En vísperas de las Fiestas, los norteamericanos son expertos en planificar. Pero este año, además de pensar el menú de Acción de Gracias o la decoración de Navidad para la casa, de costa a costa de Estados Unidos la gente tiene puesta la cabeza en algo más: un hisopado negativo que los habilite para juntarse con sus seres queridos.
Muchos creen que un testeo de coronavirus negativo sería un cheque en blanco para socializar sin precauciones, pero según los médicos esa es una idea peligrosamente errónea. El hisopado es una de muchas medidas de precaución, que no excluye las otras, como el aislamiento, el uso de barbijo y el distanciamiento social.
La razón principal es que el testeo da información sobre la carga viral de una persona en determinado momento. Esa persona, por ejemplo, ya podría estar infectada, pero todavía no haber desarrollado suficiente carga viral para que sea detectable. Además, los testeos no son ciento por ciento efectivos, y a veces fallan.
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«Si les pedimos a todos nuestros invitados a la cena de Acción de Gracias que se hisopen antes de venir, el riesgo de contagio disminuye significativamente, pero no por completo», dice el doctor KJ Seung, jefe de estrategias y políticas de respuesta al Covid de la organización de atención médica sin fines de lucro Partners in Helath. «Pero es una concepción errónea muy extendida, que los voluntarios que hacen rastreo de contactos escuchan todo el tiempo entre la gente.»
Los expertos coinciden en que los testeos son muy útiles para una cosa en concreto: si alguien da positivo, esa persona sabe que tiene que aislarse en su casa. Pero si el testeo da negativo, sirve de menos, y no alcanza para excluir otras precauciones, según Esther Choo, médica emergentóloga y profesora de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregon.
El testo «sirve para filtrar a los que dan positivo o que definitivamente no deben reunirse con nadie», dice Choo. «Básicamente, un testeo negativo no debería modificar en nada nuestro comportamiento: sigue implicando uso de barbijo, distanciamiento, y evitar todo lo posible los lugares cerrados.»
Los testeos no son todos iguales
Existen diferentes testeos, y cada uno arroja información diferente.
Los testeos de laboratorio que utilizan la técnica de PCR (reacción en cadena de la polimerasa), logra detectar incluso niveles muy bajos del coronavirus. La contracara es que los resultados pueden tardar varios días, y en ese lapso la persona puede contagiarse. Las pruebas de antígenos son más rápidas, económicas y prácticas -arrojan un resultado en cuestión de minutos-, pero si la presencia del virus es escasa, también son más proclives a no detectarlo. Además, muchos de estos tests rápidos no están autorizados para personas que no presentan síntomas.
En algunos casos, una persona que da negativo en una prueba de antígenos puede dar positivo en una de técnica PCR, o sea que una prueba de antígenos negativa podría darle a una persona la falsa sensación de seguridad de poder asistir a algún festejo, dice Paige Larkin, microbióloga del Sistema de Salud de la Universidad NorthShore, Chicago.
Por qué con los testeos no alcanza
«Un resultado negativo es apenas una instantánea en el tiempo», dice Larkin. «Lo que dice ese resultado es que en el segundo exacto de realizarse la prueba, el virus no fue detectado. Pero eso no significa que la persona no esté infectada».
Después de ingresar en el cuerpo de una persona, el virus puede incubarse durante varios días, y es posible que en ese lapso no haya suficiente carga viral para que la prueba lo detecte. Mientras tanto, la persona igual podría estar infectada o ser contagiosa. Una persona puede dar negativo hoy y positivo mañana, o incluso dentro de una hora, sin haber tenido contacto con nadie en el interín. Las personas pueden transmitir el virus en los días anteriores a sentirse enfermas y hasta pueden contagiar sin haber presentado nunca el menor síntoma.
«O sea que el problema que enfrenta cada persona es que un testeo negativo hoy no significa que sea negativa mañana o pasado», dice Natalie Dean, profesora adjunta de bioestadística en la Universidad de Florida.
Repetir el testeo durante varios días seguidos da una respuesta más clara. Pero los expertos advirtieron que ninguna prueba, independientemente de cuántas veces se realice sucesivamente, puede determinar definitivamente si una persona infectada por el coronavirus es contagiosa o ya no representa un riesgo de contagio para los demás
El brote de octubre en la Casa Blanca es un buen ejemplo de lo que puede suceder cuando un grupo de personas confía demasiado en los testeos e ignora los recaudos para limitar la propagación del virus.
Cómo hay que evaluar el riesgo
Así y todo, es poco realista pensar que se puede evitar a todo el mundo durante meses. La gente tiene que trabajar, ocuparse de sus necesidades básicas, y también tienen ganas de verse con familiares y amigos. Por eso es importante saber que el riesgo no es binario: es todo un espectro, y según los expertos, hay formas de disminuirlo.
«Que lo perfecto no sea enemigo de lo bueno», dijo Anthony S. Fauci, el máximo experto en enfermedades infectocontagiosas de Estados Unidos, en una entrevista de The New York Times. «Si todos nos testeamos antes de juntarnos para cenar, el riesgo que corremos disminuye drásticamente. Tal vez no sea cero, pero todos sabemos que no vivimos en una sociedad totalmente libre de riesgos.»
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El doctor Fauci, sin embargo, ya avisó que no se reunirá con sus tres hijas adultas para la cena de Acción de Gracias.
Michael Mina, epidemiólogo e inmunólogo de la Universidad de Harvard, dice que a esta altura de la pandemia no se puede esperar que la gente elimine por completo el riesgo de contagio, y lo compara con el riesgo de un accidente de autos. Para evitar al cien por cien un accidente, la persona no debería subirse a un auto en absoluto. El cinturón de seguridad, el airbag y el cumplimiento de las normas de tránsito reducen el riesgo, pero no lo eliminan, y la gente no deja de abrocharse el cinturón de seguridad por el simple hecho de que el automóvil tenga airbag. Todas las precauciones contra el coronavirus, como los testeos, el distanciamiento y el barbijo, funcionan de la misma manera: por acumulación.
Cómo disminuir el riesgo para poder juntarse
Antes de reunirse con otros, dice el doctor Michael Mina, la gente puede combinar un testeo negativo con una cuarentena de dos semanas, en caso de ser posible, y tener una conversación honesta con los adultos mayores de la familia, para saber si están dispuestos a asistir. Ya en la reunión, dice Mina, hay varias estrategias para mitigar el riesgo, como organizar una cena breve, mejor aún al aire libre, usar barbijo mientras no se come y evitar tocarse y abrazarse.
Según Jeffrey Townsend, profesor de bioestadística en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, es muy útil evitar todo contacto con otras personas durante al menos una semana antes de hacerse el testeo. Eso no solo disminuye la exposición al contagio, sino que también le da al virus más tiempo de incubarse hasta desarrollar niveles detectables en personas infectadas.
«Uno puede aislarse más tiempo, y eso también es muy útil», dice Townsend. «Pero lo más importante es el testeo al salir del aislamiento, porque eso sí reduce significativamente las chances de generar un foco de contagio en la mesa familiar.»