Uruguay habilitó este viernes el retorno a clases en las escuelas a partir del 1 de junio, luego del cierre de los establecimientos decidido el 13 de marzo cuando comenzó la propagación del coronavirus.
El regreso a las clases presenciales fue anunciado por el presidente Luis Lacalle Pou en una conferencia de prensa, luego que las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay firmaran el martes el protocolo de protección a los funcionarios de la ANEP, que había quedado preacordado la semana pasada.
Lacalle Pou explicó que se implementará una combinación de clases presenciales y virtuales procurando que se mantenga un distanciamiento social y se instrumentarán cambios en el modo en que se realizan los recreos.
Sin embargo, el mandatario advirtió que el retorno a las aulas es «voluntario» y que se realizará un monitoreo constante de la situación. «El gobierno decidió habilitar el retorno a clases, pero el retorno es voluntario», remarcó el presidente uruguayo y anticipó que las tres fases de la apertura se iniciarán los días 1, 15 y 29 de junio.
Mientras tanto, el protocolo elaborado por las autoridades de la ANEP, indica que además de los mayores de 65 años, los funcionarios y los docentes que tengan comorbilidades dentro de la lista que elaboró el MSP entrarán en la categoría de población vulnerable, por lo que no deberán comenzar a trabajar de inmediato.
Los hisopados nasofaríngeos para comprobar la presencia de covid-19 se harán a los funcionarios docentes, de gestión y servicios que presenten síntomas o que hayan estado en contacto con personas diagnosticadas.
En este punto se aclara que la ANEP facilitará la información, pero será la Administración de los Servicios de Salud del Estado la que se encargue de la gestión y realización de las pruebas y en caso de que aparezcan síntomas, los funcionarios deben quedarse en su casa y consultar a su médico.
El protocolo de la ANEP establece que para evitar aglomeraciones los centros deberán «considerar el uso escalonado de horarios, horas de descanso, usos de espacios comunes como comedores, vestuarios, respetando la distancia de 2 metros». Además, los centros deberán «mantener e incrementar las medidas de limpieza y desinfección» de los locales, mantener la ventilación e incorporar una alfombra sanitaria.
Sobre la distancia entre las personas, los representantes sindicales y las autoridades concuerdan en la complejidad de llevarla a cabo. En el protocolo señalan que «las tareas y procesos laborales deben planificarse para mantener una distancia aconsejada».
La preocupación por la salud mental también quedó de manifiesto en el protocolo, donde se acordó que los servicios de la ANEP especializados en esas áreas harán «un plan dirigido a funcionarios docentes y no docentes, desarrollando acciones que permitan apoyar a los que se reintegran, así como a aquellos que a la fecha desempeñan funciones a través de la virtualidad».