En zona de chacras, en el límite entre Trelew y Gaiman, hay 20 productores que viven a 2 kilómetros a la redonda con la escopeta cargada, y no dudarían en disparar si ven algún movimiento raro a la noche. A todos ellos en poco tiempo les robaron animales y les entraron en la casa.
Luis Martínez, el martes a la noche le disparó «a darle» a unos seis delincuentes que le robaron cinco ovejas. «No le echo la culpa a la Policía. Los jueces que cobran 200 mil pesos por mes que están al pedo calentando el asiento, agarran al chorro con el baúl lleno de carne y al rato están sueltos», cuestionó.
Martínez reconoció que «la Policía está podrida porque agarran al chorro y a la media hora está suelto. Si hizo cagar uno ya está: listo, un chorro menos, pero no es el caso». Mientras que «el chacarero que está carneando un ternero propio vienen y te agarran y te hacen un quilombo», completó. Anoche la cúpula policial de Rawson lo visitó en la chacra para apaciguar los ánimos que estaban bastante caldeados.
Este sábado a las 13 horas, en el salón «Los Toros», cerca de la capilla Bethlehem, los chacareros se reunirán con el ministro coordinador, Federico Massoni, y los intendentes de Trelew, Adrián Maderna, y Mariano García Aranibar de Gaiman.
REVOLVER EN LA TRANQUERA
Martínez recibe a Diario EL CHUBUT, y en su casa se puede ver una escopeta cargada. Pone la pava para hacer unos mates y saca el revólver que lleva siempre con él. «Cuando llega mi esposa a la chacra estoy con el revólver en la tranquera esperándola. No sabés si no te sale una persona detrás de un árbol», confía.
En la chacra, ubicada a escasos metros del puesto policial del Puente San Cristóbal, todavía quedan vainas servidas, latas de cerveza y una oveja muerta que los delincuentes no pudieron llevarse durante la persecución.
El jueves pasado, a Martínez intentaron robarle animales y los ahuyentó a los tiros, y el fin de semana desmantelaron la casa de los vecinos. «Yo tiro a pegar. Cuando vivís esto te da miedo e impotencia: las ovejas estaban preñadas, el dolor es el dolor de uno y el animal. Si me dicen tengo hambre, te carneo un capón y llevátelo. Se lo doy de corazón y de gauchada, pero que no te vengan así, porque es muy doloroso», cuenta.
De un lado del camino se ven patrulleros de Gaiman y del otro circula la Policía de Trelew. «Todavía estamos esperando los drones», dicen los efectivos. La casilla cerca del puente está vacía, porque los policías no pueden ir al baño ni tampoco tienen agua. Piden linternas, antes que la tecnología de punta que les prometió el ministro Federico Massoni, que tampoco llegó. En lo profundo, se ven kilómetros de potreros por donde se escapan los delincuentes.
«HAY VARIOS AGUANTADEROS»
Martínez cuenta que en 35 años que hace que vive en la chacra nunca antes había sufrido robos. Estuvo en Treorky cuando Massoni prometió a los chacareros que iban a destinar más policías, motos y drones, pero «acá lo único que se ven son chimangos o avutardas, drones no se ven», dice.
Martínez sostuvo que estos años crecieron los «aguantaderos» en las chacras, donde se refugian delincuentes. «Hay mucha chacra abandonada y se alquila a la gente del pueblo; esas familias traen amigotes y con la crisis que estamos viviendo no sé si lo hacen por plata o por el hambre, pero te entran y te destrozan», apunta.
Cansado de ver merodear a los delincuentes, Martínez comenta que «se mueven por el medio de las chacras: el chorro está echado en el potrero y te está mirando. Buscan los callejones, son cancheros, conocen el lugar. Hay que buscarle la vuelta en los callejones. Debe pasar un auto que los deja y después los levanta».
Por último, Martínez cuenta que todavía hoy recorre las ferias en busca de su ganado robado. «Terminan en las ferias en Trelew. No puede ser que vas a una feria y están vendiendo carne de potro y carne de capón. Yo fui y lo vi, estoy rastreando a dónde están mis ovejas».