En las montañas de Dehir el-Bahari, cerca de Luxor, un lugar famoso por ser el emplazamiento del gran templo de la reina Hatshepsut, se esconde una tumba misteriosa conocida como la Tumba de los guerreros, descubierta en 1923, pero vuelta a sellar poco tiempo después. En ella yacen los restos momificados de decenas de hombres –unos sesenta– que fueron sepultados allí hace más de cuatro mil años. Un tipo de enterramiento que no era habitual en el antiguo Egipto.
Momias con signos de violencia
Para intentar esclarecer este enigma, se ha rodado un documental titulado Los secretos de los muertos: la hora más oscura de Egipto, que ha contado con la participación de la egiptología especializada en momias Salima Ikram, de la Universidad Americana de El Cairo. La egiptóloga y su equipo se adentraron en un laberinto de túneles jalonados por una serie de cámaras funerarias repletas de cuerpos momificados así como numerosos restos de las vendas de lino que se usaron para envolverlos. El estudio de las momias ha revelado que todos eran varones, y todos mostraban signos de violencia.
Los cráneos estaban fracturados o perforados por algún tipo de arma o proyectil y en el interior de los cuerpos se hallaron alojadas algunas puntas de flecha.Incluso uno de los cuerpos aún llevaba puesto un guantelete en el brazo. Este desolador panorama llevó a la doctora Ikram ha concluir que todos estos hombres «fallecieron de manera sangrienta. Fueron muertes terribles».
Todas las momias pertenecían a varones que presentaban signos de violencia, como cráneos fracturados o heridas de flecha
Una revolución social
Las momias datan de finales del Reino Antiguo (2543-2120 a.C.), del reinado del faraón Pepi II, de la dinastía VI, uno de los más largos de la historia de Egipto (2216-2153 a.C.). El saqueo de la pirámide del faraón poco después de su construcción ha llevado a los egiptólogos a pensar que en ese período se vivió un auténtico caos social en Egipto, con violentas revueltas y disturbios. Todo ello sería consecuencia de las hambrunas y sequías recurrentes que asolaron el País del Nilo en ese momento. Estos acontecimientos tienen su confirmación en las inscripciones de algunos gobernadores del período, como la tumba de uno de los nomarcas de Elefantina, en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, donde se dice que «el país del sur se estaba muriendo de hambre, por lo que cada hombre se estaba comiendo a sus propios hijos».
Según una inscripción «el país del sur se estaba muriendo de hambre, por lo que cada hombre se estaba comiendo a sus propios hijos»
Los egiptólogos, con Salima Ikram a la cabeza, están convencidos de que estos convulsos acontecimientos fueron los causantes de la muerte de los hombresenterrados en Dehir el-Bahari. Pero porque fueron sepultados allí todos juntos es algo que aún permanece en el misterio.
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