Organizaciones humanitarias alertaron del riesgo de trasladar personas desde el epicentro de la pandemia hacia zonas con sistemas de salud débiles.
El gobierno de Estados Unidos reanudó los vuelos con migrantes deportados hacia Guatemala, tras un pausa obligada de dos semanas por el brote coronavirus, mientras organizaciones humanitarias alertaron del riesgo de trasladar personas desde el epicentro de la pandemia hacia zonas con sistemas de salud débiles.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala detalló a última hora de ayer que durante esta semana esta prevista la llegada de tres vuelos con «un promedio de 75 personas» cada uno, procedentes de Estados Unidos.
«Los vuelos incluyen también el retorno de niños no acompañados que fueron detenidos en la frontera», agregó la Cancillería.
Los migrantes «retornados que estuvieron en algún centro de detención» del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) en Estados Unidos «traen consigo un certificado médico en el que se incluye que se le realizó la prueba de Covid-19», según el ministerio, citado por la agencia de noticias EFE.
La diplomacia guatemalteca agregó que los migrantes deportados «podrían permanecer hasta 96 horas en observación» al aterrizar en el país y una vez «garantizado el buen estado de salud» podrán regresar «a sus comunidades».
La suspensión temporal de los vuelos había sido decretada el pasado 16 de abril, en conjunto con Estados Unidos, a la espera de mejorar los protocolos sanitarios del retorno de los guatemaltecos, pero su reactivación ya comenzó a provocar críticas.
LA ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) le solicitó a Estados Unidos que detenga las deportaciones, en la medida que supone expulsarlos del «epicentro» de la pandemia a zonas con menores tasas de transmisión y con sistemas de salud más débiles.
«Pese al riesgo de contagio y las implicaciones para la salud de la población, Estados Unidos ha seguido organizando vuelos para deportar migrantes y solicitantes de asilo a sus países de origen», lamentó el coordinador de MSF para América Latina, Marc Bosch, en un comunicado.
Todo ello, pese a que «la mayoría de los países a los que son enviados estos deportados tienen sistemas de salud frágiles», agregó por su parte el coordinador en México, Sergio Martín, en referencia al triángulo centroamericano y también a Haití.
«Un gran brote de Covid-19 podría ser catastrófico», agregó Martín y reclamó el cese «inmediato» de estos traslados por razones de salud pública, informó la agencia de noticias alemana DPA.
Quienes esperan su deportación en Estados Unidos pueden pasar semanas o incluso meses recluidos en centros de detención, caldo de cultivo para la transmisión de enfermedades infecciosas.
MSF ha solicitado a las autoridades norteamericanas la liberación de migrantes para reducir este riesgo.
La organización informó además que uno de los refugios en los que colabora en Nuevo Laredo, en el norte de México, debió cerrar después de que se detectaran 15 casos de coronavirus vinculados a una persona deportada.
La Administración de Donald Trump cerró a finales de marzo sus fronteras a los solicitantes de asilo, en el marco de las medidas adoptadas para contener una pandemia que suma más de 1,1 millones de contagios y unos 69.000 muertos en el país norteamericano.
México también continúa con los programas de deportación y retorno voluntario durante estas últimas semanas, hasta el punto de que entre marzo y mediados de abril los dos países vecinos gestionaron la vuelta de al menos 6.500 guatemaltecos, 5.000 hondureños y 1.600 salvadoreños, señaló Télam.