Ya que muchos distritos escolares tienen sus actividades con modelos de aprendizaje totalmente online o híbridos debido al coronavirus, algo es evidente: las clases frente a pantallas son una realidad para cientos de miles de estudiantes. Además de los problemas de acceso causados por la brecha digital, las familias también deben lidiar con las consecuencias que puede implicar un mayor uso de dispositivos para el bienestar de sus hijos, lo cual incluye su visión.
Una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Pew en marzo reveló que la mayoría de los padres —el 71 por ciento de los 3640 encuestados con hijos de 12 años o menos— admitieron estar al menos un poco preocupados por el hecho de que sus hijos pasen demasiado tiempo frente a las pantallas. Eso fue antes de que las órdenes de confinamiento alteraran los límites que las familias solían imponer al tiempo frente a dispositivos digitales. Más tiempo frente a las pantallas, ya sea para la escuela o para divertirse y comunicarse, puede derivar en tensión ocular, fatiga y dolores de cabeza, pero los expertos sugieren maneras sencillas para que los padres protejan los ojos de sus hijos en un momento en que las pantallas son una parte más importante de la vida cotidiana.
Mantener una distancia segura de los dispositivos
“Con la lectura en general, solíamos leer a 41 centímetros” de distancia de los ojos, según Millicent Knight, optometrista y vocero de la Coalición Mundial de Concientización de la Miopía. “Ahora, lo que descubrimos, particularmente con los celulares, es que la gente lee a 25 o 30 centímetros de distancia”. A esa distancia, los ojos se tensan para enfocarse en la pantalla, en lugar de estar relajados y en posición recta como cuando miran algo más lejano, explicó Knight. Después de un tiempo, la tensión puede provocar cansancio de los músculos oculares, dolores de cabeza u otros problemas de visión. Aunque las investigaciones no sugieren una relación clara entre el uso de pantallas y la miopía en los nenes, la afección está en aumento.
Los datos de la Asociación Estadounidense de Optometría revelaron que uno de cada cuatro padres tuvo un hijo con miopía en 2018, un aumento del 25 por ciento desde hace solo 40 años. Si no se trata, la miopía puede conducir a una mayor propensión a desarrollar graves enfermedades oculares más adelante, incluyendo degeneración macular miópica, desprendimiento de retina, cataratas y glaucoma. “Hay toda una montaña de información sobre la miopía, pero el principal hecho que hemos aprendido en los últimos 50 años es que lo que produce miopía es la elongación del ojo”, dijo David Guyton, profesor de Oftalmología Pediátrica de la Universidad Johns Hopkins y oftalmólogo pediátrico que trató a pacientes con miopía durante 40 años.
Guyton dijo que, aunque nadie sabe exactamente por qué, esa elongación parece ser causada “en el momento en que la imagen que la gente mira se mueve detrás de la retina”, lo cual ocurre cuando se acerca algo a los ojos, como una tableta o un celular. Luke Deitz, oftalmólogo pediátrico de Los Ángeles, recomienda mantener los dispositivos digitales a aproximadamente 60 centímetros de distancia y a la altura de los ojos, “o incluso, de preferencia, a un nivel más bajo para evitar que se tenga que mirar la pantalla hacia arriba”. Al tener una pantalla más cerca tenemos que enfocar la vista con más fuerza para mantener la imagen nítida, lo cual puede causar tensión y posiblemente empeorar la miopía, comentó. Knight sugiere que los chicos coloquen un codo en la mesa y luego apoyen su cabeza en esa mano. Desde esta posición, deben levantar el codo y tocar la pantalla; ahora esa es la distancia de trabajo más cercana a la que deben estar de su dispositivo.
Descansos constantes
Knight aconseja a los padres y cuidadores que sigan la regla 20/20/20: “Cada 20 minutos debes mirar algo que esté a 20 pies (seis metros) de distancia durante al menos 20 segundos”. Esto les da a los ojos un descanso y un regreso a su posición natural. Deitz también subraya la importancia de tomar descansos en lugar de depender de cosas como los lentes de bloqueo de luz azul que se anuncian a los padres como una forma de reducir la tensión y la fatiga ocular. Dijo que hay muchos padres que le preguntan por esos elementos. “No los recomiendo porque no tenemos pruebas definitivas de que sean seguros, y solo hay evidencia anecdótica de que reduzcan la fatiga y el cansancio ocular”, comentó. Señaló que sería más conveniente que los padres invirtieran en lentes de sol para que sus hijos las usen en exteriores y protejan sus ojos contra los efectos de la exposición prolongada a la luz ultravioleta del sol.
Estén atentos a los signos de problemas de visión
Los dolores de cabeza, el parpadeo excesivo, el frotamiento de ojos y el hecho de que un nene se sienta cansado o malhumorado son posibles señales de advertencia de que tiene problemas de visión. Deitz señaló que evitar el resplandor de los dispositivos puede ser útil: hay que reducir el brillo de la pantalla cuando se usa en interiores y no utilizar dispositivos digitales en el exterior. Knight también recomienda instalar estaciones de trabajo en orientación perpendicular a cualquier ventana. Los ojos secos son otra consideración cuando se trata de la salud ocular.
Guyton explicó que, cuando la gente lee, sobre todo en dispositivos digitales, “su frecuencia de parpadeo disminuye de cinco a diez veces por minuto”, lo que puede provocar resequedad en los ojos. Aunque dijo que los ojos de los nenes no tienden a secarse tanto como los de los adultos, es importante que los padres noten si su hijo parpadea regularmente cuando mira una pantalla. Recordarles esto, señaló Deitz, puede ayudar a la comodidad de los ojos.
No dejen de ir a los exámenes de la vista
Los exámenes de la vista son esenciales para identificar posibles problemas con la visión de los nenes y no deben posponerse solo por la pandemia. Consultá a tu oftalmólogo para conocer sus directrices y protocolos de seguridad al ver a los pacientes; algunos incluso pueden hacer las pruebas iniciales de forma virtual.