Luisa Beatriz Farb, una vecina jubilada de Trelew, se llevó una desagradable sorpresa al descubrir que su vivienda fue utilizada como ejemplo de «casa abandonada» en un proyecto del Concejo Deliberante local.
La iniciativa busca exigir a los propietarios que habiten sus inmuebles o que los terminen si están a medio hacer. Indignada, la mujer de 82 años, quien reside allí con su familia, acudió inmediatamente a la Municipalidad para reclamar y aclarar el error.
Desesperación y búsqueda de respuestas ante un error administrativo
Según lo que Farb relató tras el incidente, se presentó en la comuna para explicar la situación: su casa, ubicada en Marconi 538, no está abandonada. Aunque reconoció que la fachada no está «hermoseada» como ella desearía, afirmó que todos los impuestos municipales están al día.
Su paso por las oficinas municipales fue frustrante.
La mandaron «de una oficina a otra» sin que nadie le diera una explicación o solución clara sobre cómo proceder para corregir el equívoco que la involucraba directamente. Ante la falta de respuestas y la desesperación de ver su hogar injustamente etiquetado, Farb decidió tomar otro camino para defender su situación ante las autoridades correspondientes.
La vía institucional: una nota al Concejo Deliberante con aval legal
Luisa Farb realizó una recorrida infructuosa por las oficinas del Ejecutivo municipal. Ante la falta de soluciones, tomó una decisión. Junto con el aval de un abogado, optó por la vía institucional más adecuada: enviar una nota formal al Concejo Deliberante. Este organismo representa el poder legislativo municipal. Su función principal es elaborar y sancionar las ordenanzas que organizan la vida cotidiana de la ciudad.
Estos concejos cumplen un rol esencial. Tienen la función específica de estudiar iniciativas y sancionar normas. Además, actúan como el órgano donde se expresan las distintas posturas políticas que representan a los vecinos. Precisamente, fue este mismo cuerpo legislativo el que ideó el proyecto que citó erróneamente su vivienda.
Al dirigirse por escrito al Concejo, Farb persigue un doble objetivo. En primer lugar, busca corregir personalmente el error que la afecta. En segundo lugar, su acción tiene un propósito más amplio: intenta llamar la atención sobre la necesidad urgente de aplicar mayor precisión y verificación en las propuestas que se debaten. Ella sostiene que estas normas, para ser legítimas, deben representar de manera fiel «la voluntad mayoritaria de los vecinos».
Este caso pone en evidencia las dificultades que pueden enfrentar los ciudadanos ante errores administrativos y la importancia de conocer los canales institucionales para hacer valer sus derechos. Mientras Luisa Beatriz Farb espera una respuesta del Concejo Deliberante, su historia sirve como recordatorio de que detrás de cada dirección citada en un proyecto de ley hay una familia y una historia que merecen ser escuchadas antes de ser juzgadas. Información extraída del medio Radio Chubut.




