El fenómeno que afecta a localidades de la cordillera registra una proporción de 6 a 10 insectos por cada metro cuadrado. La plaga daña la producción de cultivos, carne y lana.
La tucura es un insecto, similar a una langosta, que madura en verano y se alimenta de plantaciones en los momentos más calurosos del día.
El Ingeniero Agrónomo de INTA, en Esquel, Alfonso Beloqui, explicó que la plaga que afecta, sobre todo a la comuna rural de Cushamen, “no se puede eliminar”. En comunicación con A Tiempo en Verano (Cadena Tiempo), el profesional manifestó que el único antídoto para reducir la población de insectos es el control temprano”. Porque cuando la tucura vuela ya es demasiado tarde.
Los especialistas señalan que los controles deben hacerse de manera anticipada, para detener la invasión que en este momento afecta a un gran número de productores agrícolas y ganaderos. La falta de información por parte de los pobladores rurales es una de las causas de la propagación del insecto: “La responsabilidad del monitoreo está en todos. Es importante informar y capacitar a los pobladores”, señaló el agrónomo.
El insecto madura en primavera y para la llegada del verano, las temperaturas elevadas y la baja frecuencia de lluvia favorecen el aumento de la población. Basándose en investigaciones “lo más importante”, tal cual lo manifestó Beloqui, “es el monitoreo y la alerta temprana para tratar de reducir la población”.
El proceso de crecimiento de la especie, que afecta a Chubut, Río Negro y Santa Cruz, explica que, durante el periodo inicial de maduración, se advierten como moscas de tamaño diminuto. Es el mejor momento para localizarlas y combatir los focos con pulverizadores.
Desde octubre y hasta finalizar el verano, los insectos no solo que alcanzan su máximo nivel de desarrollo, sino que ponen los huevos para la próxima temporada.