El 30 de enero de 2020, cuando el coronavirus no le importaba a casi nadie en la Argentina, la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, confirmó que el instituto ANLIS Malbrán tenía capacidad tecnológica para identificar el virus. En ese momento, unos pocos prefiguraron que la dote cualitativa no se traduciría en una infinita capacidad cuantitativa. Ese desfasaje lógico hoy está en primer plano. Mientras muchos expertos señalan la urgencia de descentralizar el pesado trabajo que día y noche realizan los expertos del Malbrán (algo que se concretaría la semana que viene), corre en paralelo la certeza de que, una vez ampliada la capacidad de diagnosticar la enfermedad, el número de “coronavirus positivos” aumentará.
Como es pura lógica numérica, conviene entender el asunto ahora y no angustiarse después. Es que, más allá de que las últimas medidas que tomó el Gobierno logren un aumento “razonable” de casos (tirando al amesetamiento antes que a un crecimiento exponencial, parafraseando al presidente Alberto Fernández), varios expertos en infectología confirmaron a Clarín que existe un subregistro en el número de casos positivos de coronavirus. Si se logran procesar más muestras por día, la cifra de infectados podría volverse más realista.
Dos expertos que consultó este medio sugirieron que podría haber tres veces más casos que los que se conocen hoy (56, al cierre de esta nota). Es importante aclarar que la idea de la triplicación es sólo una estimación en base a la experiencia de la Gripe A, once años atrás, cuando, igual que ahora, se generó una demanda de hisopados agobiante para la capacidad del laboratorio de referencia nacional.
“Se espera que la descentralización del análisis de coronavirus ocurra la semana que viene”, confirmó una importante fuente del sector que pidió reservar su nombre. La información fue ratificada por un experto en Infectología, que también solicitó anonimato y aclaró: “El tema de centralizar el diagnóstico en el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) causó un desastre en Estados Unidos. Aquí es lo mismo: demora el diagnóstico y hay subregistro. Calculo que en una semana estará trabajando una red de laboratorios”.
Se trata de la “Red Nacional de laboratorios de influenza y otros virus respiratorios”, creada tras la epidemia de Gripe N1H1 de 2009. Son unas 35 instituciones de investigación (hay al menos una por provincia) capacitadas para confirmar o descartar la presencia de las influenzas A y B, entre otros virus. La tecnología que utilizan es similar a la del coronavirus: la famosa PCR.
O sea, la Polymerase Chain Reaction (o Reacción en Cadena de la Polimerasa), una técnica utilizada en el campo de la biología molecular. “La PCR se hace en muchos lugares actualmente. Lo que pasa es que tienen que ser capacitados y recibir los reactivos específicos para COVID-19 y, luego del control de calidad, adelante”, explicó el médico.
Lo de los reactivos es todo un tema por el desembolso monetario que representan. Hace tiempo Clarín intenta averiguar el costo de cada test, algo que por el momento fue imposible confirmar. No obstante, una fuente del sector aseguró que si se analizan varios hisopados a la vez (30 o más) el monto por unidad baja y termina rondando los 1.500 pesos por hisopado. La cifra tiene sentido si se compara con los 3.000 pesos que cuesta hoy una PCR para otros tipos de virus en un laboratorio privado.
Claro que en el Malbrán no se están haciendo 30 hisopados diarios sino entre 80 y 120, según el día.
Pero más allá de toda cifra, conviene recordar que, por el desborde al que arribó la crisis sanitaria mundial, los países de Europa con circulación de coronavirus confirmada prácticamente no están realizando testeo alguno, salvando los pacientes de gravedad o los casos de adultos mayores que requieran hospitalización. A quien tenga síntomas se le sugiere quedarse en casa, en aislamiento por dos semanas, atravesando los tiempos lógicos de cualquier proceso viral intenso.
Consultada por estos temas, Cristina Freuler, jefa de Infectología y del departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, puso paños fríos y explicó: “Sabemos que en todos lados hay más casos que los que se registran porque uno estudió a los enfermos y a los que tienen muchos síntomas, pero hay muchos que casi no lo manifiestan. Todos los países tienen subregistro y nosotros no estamos fuera de eso. Pero hay una pandemia: si hay muchos o pocos casos, las medidas de prevención son las mismas”.
Y concluyó: “No tenemos por qué asustarnos por el número. Lo más importante es que tenemos que cuidarnos, ser conscientes, ser solidarios y no exagerar. Si uno tiene miedo es mucho peor”.