Las autoridades sanitarias mexicanas informaron este domingo de que México acumula 64.158 fallecidos y 595.841 contagiados de COVID-19 desde que el coronavirus SARS-CoV-2 llegó al país a finales de febrero pasado.
Los datos reportados suponen un aumento de 339 muertos respecto al día anterior, cuando fueron 63.819, y 4.129 contagios nuevos en comparación con los 591.712 del viernes.
«La epidemia no desciende en forma monotónica con un descenso continuo, sino que tiene momentos de estancamiento, es como una escalera», explicó en conferencia de prensa el susecretario de Salud Hugo López-Gatell, quien comanda la lucha contra la pandemia.
La ocupación hospitalaria media del país es del 35 % de las camas ocupadas de tratamiento general y del 30 % en las camas con ventilador de respiración asistida para pacientes críticos.
En total, hay 10.867 personas internadas en camas de hospitalización general y 3.060 en camas con ventilador.
Los hospitales con mayor ocupación de camas generales son Nuevo León (63 %), Nayarit (52 %) e Hidalgo (50 %), mientras que en camas de terapia intensiva son Nuevo León (56 %), Aguascalientes (51 %) y Colima (50 %).
La Ciudad de México, que hace unas semanas superaba el 70 % de ocupación, ahora tiene ocupadas el 47 % de camas generales y el 42 % de las camas con ventilador.
«Lo que podemos ver es que en las entidades federativas (estados) va disminuyendo el porcentaje de ocupación lo que revela la actividad epidémica en descenso», dijo López-Gatell.
Con 1,3 millones de pruebas, México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos tests PCR realiza a la población.
Eso ha levantado sospechas sobre el impactoto real de la enfermedad en el país, que oficialmente es el tercero del mundo con más muertos por la pandemia, superado solo por Estados Unidos y Brasil.
López-Gatell siempre ha sostenido que es «imposible» contar todos los casos, por lo que ha centrado los esfuerzos en mejorar la infraestructura hospitalaria en lugar de hacer pruebas masivas.