España amaneció hoy con calles vacías, comercios cerrados, y un movimiento muy reducido bajo vigilancia policial en el primer día de confinamiento por decreto de sus 47 millones de habitantes como consecuencia del «estado de alarma» que rige en el país debido a la pandemia de coronavirus, que sigue expandiéndose como pólvora en el país.
Casi de un día para el otro, los españoles pasaron de una actitud de recelo y desconfianza a percibir que el Covid-19 es una amenaza grave y acataron masivamente las órdenes dictadas por las autoridades españolas, que por 15 días prohibieron la libre circulación salvo para acudir a supermercados, farmacias, asistir al trabajo o por extrema necesidad.
En apenas una semana, los contagios por coronavirus en España saltaron de unos 700 a un total de 7.753 – 382 en terapia intensiva- y de una treinta de muertos hasta los 288 fallecidos, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad español.
El incremento fue del 40% en las últimas 24 horas, con Madrid como epicentro, con 3.544 casos, aunque ya se informó que ni en esta región ni en Cataluña, la segunda con más contagios, 715, no se hace la prueba diagnostica a las personas con síntomas leves.
Ante el avance descontrolado del coronavirus, el mensaje del gobierno español es claro: solo si los ciudadanos se quedan el máximo tiempo posible en casa confinados se podrá aplanar la curva ascendente de contagios.
Con ese objetivo, el Ejecutivo de coalición del socialista Pedro Sánchez lanzó hoy una campaña de publicidad institucional bajo el hashtag #EsteVirusLoParamosUnidos.
Las autoridades insisten en que con el confinamiento se evitará el mayor problema provocado por la rápida expansión del virus que es el colapso del sistema público de salud, y de esta forma, la pérdida de vidas humanas.
La campaña oficial «expresa toda la fuerza y responsabilidad que el gobierno reclama a cada ciudadana y ciudadano, de todas las edades, de toda condición», aseguran las autoridades.
En los últimos días han sido numerosos los mensajes de médicos y enfermeros que alertan a los ciudadanos de la gravedad de la situación y la necesidad de que permanezcan en sus hogares para evitar más contagios.
«La primera línea de contención de urgencia y terapia intensiva está cayendo toda en una semana, es un desastre», dijo a Télam Gisela Peteti, médica cordobesa que trabaja en asistencia primaria y hospitales de Barcelona y que advierte de la falta de recursos humanos y de protección para el personal sanitario.
«Son muchos los compañeros contagiados, en terapia intensiva también. Si vas a urgencias con insuficiencia respiratoria te puede atender un dermatólogo, esta es la situación», añadió Peteti, especialista en esa rama de la medicina, quien en sus redes sociales remarca que los médicos «no nos jugamos la vida para que el resto siga haciendo vida normal y exponiéndose al contagio».
En un gesto insólito en el país ibérico, anoche los españoles salieron a sus ventanas y a los balcones para aplaudir al unísono y agradecer la labor del personal sanitario que está trabajando y poniendo en juego su propia salud para atender a los enfermos de coronavirus.
«Esto es la muerte, peor que la guerra. Tenemos mil Covid-19 y no hay quien distinga uno de otro. Cada poco un ingreso que va directo a intubación!, es una locura», explicó Lara, medica del servicio de terapia intensiva de un hospital de Madrid desbordado, en un mensaje enviado a su grupo de amigas médicas.
Las autoridades españoles remarcan también en su mensaje que cuanto antes se frente la pandemia más rápido se recuperará la actividad económica, una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos que en estos días están sufriendo una ola de despidos, especialmente en el sector turístico.
El incumplimiento de las medidas adoptadas por el real decreto pueden derivar en sanciones, advirtió la vicepresidenta del gobierno Carmen Calvo en un comunicado, que especifica que «las sanciones pueden incluir multas, delito de desobediencia, todo aquello que puede ocurrir cuando te saltas una norma».
Al explicar el alcance del «estado de alarma» en conferencia de prensa, el presidente Pedro Sánchez apeló la «sentido común» de los ciudadanos, a los que explicó que podrán salir en casa para «pasear al perro», pero que no podrán ir a la playa o practicar deporte en el parque.
A pesar de ello, no todos cumplen con estas indicaciones, sobre todo en las costas del país, como en Barcelona, donde la gente sigue acudiendo a la playa a tomar aire y sol o haciendo footing y ciclismo.
La policía local está haciendo controles en las calles, rutas y playas y están advirtiendo de las multas, que llegan a los 30.000 euros los que no se quieren identificar o 60.000 a los que ponen en riesgo la salud pública.
En caso de «desobendiencia» los ciudadanos se arriesgan a un año de cárcel y si reiteradamente incumplen las restricciones piden tener que pagar hasta 600.000 euros.