Los analistas advierten que el Banco Central podría caer en la trampa de pesos de febrero.
Con algunos datos certeros y mucha expectativa favorable, el equipo económico se juega a quela inflación va a bajar durante el verano. Pero algunos analistas advierten que el exceso de pesos circulante podría presionar sobre el dólar, disparando nuevamente la inflación y repitiendo así un circuito que ya atrapó al país en años anteriores.
El jueves pasado, el Banco Central volvió a bajar la tasa de interés de referencia y la llevó a 48%, dos puntos porcentuales por debajo del nivel anterior Así, en 50 días la conducción de Miguel Pese redujo la tasa en 15 puntos. El Central justificó esta decisión en «la desaceleración inflacionaria que comienza a evidenciarse».
La decisión del Central reaviva los temores del mercado de que se active la» trampa de febrero«. En los últimos años, el Banco Central aumentaba la emisión monetaria en diciembre para cubrir la mayor demanda de pesos ligada al pago del aguinaldo y los gastos de las vacaciones y a la vez bajaba la tasa de interés para estimular la actividad económica. Eso generaba un «veranito» de fuerte consumo, que terminabaestrellándose contra el repunte de la inflación. Este año los pronósticos de los analistas indican que la inflación de enerooscilaría entre 3% y 3,5%.
Consultado por la agencia Bloomberg, el titular del Central le quitó peso al tema. «En febrero, el exceso de demanda de efectivo producido en diciembre y enero por vacaciones, bonos navideños y vacaciones regresa a los bancos», indicó Miguel Pesce.
«Estamos viendo que el circulante de pesos crece más que otros años,» dice Nery Persichini, de GMA Capital. «En febrero la demanda estacionalmente se da vuelta. Con tasa baja, la demanda de dinero cae y se va a dólar o a bienes, puede presionar sobre durables y eso puede generar un problema inflacionario. Y la tasa está más negativa que nunca».
¿Pueden los pesos excedentes volcarse al dólar con un cepo cambiario tan férreo?
«Es cierto que con el cepo uno podría exigirle menos esfuerzo a la tasa, pero el contexto no está dado para ser tan laxo y optimista«, responde Persichini.
A esto hay que agregar «toda la incertidumbre que hay respecto a la situación de deuda de la provincia de Buenos Aires. Y encima el mundo está en modo risk off-alto riesgo- por el coronavirus y el impacto que puede tener en la economía real, como la caída en la demanda de materias primas».
Para Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma se está dando «un escenario muy particular con el cepo cambiario que mantiene reprimida la demanda y al mismo tiempono tenemos ancla ni fiscal ni monetaria. El ancla que tenemos es la expectativa de una reestructuración rápida y exitosa de la deuda. La política monetaria debería ser prudente este año porque la incertidumbre sigue siendo alta».
Caamaño agrega que una señal de que los pesos presionan sobre el dólar aún con el cepo vigente es que «la brecha con los dólares alternativos llegó al 42%, creció mucho en enero. El contado con liqui y el dólar Bolsa aumentaron 15%. Claramente el mercado cambiario se recalentó y todavía el pico estacional de la demanda de pesos no se empezó a desarmar. Hay un tema de preocupación ahí».
Otro elemento de tensión que ve Persichini es que en febrero «tenés vencimientos por más de$ 160.000 millonesque el Tesoro va a intentar rollear, pero con una tasa baja al menos luce temerario. La recompensa es muy poca. La baja es un poco aventurada. Lo que hizo el Central es jugarse un «pleno» a que la deuda se soluciona rápido y de forma muy exitosa».
Mientras las consultoras económicas estiman que la inflación de enero estará entre el 3% y el 3,5%, en los despachos oficiales circulan versiones de que podría dar por abajo de 3%.
Para Caamaño, aunque esa baja se dé -lo que marcaría una reducción de un punto porcentual respecto del registro de diciembre- sería consecuencia de un proceso que no es sostenible. «La inflación está afectada por un conjunto de medidas que no son sostenibles, como el tipo de cambio pisado y el congelamiento de tarifas. Hablar de desinflación atrasando precios es como mentirte a vos mismo«, señaló Clarín.