Varias naciones de Latinoamérica defienden la extensión de las medidas de confinamiento ante el nuevo repunte de contagios de coronavirus en la región, donde ya hay unos 110.000 casos y 5.300 muertos, mientras que Estados Unidos recurre a unas polémicas restricciones migratorias para defender su golpeada economía.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en sus últimos datos sobre la pandemia en el mundo, ha cifrado unos 2,39 millones de casos y 162.956 muertos, con Europa aún como el continente más afectado, aunque cada vez a menor distancia de América.
De hecho, EE.UU. se mantiene como el país más afectado del continente americano y como el foco mundial de la pandemia, al registrar más de 820.000 contagiados y alrededor de 44.000 decesos, aunque la curva de casos también sigue en ascenso en Latinoamérica.
La magnitud de la emergencia en Estados Unidos llevó ayer al estado de Misuri a demandar al gobierno de China, al Partido Comunista Chino y a funcionarios e instituciones de ese país por su actuación ante el coronavirus que, aseguró, “ha llevado a la pérdidas de vidas” en su territorio.
A ello se sumó el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de suspender la emisión de permisos de residencia permanente para inmigrantes, conocidos como “green card”, como consecuencia de una destrucción de empleo sin precedentes en el país.
“Tenemos el solemne deber de asegurar que estos estadounidenses desempleados recuperen sus trabajos”, dijo Trump al informar de la medida, que tendrá una duración temporal de 60 días.
AMÉRICA: CASI UN MILLÓN DE CASOS Y 50.000 MUERTOS
Datos de la Universidad Johns Hopkins indican que, dentro de América, a EE.UU. le siguen Brasil, con más de 43.000 casos confirmados y 2.741 fallecimientos; Canadá con casi 39.000 contagios y 1.872 muertos; y Perú, que reporta unos 17.800 infectados y 484 decesos.
Luego están Chile, con casi 11.000 casos y 147 muertos, y Ecuador, que suma 10.398 contagios y 520 fallecidos.
Con esto, en todo el continente ya se contabilizan más de 970.000 casos y alrededor de 50.000 muertes. De estas cifras, unos 110.000 contagios y 5.300 fallecimientos corresponden a Latinoamérica y el Caribe.
Los organismos internacionales han venido advirtiendo de esa curva empinada en América, una tendencia que llevó este martes a México a entrar a la llamada fase 3 de la pandemia o de ascenso rápido.
Hasta hoy México suma 8.772 casos y 712 fallecidos, pero su gobierno, que no aplica pruebas masivas a la población, calcula que la cantidad de enfermos en el país podría ser ocho veces mayor.
Mientras Brasil, la nación en peor situación de Latinoamérica, registró 166 nuevas muertes a causa del COVID-19 en las últimas 24 horas, con lo cual los fallecidos en el país ascienden a 2.741 y el número de infectados supera los 43.000.
También en Bolivia, donde hay 34 fallecidos y 598 casos de COVID-19, se evidenció hoy el avance del virus, al confirmarse que ya está presente en todas las regiones del país, incluida la amazónica de Beni, que se había librado de la enfermedad desde hace más de un mes.
MÁS CONFINAMIENTO POR TEMOR A OLA DE CONTAGIOS
Ante la aceleración de casos y pese al temor del gobierno por los efectos económicos, México confirmó hoy la extensión de las medidas de distanciamiento social hasta el 30 de mayo.
El gobierno mexicano, que tenía ya frenadas las actividades económicas no esenciales hasta el 30 de abril y había exhortado a la población a quedarse en casa, dijo hoy que de no haberse aplicado esas medidas el escenario sería “devastador”.
También Chile, donde hay 147 fallecidos y 10.832 casos, informó sobre la extensión de la cuarentena obligatoria a otras tres zonas de la capital, donde ha habido un “aumento importante” de los contagios.
Eso contrasta con los ánimos en EE.UU., donde la situación de miles de hogares ha alentado a grupos conservadores a convocar protestas para exigir que los gobernadores de los estados flexibilicen las medidas de confinamiento y permitan el retorno a la actividad en ciertos sectores.
Al respecto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reiteró este martes que levantar de golpe las medidas de confinamiento traerá una nueva ola de contagios y recomendó evaluar cada 14 días si es necesario dar marcha atrás.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, coincidió en que la cuarentena que rige en su país desde el 20 de marzo ha permitido que el contagio por coronavirus “no se dispare” -hay 3.031 casos y 145 fallecidos- y el sistema de salud pueda estar en condiciones de asistir a quien lo necesite.
Esa premisa llevó ya a Colombia a extender la cuarentena obligatoria hasta el 11 de mayo, y países como Bolivia o Paraguay estudian mantener las medidas de distanciamiento social pero en condiciones más flexibles.
Mientras Ecuador y Costa Rica analizan la puesta en marcha de un plan de reapertura económica progresiva.
ECONOMÍA DEVASTADA
En medio de la crisis, que ha implicado una gran destrucción de empleo y aumento de la pobreza, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertó de que la región se contraerá un 5,3 % en 2020 debido a la pandemia.
Será “la peor contracción de la actividad económica que la región haya sufrido desde que se iniciaron los registros, en 1900”, indicó el organismo de la ONU, al mencionar que los países más afectados serán Venezuela, México, Argentina, Ecuador, Nicaragua y Brasil.