Cerca de las 21:00, una mujer informó al 101 que su nieto, menor de edad, se encontraba junto a otro menor (ambos de 17 años) en el camino a la laguna La Zeta cuando cayeron a un barranco al costado.
Ambos se encontraban en estado de ebriedad y el nieto en cuestión regresó mojado, con barro y sin su amigo.
Fue llevado, por lo tanto, en el móvil policial para identificar el lugar, pero no pudo precisarlo. Por ende, policía y bomberos comenzaron con una búsqueda a pie, con operativos desde la parte alta y desde la parte baja.
En el lugar, además de haber una gran concentración de pinos que dificultan la búsqueda, la visibilidad es casi nula, por la hora y por el follaje.
Actualmente, hay una reunión para crear un comité de búsqueda, pero, a esta hora, se vuelve peligroso para los rescatistas. En caso de no tener resultados pronto, se comenzaría nuevamente con la búsqueda mañana cuando haya luz de día.
El mayor Eduardo Quijón, jefe de operaciones de la URE, dijo que es difícil identificar el lugar sin más datos y que, aunque el joven no hubiese estado bajo los efectos del alcohol, hubiese sido complejo, de todas maneras, identificar la zona de la caída.
«Es escarpado, hay senderos muy angostos y hay precipicios importantes en la zona».
El joven llevaba su celular, el cual está prendido y con señal, por lo cual el personal policial continúa llamándolo como una de las posibilidades para facilitar su encuentro. No ha respondido llamadas ni mensajes hasta el momento.
Por ahora, tampoco es posible la localización geográfica del dispositivo, por lo cual se cuenta con el personal de bomberos con equipamiento acorde y la dotación policial. Gendarmería también colabora en la búsqueda e irá otro retén de miembros de la fuerza.