Pese a los más de 3 millones de infectados y 132.570 muertos, muchos estados están en pleno proceso de desescalada y la gente continúa saliendo a las calles, sin incluso cumplir con las medidas de prevención mínimas como los tapabocas y el distanciamiento social.
Con la pandemia en ascenso acelerado, la pulseada política en Estados Unidos por el uso obligatorio del tapaboca y otras medidas de prevención ya no enfrenta solo al gobierno de Donald Trump con varios gobernadores y alcaldes, sino que está dividiendo internamente a los estados más afectados este jueves por los brotes.
Un estudio reciente concluyó que el uso de tapabocas es la forma más efectiva de reducir la propagación del coronavirus. Sin embargo, este se ha convertido en un símbolo de la polarización en Estados Unidos y ahora comenzó a enfrentar también a gobernadores y alcaldes de los estados más afectados.
Por ejemplo, mientras que el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, se sigue negando a obligar por decreto a usar tapabocas en lugares públicos, como defiende la Casa Blanca, varias ciudades y condados del estado se rebelaron y emitieron en los últimos días sus propias ordenanzas que fueron prohibidas posteriormente por Kemp.
De hecho, la alcaldesa de Atlanta, la capital del estado, Keisha Lance Bottoms, hizo oídos sordos y emitió la orden del uso obligatorio del uso del tapabocas, una medida que podría no ser suficiente ya que los negocios siguen abiertos y los casos de coronavirus están en alza en la ciudad, informó el canal de noticias CNN.
En Texas, en tanto, el gobernador republicano Greg Abbott, quien finalmente ordenó la semana pasada llevar tapabocas, debió enfrentarse esta semana a una rebelión opuesta a la de Georgia, ya que alguaciles de al menos nueve condados se negaron a hacer cumplir la orden.
Con 98 muertes por coronavirus en un día, Texas estableció ayer su mayor aumento de la mortalidad desde el inicio de la pandemia, al tiempo que quedó muy cerca de su récord diario de contagios con 9.979.
Además, según datos del Southeast Texas Regional Advisory Council (Setrac), los hospitales del estado están al 95% de su capacidad en las unidades de cuidados intensivos.
Pese a estas cifras, varios alguaciles de condados aseguraron a través de Facebook que es imposible forzar a la gente a ponerse la tapabocas y algunos pidieron a sus colegas y funcionarios «no tomar acción alguna».
Otro gobernador que comenzó esta semana a pelear la dificil implementación del uso obligatorio del tapabocas es Jim Justice, en Virginia Occidental. Lo decretó el lunes pasado luego de que el estado registrara un récord de infecciones diarias, tras la celebración del Día de la Independencia el 4 de julio.
En cambio, el republicano Ron DeSantis, gobernador de Florida y férreo aliado de Trump, se niega a imponer el uso de tapabocas, pese a que los alcaldes de los condados más afectados exigen que tome medidas y que se amplíe el testeo.
No obstante, le pidió al gobierno federal 1.500 enfermeros para reforzar la dotación de los hospitales locales, así como un suministro más fluido de Remdesivir, un fármaco usado para tratar pacientes de coronavirus, informó este jueves la vocera del gobierno regional, Helen Aguirre Ferré.
Desde marzo, 232.718 casos y 4.009 muertes de coronavirus fueron registrados en Florida, que está en el cuarto lugar de la tabla en los Estados Unidos, según la Universidad Johns Hopkins, solo superado por los estados de Nueva York, California y Texas.
Florida vive una situación crítica ya que 56 centros hospitalarios alcanzaron el máximo de ocupación de las unidades de terapia intensiva, mientras que otros 35 se encuentran al borde del colapso, según el Setrac.
La preocupación cunde no solo por la rapidez con que se propaga coronavirus, que este jueves sumó en el estado 8.935 casos, sino por los efectos que esto tiene sobre el sistema hospitalario.
La disponibilidad de camas hospitalarias en el conjunto del estado se encuentra hoy por debajo del 20% del total existente y la de camas en unidades de cuidados intensivos en menos del 15%, aunque la situación varía mucho de un condado a otro, según las cifras oficiales.
En Florida una de cada cinco pruebas del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 tiene resultado positivo, mientras que en Arizona esa ratio es de una de cada cuatro, informó la agencia de noticias EFE.
Este dato desmiente los reiterados tuits de Trump, quien argumenta que el aumento de los casos se debe a que se están haciendo más pruebas.
Mientras tanto, en la ciudad de Nueva York, el alcalde Bill de Blasio anunció la suspensión de todos los actos masivos al menos hasta el 30 de septiembre próximo.