Debido a la aparición de una nueva cepa de COVID-19 en el Reino Unido, desde este 31 de diciembre, el gobierno chileno resolvió volver a imponer cuarentena obligatoria de 10 días para todos aquellos chilenos y pasajeros internacionales que arriben al país. El aislamiento se podrá interrumpir al séptimo día, siempre y cuando presenten un test PCR con resultado negativo.
De esta forma, el Sars-Cov2 sigue poniendo en jaque al sector turístico, cuando ya pasaron casi diez meses desde el inicio de la pandemia. Si bien los países están volcando todos sus esfuerzos en las campañas de vacunación para frenar el avance de la enfermedad, el virus continúa dando giros inesperados que obligan a las autoridades a rediseñar las estrategias de contención.
Eso es lo que está ocurriendo actualmente en varias naciones, luego de que en el Reino Unido apareciera una nueva cepa que sería hasta un 70% más contagiosa. Más allá de los intentos de varios gobiernos por cerrar las fronteras para evitar que llegue a sus territorios, ya son muchos los países que reportaron personas infectadas con esta variante del virus. Esa es la situación de Chile, que esta semana confirmó el primer caso de una mujer que enfermó de COVID-19 a partir de esta mutación.
El resto de los países
Hace una semana, Argentina suspendió el ingreso de viajeros desde los países limítrofes y canceló los vuelos procedentes de Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia y Dinamarca. También dispuso la obligatoriedad de cumplir con una cuarentena de siete días y de presentar un test PCR negativo para todos los argentinos y residentes que retornen a sus hogares.