La OCDE corrigió a la baja su previsión para este año, en la mayor reducción de sus perspectivas desde el estallido de la crisis en 2008.
La economía mundial ya sufre el impacto del coronavirus. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, el grupo que engloba a las 36 mayores economías del planeta) anunció este lunes que sus previsiones para este año ven un crecimiento económico global del 2,4%, una corrección de medio punto desde el 2,9% que preveía hasta ahora y la mayor reducción de sus previsiones desde el estallido de la crisis financiera en 2008.
En su escenario base, en el que estima que la epidemia del coronavirus podría ser contenida ya este trimestre, calcula que la economía global se recuperará en 2021 para crecer un 3,3%. Si la epidemia se convierte en pandemia global y se expande por el resto de Asia, Europa y Norte América con la fuerza que lleva en países como China, Corea del Sur o Irán, el crecimiento en 2021 sería de un máximo de 1,5%.
China sería el país más afectado. En el escenario más probable que maneja el informe de la OCDE la economía china crecería este año un 4,9%, su peor dato en tres décadas y ocho décimas por debajo de lo previsto en el informe del pasado noviembre. En 2021 debería haber recuperado un punto y medio de crecimiento para alcanzar el 6,4%.
El recorte de la previsión de crecimiento es menor para la Eurozona, que pasaría de crecer este año un 1,1% a un 0,8%. Italia, el país europeo más afectado hasta el momento con 1.694 casos confirmados y 34 víctimas mortales, vería estancarse su economía. Según la OCDE, el impacto en Estados Unidos es menor: del 2,0% previsto en el informe de noviembre a un 1,9%.
Algunos sectores europeos, básicos para la economía del bloque, ya sufren el choque. El comisario europeo de Industria (incluye Turismo entre sus competencias), el francés Thierry Breton, dijo este lunes que desde enero los hoteles europeos han dejado de vender dos millones de noches de hotel, “el equivalente a 1.000 millones de euros al mes”. El chino es uno de los mercados más importantes para el turismo europeo.
La OCDE urgió a los gobiernos que actúen ya, para empezar financiando mejor sus sistemas sanitarios para que puedan hacer frente adecuadamente a la expansión del virus. Una de las ideas que maneja la OCDE sería que los gobiernos den pagas extraordinarias o deducciones fiscales a los trabajadores de los sistemas sanitarios.
Como medidas generales para sostener a las economías más afectadas por el impacto del virus, la OCDE utiliza sus recetas tradicionales: que las empresas paguen menos cargas sociales, que se suspenda el pago de los impuestos al valor añadido o que se concedan préstamos de emergencia a sectores particularmente dañados por el virus, como el turismo.
La OCDE calcula que si la situación se deteriora en las próximas semanas y meses debería haber una acción coordinada de los mayores bancos centrales del mundo, como hicieron varias veces durante los primeros años de la crisis financiera. Sus cálculos estiman que una acción conjunta de los bancos centrales que facilite los préstamos y ponga sobre la mesa un estímulo fiscal provocaría que los países del G20 (Argentina entre ellos), añadieran 1,2 puntos de crecimiento a sus economías en el período 2021-2022.
El Banco Central Europeo dijo la semana pasada que, aunque el impacto del virus en la economía era evidente, todavía era temprano para cuantificarlo. Pero que se mantenía preparado para tomar más medidas de estímulo (las tasas de interés del bloque están en el 0,0%). Anuncios similares hicieron la Reserva Federal, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra.
Los mercados bursátiles parecen estabilizarse. Después de pasar por su peor semana en más de una década, las Bolsas europeas abrieron este lunes con pequeñas ganancias, que no recuperan las pérdidas de los últimos días pero que muestran que los inversores podrían haber pasado la fase de pánico.
Bruselas, especial, informó Clarín.