La sanción de la Carta Orgánica que el mismo intendente Raúl Ibarra impulsó en Lago Puelo y que prohíbe el ejercicio del cargo a personas que se desempeñaron como funcionarios en la dictadura (Ibarra también fue intendente en el gobierno de facto), no sólo parece proscribirlo de la próxima elección, sino que sembró un manto de duda sobre la continuidad de su gestión actual.
Un hecho insoslayable es que Ibarra ingresó a la gestión por Cambiemos y se mudó al entonces CHUSOTO (convencido por el fallecido Mario Das Neves), ahora reconvertido en Chubut al Frente y liderado por el gobernador Mariano Arcioni, lo que generó un indudable corto circuito con su anterior sector político.
Precisamente, ahora son los Convencionales del oficialismo nacional los principales precursores de la salida de Ibarra del gobierno municipal, en lo que también pareciera ser una clara maniobra con aditamentos políticos y electorales.
Lo que además debiera quedar claro es que la Carta Orgánica, aprobada por la Legislatura el último jueves 21 de marzo, no tiene carácter de retroactiva, sino que se trata de un mandato constitucional hacia adelante, por lo que resultaría lógico que Ibarra terminara su gestión -iniciada en 2015- el 10 de diciembre de este año y en todo caso no pudiera aspirar a la reelección.
Este jueves por la tarde, una gran cantidad de vecinos, estimada en más de mil, ganó las calles para apoyar la continuidad del intendente en el cargo, en un hecho sin precedentes en Lago Puelo.
“No llamé a ningún vecino para que se manifestara. No esperaba ver esta cantidad de gente, aunque vi en las redes sociales que se convocaban, pero cuando me bajé del auto se me puso la piel de gallina”, reconoció Ibarra, en diálogo con Radio 3 en medio de la movilización.
“Más de uno que está parado acá no me votó, es de otro partido político o no lo he dado respuestas a sus demandas. Están defendiendo la institucionalidad, ellos me pusieron, ellos me sacan”, aseveró.
“Jamás negué el período que estuve al frente del municipio durante la dictadura, nunca me escondí debajo de la cama, camino por las calles de Lago Puelo y si alguien alguna vez me lo echa en cara o me hace una crítica, lo respetaré”, sostuvo Ibarra.
“Nadie nunca me dijo golpista o milico, no en estos términos, aunque sí alguna vez alguien se acercó y me dijo que fue una lástima que haya estado en ese período, lo que no consideré agraviante”, reconoció.
“Es algo que no voy a negar nunca, incluso está en la foja cuando me presenté al Consejo de la Magistratura”, recalcó.
Ibarra se jubiló como juez de Paz y no cobra sueldo en su función de intendente: “además uso mi auto, pero no lo considero un mérito, ojalá otros lo pudieran hacer. Pero le debo mucho a Lago Puelo, yo vine el 2 de enero de 1971 y no era nadie, fui el primer okupa con una casilla en la plaza y este pueblo me dio todo, nunca voy a dejar de agradecerlo”, resaltó.
“Eran pocos, los históricos: Emilio Posa, Teobaldo Delgado, “La Andina” Biguera, la familia Bahamonde, la familia Uribe, la de Teo Vera, “Mandinga” y el “Negro” Muñoz. Lolo Salud, La Chochó González”, evocó.
“La sociedad hará su juicio de valor. Hay muchas cosas que suelen hacer daño, aunque me pongo en el lugar de los Convencionales, trato de interpretar lo que quisieron decir o hacer. Si me dieran una explicación, sabría entenderlos”, consideró.
“Lo que me chocó sobremanera el día que recibí la carta fue la palabra usurpador, porque yo no lo soy. Y nunca la gente me lo dijo en la calle”, cuestionó.
“También me acusan de derrocar un gobierno, lo que demuestra que conocen poco de la historia. Por eso conté la anécdota de la carta del hijo de Luis Roberts (único intendente peronista de 1973 a 1976), que me escribió y me dijo que le hubiera gustado en el homenaje que le hicimos a su padre el 24 de marzo”.
“El es oficial de la Fuerza Aérea y combatió en Malvinas, también iba a venir el 2 de abril. Pero anoche me escribió y me pidió que no me sintiera un usurpador, y el que se tuvo que ir en 1976 fue su papá. Si algo me permite dormir tranquilo, son estas cosas”, reveló Ibarra.
“Se va a dirimir en la Justicia, la Justicia tendrá la última palabra, aunque para ponerlos en términos de doña Rosa, la carta que yo recibí fue como un pre aviso, si no me pagás la cuota, te embargo. Tendría que haber existido un diálogo, al menos de los Convencionales que yo acompañé”, recriminó.
“Siento una gran decepción, amargura, yo pudo haber propuesto otras personas y sin embargo confié en sus capacidades. Faltó esa devolución, el de no creer que soy esa persona a la que ellos acusan”, subrayó Ibarra en el final.
El próximo lunes los concejales jurarán la nueva Carta Orgánica, que se pondrá en vigencia 15 días después.
Radio 3