Luego de recibir el alta médica tras permanecer trece días internado al haber sido diagnosticado con coronavirus, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, contó cómo atravesó ese momento y por qué le hicieron una transfusión de plasma, a la cual él «no puede atribuirle su mejoría».
«El comportamiento del virus es diferente en cada cuerpo. El miércoles 17 me hicieron la prueba de oxigenación en sangre y ya lo hacía con dificultad», dijo en diálogo con Intratables, donde también agregó que al hacerle una radiografía descubrieron que tenía una neumonía bilateral.
El intendente, según explicó, había ingresado al Hospital de Llavallol con una leve infección pulmonar, pero al ver los resultados de los estudios «se encendió una alerta» y llamó a su médico de cabecera.
«Había que tomar una decisión de qué tratamiento seguir. Mucho no había, así que comencé con corticoides y después el plasma. Para ello se requerían ciertos parámetros que yo los cumplía», comentó y remarcó que el plasma es un tratamiento experimental: «No es una cura, no está comprobado científicamente y en la Argentina son muy pocos los casos que comenzaron a tratarse de esta forma. Solo se les diagnostica y se les da a los pacientes críticos o graves. La verdad es que no le puedo atribuir únicamente al plasma mi mejoría, porque depende también de la reacción de cada cuerpo».
En esa línea, Insaurralde contó que la desinflamación con los corticoides en los bronquios «funcionó muy bien», y en 48 horas comenzó a respirar y oxigenar en sangre correctamente.
Consultado sobre la extensión del aislamiento con más restricciones en el AMBA, dijo que la cuarentena «es exitosa» y que hubo muchos líderes del mundo que tomaron decisiones «desacertadas, a destiempo, con muchísimos muertos».
«El sueño de la vida no se recupera más. Me parece que hay que actuar inteligentemente, lo que está haciendo Alberto Fernández con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, que tienen que ver con abocarse al AMBA, en un trabajo quirúrgico. Creo que hemos aprendido mucho en estos 100 días. Es muy difícil como dirigente levantarse todas las mañanas y tener que dar malas noticias», concluyó.