Según confirmaron a Télam fuentes de la cartera a cargo de Martín Guzmán, la comitiva que encabezarán el jefe de la misión del FMI para la Argentina, Luis Cubeddu, y la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, permanecerá en Buenos Aires hasta el fin de semana, tiempo durante el cual mantendrá «múltiples reuniones» con funcionarios locales.
«Hubo un diálogo continuo y activo entre las autoridades argentinas y el FMI, y en los últimos días se realizaron reuniones muy importantes entre (la directora gerente del Fondo) Kristalina Georgieva y Guzmán», afirmó el pasado jueves el vocero del organismo, Gerry Rice, durante su rueda de prensa quincenal en Washington.
Fue justamente luego de una reunión el fin de semana pasado entre Georgieva y Guzmán, durante la cumbre de ministros de Finanzas del G20 en la Riad, capital de Arabia Saudita, que se informó que el diálogo entre la Argentina y el organismo continuará «con el artículo IV y un programa en el futuro».
Ese artículo del estatuto del Fondo comprende un monitoreo pormenorizado sobre la situación fiscal, monetaria y externa de cada país miembro del organismo multilateral, un tipo de revisión que la Argentina no aceptó entre los años 2004 y 2015.
Rice aseguró que «por ahora son sólo conversaciones respecto de un nuevo programa con el FMI» y que no hay precisiones sobre cuándo se efectivizaría la aplicación del artículo IV, ya que «el gobierno argentino no ha pedido negociaciones formales».
Esta mañana, durante su discurso de apertura de sesiones en el Congreso Nacional, el presidente Alberto Fernández reclamó un «nunca más a un endeudamiento insostenible» y reveló que el Banco Central está «revisando de modo pormenorizado» el proceso de endeudamiento del país, para «saber qué pasó» con los empréstitos tomados en los últimos años.
Fernández también ponderó el diálogo con las autoridades del FMI, con quienes dijo que se está trabajando «en forma constructiva» y con «un creciente entendimiento mutuo», que incluye el reconocimiento por parte del organismo que «la deuda argentina no es sostenible».
«Preferimos una resolución ordenada a la crisis de la deuda y estamos caminando en esa dirección», aseguró el Presidente, tras señalar que las responsabilidades por la crisis de deuda «son compartidas por el Gobierno que precedió al nuestro, por los bonistas y por el mismo Fondo Monetario Internacional».
A mediados de febrero otra misión del FMI viajó a la Argentina y, al término de una semana, aseguró que la deuda pública argentina «no es sostenible»; que el superávit fiscal necesario para enfrentar su pago «no es económica ni políticamente factible»; y reclamó un aporte «apreciable» de los acreedores privados para la reestructuración de la deuda.
Según el cronograma de renegociación informado por Economía, en esta primera semana de marzo se terminará de definir la estructura final de la oferta, que comenzará a ser distribuida a través de los agentes de distribución, mientras que su lanzamiento está programado para la segunda semana del mes.
Para ese momento están previstas las reuniones informativas («roadshow»), la expiración del período de aceptación de la oferta, el anuncio de los resultados de adhesión a la propuesta y la preparación de la documentación necesaria para ejecutar lo acordado.
La Argentina firmó, primero en junio y luego en septiembre del 2018, sendos acuerdos con el FMI por los cuales el organismo ofreció créditos por unos US$ 53.700 millones, de los cuales desembolsó de manera efectiva US$ 44.000 millones hasta julio del año pasado.