La vacuna de la Universidad de Oxford que va a producir la Argentina podría estar lista a principios del 2021. Si bien no se cuentan con datos certeros, dos directivos del laboratorio mAbxience Argentina, una de las entidades que participarán de la fabricación, estimaron que entre enero y febrero es el plazo para empezar con la distribución.
«Seguramente, vamos a tenerla, en condición comercial, en el primer semestre del año que viene, en enero o febrero», afirmó Esteban Corley, director del laboratorio mAbxience Argentina. «Vamos a trabajar con toda la celeridad del caso. Esta vacuna está en la fase tres de estudio y se piensa que a fines de octubre, primeros días de noviembre estarán los resultados definitivos de su eficacia», consideró Corley en diálogo con A24.
El virólogo remarcó que fabricar la vacuna no implica tener preferencia en el abastecimiento de la misma: “Se va a hacer con lineamientos muy cuidados de prioridad porque la intención de AstraZeneca es hacer una distribución equitativa en todos los países de América Latina».
El especialista apuntó que por el momento una sola dosis genera una inmunización del 91% contra el coronavirus, aunque aclaró que cada organismo tiene una respuesta diferente. «Se le hizo una segunda vacunación a un subgrupo y ahí fue del 100%, lo cual es inusual», agregó.
Por su parte, el director de Transferencia de Tecnología en mAbxience, Mauricio Seigelchifer, también estima que a principios del 2021 ya estarán listas las primeras dosis: «Antes de fin de año probablemente ya estemos produciendo, como tarde enero».
«Estamos comprometidos a fabricar 250 millones de dosis exclusivamente para Latinoamérica», aseveró el biólogo que especificó que fabricar esa cantidad lleva entre 6 y 9 meses.
Ambos explicaron que Argentina va a producir el antígeno de la vacuna con tecnología proveída por la Universidad de Oxford, que luego va a ser enviado en lotes a México para ser implementado en jeringas o en viales multidosis.
Corley amplió que la dosis contiene adenovirus de chimpancé con la proteína del SARS-Cov-2 a partir de la cual se buscará neutralizar el virus. «Casi todas las vacunas que estamos viendo apuntan a las proteínas para poder generar en nuestros organismos una respuesta inmune. Es decir, estimula el organismo con esa proteína, pero sin el virus que es el que causa el daño. Así, el organismo monta una respuesta inmune y cuando realmente llega el virus, ya está preparado y tiene una memoria inmunológica», indicó.
Hay que destacar que se va fabricar la vacuna “a riesgo” antes de que esté comprobado que funciona aunque las conclusiones por el momento son promisorias. “A esta altura, uno ya tiene una sospecha bien fundada de que el resultado va a ser exitoso, pero de todas formas tiene que tener resultados y cada país tiene que autorizarla», consideró Corley. Seigelchifer añadió: «Se están realizando pruebas clínicas en Brasil y Sudáfrica. Depende de los resultados cuando se pueda empezar a aplicar. Pero está avanzada».