Tres investigadores argentinos del Conicet fueron premiados por la Academia Mundial de Ciencias (TWAS), cuyos resultados se dieron a conocer el viernes, y destacan el aporte de científicos de todo el mundo en nueve áreas.
Los galardonados son Noemí Zaritzky, Esteban Jobbagy y Alejandro Schinder, quienes el año que viene viajarán a Italia para recibir oficialmente el premio. Para acceder al reconocimiento debieron cumplir dos requisitos: haber realizado una labor científica importante para el desarrollo sustentable y llevar al menos 10 años viviendo y trabajando en el país.
Zaritzky, profesora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, es la única mujer reconocida por el premio este año en todas las categorías. «Estoy realmente muy contenta por este premio de carácter internacional en un área tan competitiva como son las ciencias de la ingeniería», afirmó en diálogo con el diario Perfil.
“Comencé a estudiar ingeniería en 1967 y egresé en 1971. Tenía 20 años cuando me recibí de ingeniera química. En esos años, mi curso era de unos cien alumnos y solamente cuatro éramos mujeres. Afortunadamente, hoy hay muchas más alumnas mujeres en ingeniería química”, contó, para graficar lo difícil que ha sido para las mujeres abrirse paso en ese campo científico.
Esteban Jobbagy, otro de los ganadores, también es investigador del Conicet pero en el Grupo de Estudios Ambientales del Instituto de Matemática Aplicada de San Luis. «Mi trabajo se centra en comprender cómo las plantas y lo que hacemos con la tierra afecta al ciclo del agua. Eso va desde mirar la superficie de la tierra con satélites hasta cavar pozos en el campo para seguir los movimientos del agua de las napas», detalló.
El tercer científico argentino distinguido con este premio es Alejandro Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal en la Fundación Instituto Leloir. Trabaja con las neuronas recién generadas en el cerebro adulto. «Encontramos que un circuito muy particular de células nerviosas, denominadas ‘interneuronas gabaérgicas’, es el responsable de activar el desarrollo de las neuronas nuevas, y también de captarlas e integrarlas a los circuitos del hipocampo, donde contribuyen a completar los procesos de aprendizaje», explicó sobre sus descubrimientos.
Los científicos también recordaron las dificultades con las que hoy se trabaja en el ámbito de la ciencia debido a los problemas presupuestarios en las diferentes áreas de investigación. «Es un contexto científico difícil en estos años en Argentina, con la financiación muy acotada y pocas señales de que eso cambie», sostuvo Jobbagy.
Zaritzky también se refirió al tema: “Las autoridades que financian la investigación científica y tecnológica deben tener en cuenta que invertir en estas actividades no es un lujo sino una necesidad».
A su vez, la misma entidad científica sumó 46 nuevos miembros y entre ellas hay dos investigadoras argentinas del Conicet. Son la doctora en química Marta Litter, autora de más de 200 artículos en revistas científicas internacionales, y la doctora en física Cristina Mandrini, desarrolladora de un método novedoso para calcular la ubicación de la liberación de energía magnética en la atmósfera solar.
Clarín