El Ministerio de Salud informó que en las últimas 24 horas se contabilizaron 2.274 nuevos contagios, frente a los 3.186 del pasado 30 de marzo, cuando se produjo lo que configura hasta hoy el pico más alto de casos.
Los casos de coronavirus en Irán superaron este lunes los 60.000, entre los que se cuentan 3.739 fallecidos, pero los números de nuevos contagios confirman una tendencia descendente por séptimo día consecutivo.
El Ministerio de Salud iraní informó que en las últimas 24 horas se contabilizaron 2.274 nuevos contagios, frente a los 3.186 del pasado 30 de marzo, cuando se produjo lo que configura hasta hoy el pico más alto de casos.
«Hemos sido testigos en los últimos días de una disminución en el número de nuevos casos de infectados de coronavirus y esperamos mantener este progreso», dijo el vocero oficial de la cartera de Salud, Kianush Yahanpur.
El portavoz añadió que, si se mantienen los protocolos de higiene y de distanciamiento social, Irán podrá «entrar gradualmente en la etapa de control de la enfermedad».
En cuanto a los fallecidos, desde el domingo se registraron otros 136 muertos a causa del coronavirus, que mantiene en estado grave a más de 4.000 pacientes en el país.
El cómputo total de contagiados es de 60.500, de los que 3.739 ha perecido y 24.236 se han recuperado, de acuerdo a los datos oficiales, reportó la agencia de noticias EFE.
Las autoridades iraníes fueron incrementando gradualmente las restricciones, y en la actualidad solo permanecen abiertos los servicios esenciales y están prohibidos los viajes interurbanos.
La intención oficial es comenzar a relajar algunas de estas medidas a partir del sábado 11 de abril, cuando se reanudarán las actividades económicas «de bajo riesgo» en todo el país menos en Teherán, donde la medida se implementará una semana más tarde.
Las actividades consideradas de riesgo todavía no tienen fecha de apertura.
Por el momento y hasta nuevo aviso, siguen suspendidas las clases y cualquier tipo de evento, sea cultural, deportivo o religioso, mientras que los santuarios islámicos también permanecen cerrados.
A la par de la emergencia sanitaria, Irán trata de evitar el hundimiento de su economía, que está muy dañada desde que hace dos años Estados Unidos volvió a imponer sanciones al país.
Las autoridades iraníes denuncian que las sanciones están dificultando su lucha contra el coronavirus y que deben ser levantadas, como insistió hoy el portavoz de Exteriores, Abás Musaví.
No obstante, subrayó que Irán «nunca ha pedido y nunca pedirá ayuda a Estados Unidos», país con el que mantiene una conflictiva relación desde el triunfo de la Revolución Islámica hace cuatro décadas, señaló Télam.