucedió con Agustín, me retiro de las redes para poder realizar mi duelo.. agradezco infinitamente el apoyo de tanta gente… y repudio totalmente el odio que también estoy recibiendo por mucha gente… ese accionar deja en evidencia la gran falencia que tenemos como seres humanos», indica.
«Cuiden a los chicos.. ayúdenlos… mi hijo era un chico distinto y muy débil en su estado emocional.. como tantos otros… por favor busquemos herramientas para que nuestros hijos crezcan sin miedo», agrega.
El 12 de diciembre pasado Agustín participó de una Marcha Contra el Abuso en Bariloche en la que fue escrachado por los manifestantes para su total sorpresa.
El joven se enteró en el lugar que su mejor amiga Annie lo había denunciado en las redes por un abuso que no existió y posteriormente se suicidó el 22 de diciembre después de padecer una severa depresión.
La madre intentó en las últimas horas bajarle el tono a la participación de la chica quien actuó impulsada por una pelea con su hijo. «(Agustín) volvió corriendo a casa y me contó entre lo poco que podía hablar, porque estaba muy alterado. Enseguida me comuniqué con la joven y borró la publicación. También pidió disculpas públicamente», recordó Castañeda.
En la cuenta de Facebook del joven se observan numerosas frases y fotografías en las que se revela algo de su personalidad: «Qué paja existir» y «Que ganas de un balazo» son algunas de las palabras que dejó como epígrafe de imágenes en las que esconde el rostro o se esconde detrás de una calavera.