Los hechos se dieron en las Mil Viviendas y la victima aduce que además del maltrato le apuntaron con un arma exigiéndole que se arrodillara y pidiera perdón.
Otro caso de violencia policial que salpica a Massoni: golpiza y allanamiento ilegal en Trelew
Trelew (Agencia) Denunciaron otro grave caso de violencia y exceso policial en Trelew, que salpicaría al ministro de Seguridad Federico Massoni. Se trata de una feroz golpiza que recibió un joven adentro de un departamento de las Mil Viviendas, al que varios policías ingresaron violentamente sin orden de un juez; solo porque la víctima había visto cuando ellos perseguían a balazos a unos supuestos usurpadores.
La Justicia allanó una comisaría por esta causa y se llevó secuestrado el “libro del parte diario” en donde se van a fijar si figura el procedimiento; y si es así, qué registraron.
Según se denunció, el hecho habría sucedido a la par de otros operativos que hubo en distintos puntos de Trelew, en los que anduvo el jefe de Policía y el ministro Massoni y es por eso que ahora, desde la investigación judicial se va a indagar si Massoni y el comisario Gómez estaban al tanto de lo sucedido en las Mil Viviendas, en el barrio Constitución.
Ya están al tanto del caso organizaciones de Derechos Humanos; de hecho está actuando la Defensa Penal y un abogado del área de Violencia Institucional, además de un juez que ya ha ordenado una serie de diligencias procesales.
La denuncia que hace Federico y también su madre se centra en un proceder a todas luces ilegal de varios efectivos policiales, que además de atacar presuntamente de manera feroz e injustificada al joven, se metieron a un domicilio sin una orden judicial que lo habilitara.
Allí, según la víctima, además de él, se hallaban el dueño del departamento que estaba durmiendo; el nieto, su pareja, una pequeña de 3 años que es hija de ambos y una amiga. Todo sucedió en el sector “D” del barrio Constitución y el denunciante comenzó contando que eran alrededor de las cinco de la mañana cuando se escucharon corridas y un disparo.
“Salimos a ver y era la policía que iba persiguiendo a unos que habían querido usurpar un departamento que está enfrente”, explicó, “y mientras estábamos mirando aparecieron varios policías que se metieron al departamento y ya de entrada uno me apuntó (con el arma); me ordenó que levantara las manos y me diera vuelta”, relató Federico.
“Yo enseguida acaté la orden y me puse contra la pared pero igual me dieron tres piñas”, agregó. “Mientras tanto otros policías querían sacar a mi amigo y a la señora del departamento. Los tironeaban de la ropa tratando de sacarlos hacia afuera seguramente para golpearlos también, porque vinieron decididos a atacarnos”, aseguró.
“Ahí se despertó el abuelo de mi amigo y cuando lo vieron desistieron con esto de querer sacarnos del departamento pero se quedaron dando vueltas y a cada tanto regresaban, venían hasta una de las ventanas y nos gritaban “Rastreros, rastreros”, contó.
“Yo tengo 25 años y jamás en la vida le robé nada a nadie: trabajo desde los 15, y mi amigo tampoco no es ningún delincuente. Somos gente que trabaja. Jamás le hemos tocado algo a alguien”, enfatizó.
Luego continuando con su relato indicó: “Cuando el abuelo de mi amigo se levantó y fue para la comisaría a hacer la denuncia de que nos estaba molestando, este grupo de policías volvió y directamente se metieron al departamento. Yo estaba en el comedor y no tuve tiempo de nada, me empezaron a pegar entre cuatro policías, me llevaron hacia un rincón, y el resto se fue para la pieza a buscar a mi amigo que por suerte alcanzó a escaparse por una de las ventanas”, señaló. “Había quedado su hija, su señora y la amiga encerradas en otra habitación pero a ellas no las tocaron”, añadió.
“A todo esto, a mí me tenían en el comedor y me golpeaban, intenté defenderme pero no podía con todos. Me lastimaron mucho la cara y mientras me cubría, uno de los policías empezó a patearme los testículos; caí al piso y me dieron patadas en la boca; quede completamente ensangrentado y uno sacó el arma reglamentaria, la cargó delante mío y me decía que me arrodillara y les pidiera perdón, a los gritos”, denuncio.
“Es la primera vez en mi vida que me golpean así. No puedo mirarme al espejo porque no me reconozco. Me rompieron hasta los dientes. Me desfiguraron la cara a palos”, resumió.