Tras siete audiencias y luego del testimonio de 58 testigos en el juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin, la Justicia condenó al endoscopista Diego Bialolenkier a tres años de prisión en suspenso y a siete años y medio de inhabilitación para ejercer su profesión, y la anestesista Nélida Inés Puente fue absuelta por el «homicidio culposo» de la periodista y legisladora.
De esta forma, la Justicia determinó que la periodista murió producto de una mala praxis protagonizada por el endoscopista a cargo de la intervención y exculpó de cualquier responsabilidad penal a la anestesista.
A su vez, el magistrado concedió el pedido de la querella de abrir una investigación por falso testimonio contra la instrumentista Miriam Frías y contra el director médico del Sanatorio de la Trinidad de Palermo, Roberto Martingnano y el director general de Galeno, Eduardo Cavallo.
“Nosotros pedimos una pena de cumplimiento efectivo, pero la familia nos pidió que no la recurramos, así que no la vamos a apelar. Ellos no buscan venganza sino justicia”, dijo el abogado querellante, Diego Pirota, luego del veredicto.
“Hay que esperar a conocer los fundamentos de la absolución de Puente (se leerán el 9 de agosto). Sabemos que el análisis tiene basamento en los peritos de la Corte, quienes creen que la culpa fue exclusiva del endoscopista”, continuó Pirota.
Para cerrar, el abogado dejó en claro que fue un caso de mala praxis: “Débora se murió porque la mataron en la clínica, uno o dos médicos. Ella no tenía ninguna circunstancia para que le pase lo que ocurrió”.
En un principio, la querella que representa a la familia de la conductora había pedido cuatro años y cinco meses de prisión para Bialolenkier y tres, en suspenso, para Puente. Por su parte, la fiscal María Luz Castagni había solicitado una pena similar: cuatro años para el endoscopista y tres para la anestesista, cuya defensa había pedido la absolución.
También habían solicitado que ambos profesionales estén inhabilitados para ejercer durante un período de diez años. Además, pidieron juzgar por falso testimonio a la instrumentadora ante las irregularidades e incongruencias en su declaración en la Justicia.
El alegato de la querella incluyó un pedido de encubrimiento contra las autoridades del Sanatorio de La Trinidad. Débora murió el 6 de febrero de 2018 tras realizarse una videoendoscopía digestiva alta.
El Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, encargado de realizar la autopsia, había señalado que la muerte de la periodista fue «violenta» y que «hubo una perforación instrumental del esófago».
La querella había pedido una pena más dura para Bialolenkier que para Puente al considerar que el anestesista «mintió» durante todo el procedimiento. Así lo había dicho Diego Pirota, abogada de la familia de Débora, antes de ingresar al Palacio de Tribunales esta mañana. «Siempre mintió, desde el mismo día de los hechos, en el que sabía lo que pasó, hizo todo lo posible para que no lleguemos a esta instancia de verdad y lo peor es que terminó tratando de que su colega, la otra responsable, tenga el doble de responsabilidad. Ella siempre dijo la verdad, el problema es que al decir la verdad está contando cuales fueron las equivocaciones que cometió», afirmó el letrado.
Las palabras del abogado de la familia hacen referencia a la declaración del propio endoscopista, que ante el juez dijo que «todo funcionaba correctamente» y negó que hubiera «una lesión esofágica en la cara anterior si el endoscopio se apoya sobre la posterior». De esta formaba buscaba contradecir el informe de los forenses.
Por su parte, Puente apuntó en su declaración contra el endoscopista al asegurar que estaba «indignada» por la declaración de su colega, y sostuvo que «evidentemente era una hemorragia digestiva». «Él (Bialolenkier) me ayudó a quitar el abreboca y a darla vuelta junto con la instrumentadora (Miriam Frías). ¿Cómo no vio el edema en la cara?¿Cómo no se acuerdan de nada?», se preguntó la anestesista.
El jueves, Puente pidió ampliar su declaración al asegurar que quería revelar una cuestión que no había mencionado. Lo hizo luego de escuchar a su colega. «Yo no conté un detalle en mi declaración, cuando escuché la alarma del monitor le levanté el brazo a la paciente, vi el abdomen duro y Diego miró y lo vio. Yo pensé que ese aire estaba en el tubo digestivo por eso le dije que salga», relató ante el juez. «Le digo: ‘¡Aspirá, aspirá!’, para que saque el aire, y me dijo: ‘Esto no funciona'».
Pirota dijo que peritos de la UBA confirmaron que el endoscopio no funcionaba.